Parte 16

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Se sentía...extraño, como si no estuviera ahí realmente, sentía que su mente flotaba. Pero por alguna razón ...sentía que había estado ahí, que había sentido eso antes.

Mikey empezó a caminar, pero no lograba ver nada.

-¿Hola? ...¿Chicos?....¿Hay alguien?- gritaba el menor, pero no recibía respuesta.

Optó por seguir caminando aúnque no viera dónde estaba o a dónde iba.

El menor estaba comenzando a cansarse, estaba considerando seriamente en detenerse a descansar.

Pero una voz llamó su atención, no comprendía que decía, así que trato se seguirla, caminó un poco hacía dónde creía provenía, hasta que llegó a una habitación iluminado, al principio le costó trabajo visualizarla pues haber estado en la oscuridad no le permitía ver, cuando sus ojos se acostumbraron a la luz, visualizo un árbol de cerezos, lo curioso es que la habitación había dejado de ser una habitación y parecía ser que estaba sobre un lago, y justo en medio el árbol.

El menor se sintió curioso, se acercó al árbol que por alguna razon le daba tanta nostalgia.

Antes de que le menor pudiera tocar el árbol, volvió a escuchar la misma voz.

-Mikey- le llamo la voz.

-¿Me conoces? ..¿Cómo sabes mi nombre?- preguntó el menor alzando la vista pues descubrió que aquella voz provenía de una persona que se encontrada sobre una rama del árbol.

Aquella persona cubierta por una capa oscura que parecía estar desgastada, sonrió al escuchar al menor.

-Asi es, te conozco- dijo sentándose sobre la rama y apoyandose sobre el tronco del árbol, quitando la vista del menor para girarla hacía el horizonte.

-¿Y tú quien eres? ¿Por qué me conocés?- interrogó el menor.

- Tus dudas pueden ser o no respondías, pero eso depende de ti-

Ante esa respuesta el menor hizo pucheros. -Mentiroso-

Aquella figura en el árbol tan solo rió.

- ¿Y por qué soy un mentiroso?-

- porque si fuera por mi, ya me habrías respondido-

El otro volvió a reír, pero está vez más fuerte. - Bien- dijo para después brincar y llegar donde de encontraba Mikey.

- ¿Qué te parece dar un paseo?- preguntó el más alto.

-No, mis hermanos dicen que no vaya con desconocidos.- dijo mientras entrelazaban sus brazos

- Pues entonces Raph, Donnie y Leo, le quitan la diversión a las cosas- el tono en qué lo dijo era confuso, pues no sabía si era triste, molesto o alegre.

- ¿Cómo conoces a mis hermanos?-

-mmmmm bueno eso es por que- el mayor se llevó una mano al mentón - Yo los conozco más que tú-

El menor mostró molestia - no es cierto, ellos son mis hermanos, mientes!-

- ehh...pero si yo sé que no saben cocinar, que Donnie toma mucho café y siempre se desvela, Raph se irrita fácilmente, y le encanta pegarte, y Leo se la pasa entrenando y meditando que no presta atención a los demás.-

- No es cierto!!- gritó el menor.
- Leo pasa mucho tiempo conmigo y cocina bien, no será la menor cocina pero lo hace lo mejor que puede, se esfuerza demaciado y siempre me conciente, Raph me comprende y no me pega, incluso me enseña movimiento para golpear el costal y Donnie come dulces conmigo y el duerme temprano para que en la mañana inventamos nuevas cosas!!- el menor quedó casi sin aire al decir todo eso.

Aquella persona frente a Mikey parecía sorprendido y después sonrió.

- ¿Lo vez? Tienes a los mejores hermanos del mundo, no necesitas más.-

La pequeña tortuga quedó sorprendido.

- Además...si llega un hermano menor...¿No te quitará a tus hermanos?-

-Te equivocas...ellos jamás me abandonarían- contestó el menor.

A lo que el otro colocó su mano sobre la cabeza del menor - así es, tus hermanos te aman, te aman tanto que ellos han cambiado-

El menor no comprendía a qué se refería ¿Cambiado? Pero ellos siempre han sido así, no logró preguntar nada, pues cuando Mikey quiso ver el rostro de esa persona solo logró ver una lágrima surcando su mejilla.

Cuando esa pequeña lágrima abandono su rostro para caer al lago, está creo ondas en el agua, provocado que todo comenzará a desvanecerse.

-Cuidalos por mí- fue lo último que se escuchó antes de que todo se volviera negro.


Mikey abrió los ojos sobresaltado *-¿Un sueño?-* pensó, pero al tocar sus mejilla se dió cuenta que estaban cubiertas por lágrimas.









Mikey, sin engaños, sin máscaras 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora