Beto Puede

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Padre, gran padre,
gladiador de mil batallas,
blandiendo una herramienta
siempre ganaste esa medalla,
la que solo un hijo te puede dar,
que es el eterno agradecimiento
por la vida.

Los domingos haciendo vereda,
preguntándonos por qué la vida es vida
por qué el sol calienta y el mundo
tira hacia abajo con su gravedad.

Esos domingos no se fueron
siempre están en mi espíritu.
Todo lo que hago tiene algo tuyo
y de mamá. Nada se pierde.

Gracias por dejarme buenas semillas
porque ya dieron los mejores frutos.
Un nuevo brote ya inunda
con su dulzura este huerto.

Eterna siempre fue tu tranquilidad
Gigante siempre fue tu entereza
Una montaña tu fuerza creadora
Y un vendaval tu gran corazón

No te arrepientas de nada,
tus errores también me sirvieron.
Beto Puede te haces llamar
sin duda que siempre pudiste
porque siempre quisiste.

Grandes cuadros cuelgan de mi alma,
en todos ellos hay pinturas tuyas,
pescando, reparando, inventando.
y en ellas también estoy,
y en ellas siempre hay rock,
y en ellas tu mirada siempre adelantada,
como quien sabe algo más,
que recién ahora, ya viejo, empiezo a comprender.

Siempre lo resolviste,
nunca retrocediste,
por más duro, por más difícil
por extraño.

Y aca estás nuevamente
sin marcha atrás
y vos sabes, yo lo sé,
que una vez más
lo vas a resolver.

Gracias viejo!
21 de Junio de 2020

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