Una vez que los dos «amigos» llegaran a la cafetería, se encontraron con Sasuke y Yahiko sentados en la misma banca. Parecía como si el menor de los Uchiha quisiera correr al otro.
—Ya te lo dije, tu y yo no somos amigos. Vete a la mierda —le repitió Sasuke, aunque el peli-naranja ni siquiera se movió de su lugar hasta que llegó Sasori.
—Ven Sasori —le llamo Yahiko, dándole palmaditas a la banca para que el mencionado se sentará—, estaba hablando con Sasuke y me contó sobre lo mucho que ama despreciar a las personas.
—¡Yo no estaba hablando contigo! —aclaró Sasuke, casi poniéndose de pie para darle un golpe al peli-naranja.
Itachi miro la escena con algo de incomodidad, pues su hermano se puso de pie y fue derecho a la salida de la cafetería a paso firme, no sin antes mirar a ese par de «teñidos» con extremo desprecio.
—Oh, mira, es demasiado tímido. Se nota que aun es un bebé —dijo Sasori, viendo como Sasuke les paraba el dedo medio.
—Mira lo que tengo —hablo Yahiko, sacando unos audífonos de color rosa. Itachi no entendió porque, pero Sasori parecía molesto.
—Los estuvo buscando un buen rato. ¿Tienes idea de cuánto le está costando escribir sin musica? Por eso está tardando tanto —le regañó el pelirrojo, antes de arrebatarle los audífonos.
—¿De quien son? —se atrevió a preguntar el azabache, pues realmente no se estaba enterando de nada.
—De Deidara —contestó Sasori, viendo con enojo a Yahiko, el cual solo le sonreía—. Se los voy a regresar, y cuando vuelva; tu y yo tendremos una sería conversación.
—Yo puedo llevárselos —se ofreció Itachi.
—Eres un amor de persona —dijo el peli-naranja.
Sasori vió algo extrañado a Itachi, pero sin pensarlo mucho termino dándole los audífonos. Supuso que el Uchiha solo buscaba una forma de acercarse al rubio.
Realmente no es que Itachi fuera la mejor persona del mundo el cual se ofrecía a cualquier cosa, solamente estaba buscando una salida a esa situación tan incomoda en la que se encontraba. Sentía que estaba siendo mal tercio.
Camino de regreso al aula sin muchas ganas, pues lo único que quería hacer en esos momentos era tumbarse en un lugar cómodo y devorarse el rico almuerzo que le había hecho su madre, pero en lugar de hacerlo, se encontraba de camino a un aula para entregarle unos audífonos a alguien que claramente lo detestaba.
—No, no puedes acompañarme —aclaró Deidara, una vez que vio como Itachi iba directo hacia él.
—Sasori me los dio para que te los trajera —informó el azabache, mostrando los audífonos rosa.
Deidara dejo de ver a Itachi como un horrible ser ojeroso de repulsión y lo vió como un hermoso y magnífico ángel enviado desde los cielos para salvarle la vida, aunque claro, solo por un pequeño momento.
—¡Creí que los había perdido! —soltó con clara emoción, antes de casi arrebatarle los audífonos al más alto— Ahora sí podré terminar esta cosa.
Por un instante Itachi vio otra faceta de Deidara, lo que le hizo pensar que tal vez podría llevarse mejor con él que con Yahiko y Sasori. Podrían ser algo así como el dúo dinámico.
—¿No ibas a almorzar? —le pregunto el rubio, cuando vió al contrario tomar asiento en el pupitre de al lado.
—¿Que escribes? —cuestionó, apuntando al teléfono del rubio con una pequeña sonrisa, e ignorando la anterior pregunta.
Deidara soltó un pujido, posteriormente sonrió confianzudo.
—Solo una ligera comedia romántica entre dos féminas en la época victoriana. Una de ellas es una jovencita de familia acomodada y la otra es una mujer progresista con el sueño de volverse una pintora reconocida —respondió, con una sonrisa que solo se hizo más grande cuando Itachi lo miro con algo de asombro—. La historia ya casi llega a las cien mil lecturas.
—No me sorprende. Solo esa pequeña descripción hizo que me dieran ganas de leerla —dijo el azabache.
—Lo sé, soy muy bueno con las palabras. No por nada estoy subiendo igual que espuma en la plataforma donde publicó mis historias —añadió Deidara. Le gustaba como Itachi parecía prestarle atención, pues rara vez alguien lo hacía cuando hablaba de su trabajo.
—¿Y todo lo haces tú solo? —hizo otra pregunta, a la vez que se ponía cómodo en el pupitre.
—Cosas cómo estás es mejor hacerlas solo, así se puede tener un mejor control sobre los personajes, escenarios y la trama sin que nadie se interponga —contestó, dejando su teléfono sobre la mesa por primera vez en todo el rato.
—Una vez yo intenté publicar una historia Eduar por Roy, pero ni con diez capítulos supere las cien lecturas —comentó el azabache—, así que la borre.
—¡No debiste hacer eso! —dijo como si le hubieran contado sobre una enorme catástrofe— Que una historia no tenga vistas no quiere decir que sea mala. No creas que los escritores con muchas lecturas las tuvieron de la noche a la mañana.
—Bueno, supongo que me precipite un poco —soltó Itachi, con una sonrisita nerviosa.
—¡Eso fue precipitarse demasiado!
Así fue como una charla mucho más extensa comenzó. Tardaron tanto tiempo hablando que ni se dieron cuenta de cuando el salón empezó a llenarse porque la campana ya había sonado.
—Disculpa, ese es mi lugar —le dijo uno de sus compañeros a Itachi, una vez que la clase hubiera empezado.
(...)
—¡Horrible! —soltó Sasuke, mientras él y su hermano esperaban que su padre fuera a recogerlos— Nadie en toda esta maldita escuela tiene algo de clase.
—Tal vez el problema no es la gente —respondió Itachi, rogando por qué su padre llegase pronto. No podría soportar otros cinco minutos de quejas sin sentido.
—¿Que intentas decir? —preguntó el menor, notoriamente molesto.
—¡Oye, ciego! —gritó alguien a sus espaldas, haciendo que tanto Itachito y Sasuke como otras personas voltearan para ver de quién se trataba.
—¿Esa rubia es quien te llama ciego? —soltó Sasuke, con tono de burla— De verdad no sé porque me sorprende.
—¡Itachi Uchiha, ahora eres mío! —sentenció Deidara, sorprendiendo no solo a Sasuke, si no que también al mencionado.
De verdad no tienen ni la más mínima idea de cuánto estoy amando reescribir esto. ¡Me siento viva!
Siento todo ese entusiasmo y energía que sentía esa pequeña Ana que si se peinaba y que aún no se llamaba a si misma «Moru», a las diez de la noche cuando escribía ItaDei en una esquina de su cama con el teléfono que su papá le regalo unos meses atrás, esperando que más de doce personas leyeran su próximo capítulo. De verdad, no saben cuánto estoy amando hacer esto.
Espero que a ustedes también les esté gustando (≧▽≦)💜✨
![](https://img.wattpad.com/cover/228025045-288-k277220.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Las maravillosas desventuras de Itachi-san
FanfictionPor qué nadie es perfecto, ni siquiera Itachi Uchiha.