856. Que la vida me perdone las veces que no la viví
857. El tiempo no se detiene, ni siquiera en esas horas en que se paran los relojes
858. Hay que inyectarse cada día de fantasía para no morir de realidad
859. Lo que vi en ti, no lo ves ni tú
860. Mira con los ojos del turista, que ven belleza donde todos ven ruina