Oh Vincent, te pido perdón.
Debo confesarte
que he profanado tu obra,
pero vos sabrás entender
a un nieto desesperado.
Ella amaba a los "mirasoles",
así llamaba a tus flores,
esas que marcan el tiempo
y danzan sutilemente
al ritmo del sol.
Oh Vincent, te pido disculpas.
He burlado tu majestuosa pintura
en pos del más profundo
gesto de amor.
Vos sabrás entender
a un nieto que entrega
a su abuela el corazón.
Ella amaba a tus flores
disfrazadas de sol.
Entonces sabrás entender
que tuve razones para
imitar tu pincel.
Mi abuela amaba a tus flores
con profunda devoción.
Comencé el dibujo sin tiempo
como cualquier dibujo
y cualquier tiempo.
Copié cada pétalo
cada tallo, cada hoja,
con obsesiva determinación.
Un día cualquiera
mis pinceles casi vírgenes
de pronto se secaron,
y tus flores quedaron
vacías de color.
Años pasaron y
ella enfermó,
como tus flores
cuando dan la espalda al Sol.
Comenzaron las señales,
esas que advierten
el final del camino.
Oh Vincent, te pido perdón,
pero no tuve más opción.
Mis pinceles renacieron
y tus flores finalmente
se llenaron de color.
Al fin mi abuela pudo ver
a sus Girasoles,
los que yo le regalé,
los que vos le regalaste,
los que nunca se ocultan
por más que no haya sol.
Vos sabrás entender
a un nieto desesperado
por regalar a su abuela
lo que siempre amó.
Nicolás Spirolazzi
28 de Junio de 2020
Dedicado a Doña Clara
