Esa canción
que me abrazó tantas veces
que me palmeó la espalda
con su mano de padre fiel.
Ella sabe cuándo la necesito.
Ella sabe cuánto la necesito.
No la llamo
no la busco
y ella me encuentra
aunque me escurra
en los callejones
más oscuros
donde las lágrimas
llenan las alcantarillas
de sal y amargura.
Esa canción
sólo aparece
y me besa la frente
como una madre
que mide la fiebre.
Ella sabe dónde estoy
Ella sabe cómo estoy
Y simplemente suena
y yo la dejo
que respire en mi oído
el dulce aliento de sus tonos
el cálido sonido
que suave golpea mi pecho
cada vez que se vacía
para que pueda llenarse otra vez
de aire y vida
para continuar
esta marcha
en esta ruta
que yo elegí.
Esa canción
que me empujó
contra el viento
y hoy escucho
nuevamente.
N. S.
5 de Junio de 2010
