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Desde que el ruso rechazó a Horacio, el de cresta siempre llevaba consigo una libreta a la comisaría, su propósito era escribir sus sentimientos hacia Volkov en sus tiempos libres, para no dejarse llevar por estos en cualquier momento.

Había llegado la hora de descanso. Y como ya habían agentes patrullando, podía tomarse un rato solo y tranquilo.

Salió con pasos apresurados del lugar, vió de reojo un escalón de fuera de comisaría que se encontraba a solas, y procedió a sentarse ahí mismo.

Había un lindo atardecer pintado en el cielo, lo que le daba menos tiempo de escribir a causa de la oscuridad, pero más inspiración, ya que le recordaba al reflejo de los ojos de Volkov cuando este miraba el cielo.

Sacó la libreta y un lápiz, y comenzó a escribir...

"Hay una cosa que yo no te he dicho aún...
Que mis problemas, ¿sabes qué? se llaman: "tú"
Solo por eso tu me ves hacerme el duro...
Para sentirme un poquito más seguro."

Estaba muy triste escribiendo, en cualquier momento se echaría a llorar, o eso pensaba, hasta que algo le despejó todos esos pensamientos cuando dirigió la palabra.

.— Señor Horacio, ¿qué hace aquí?

Era la voz de Volkov, y lo que era instinto rápidamente apareció y escondió lo que tenía encima de sus piernas, detrás de su espalda.

.— I-iré al baño...— tartamudeó, a causa de los nervios. Definitivamente se echaría a llorar, así que empezó a correr hacia dentro de comisaría.

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¡holaaaa! llevo 5 historias volkacio archivadas, ojalá lograr que esta historia avance más y la lean. :(

Si hay errores de escritura o rebundacia de alguna palabra, ¡avísenme!

fuiste tú - volkacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora