Hermanastro

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Los besos fueron volviéndose más y más profundos, sus manos temblaban al palpar la suave y cálida piel. Zhan gimió cuando mordió su oreja, sonaba tan bien. Bajo por su cuello, Zhan buscaba quitarle la ropa, luego, nada, Yibo saco su cabeza del pecho de Zhan, dónde ya había dejado varias mordidas. Zhan se había quedado dormido, se alejo de inmediato, como si quemara, las cosas casi habían pasado a otro nivel, no podía hacerlo, no ahora, no con él.

Se metió al baño, tenía un creciente problemita entre piernas, tras ocuparse de ese problema y darse una ducha de agua helada salió, Zhan ya se había hecho un capullo de sábanas y edredón, era mejor, si seguía viendolo no sabía que podía pasar. Bajo a dormir al sofá, solo que no pudo hacerlo, toda la noche se quedó en vela, pensando en las cosas que pudo hacer con Zhan.

Por la mañana escuchaba ya movimiento arriba, así que fingió dormir.

Zhan despertó con dolor de cabeza, al no ser bebedor frecuente una sola copa de vino lo embriagaba, al punto de no saber que sucedía a su alrededor. Lo último que recordaba era a Yibo llevándolo a un auto. Nada después de eso. Pero de algún modo tenía la pijama puesta, casi toda, al ver la camisa sintió pena, solo era un préstamo y la había arruinado.

Sin más se dispuso a hacer sus labores, tomando una pastilla para el dolor de cabeza, recogió la ropa, acomodo el poco desorden hecho y bajo, llevaba la ropa en el cesto. Cuando llegó abajo pido notar a Yibo aún dormido. Camino a la cocina, la noche anterior lo había llamado hermanastro, no tuvo jamás hermanos, y además fue muy amable llevarlo a casa, cuidarlo, quizás no era tan malo como creía. Solo víctima de las circunstancias.

Comenzó a preparar el desayuno, tratando de no molestar al otro. El delicioso aroma hizo que Yibo no pudiera seguir fingiendo. Se levantó, llendo a la cocina, Zhan ya había preparado los platos, solo daba un último toque.

-Buenos días...-

-mmm-

-Sobre ayer...- Yibo se tenso, ¿El conejito recordaba todo?, ¿Estaba molesto?, ¿Quería más?, El sudor bajo por su espalda, tragar fue más difícil.

-Lamento los golpes de mi amigo, y los problemas para traerme, siento que todo fuera de ese modo y... Gracias... Por decir que soy tu hermanastro... No tengo mucha familia...-

Bien, esto era peor, podía soportar los berrinches del conejo, podía soportar que lo quisiera matar, nada importaba mientras no levantará barreras entre ellos, justamente dos eran difíciles de superar, amigos, mayor... Y estaba está, "hermano", si lo veía de ese modo... ¿Tendría algún día oportunidad de ser algo más?, No, nunca, la posibilidad era tan baja...

-mira,.he preparado un desayuno especial, hoy es domingo, así que pensé, podemos ir juntos a hacer las compras, como hermanos...-

Zhan seguía.divagando sobre su hermandad, Yibo quería arrancarse los cabellos, maldita la hora en que le dijo que eran hermanastros, maldito Haikuan que lo hizo decir esas cosas... Hermano no, quería volver a la.noche anterior, terminar lo que habían empezado, que Zhan gritara mil groserías al verlo en su cama desnudo, todo eso y la paliza que le daría dolería menos que ser llamado hermano.

-¿Me estás escuchando?-

-No, ha, perdón, estaba pensando en cosas... De oficina...-

-Bien, después de que te bañes.mw dejaras darle un vistazo a esos golpes... Fue demasiado agresivo, lo lamento...-

-Pides muchas disculpas, por algo que tú no hiciste...-

-Si, bueno, eres mi familia ahora...-

El desayuno era delicioso, pero fue difícil digerir, Zhan lo trataba diferente, hermano, no dejaba su mente, se día a dar un baño, escuchaba la lavadora trabajar y había música, Zhan amaba estar con ruido

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El desayuno era delicioso, pero fue difícil digerir, Zhan lo trataba diferente, hermano, no dejaba su mente, se día a dar un baño, escuchaba la lavadora trabajar y había música, Zhan amaba estar con ruido. Aún podía recordar sus suaves labios, lo suave y tersa que era su piel, así como su delgada cintura, quería volver. Maldijo su conciencia y autocontrol, de haber pasado más allá del límite, podía ser herido, pero Zhan lo miraría como un hombre, no como a un hermano.

Tras enviar a Yibo a bañar Zhan lavo las ropas y salió a tender las en el jardín, miro el cielo, parecía un gran clima, el jardín necesitaba plantas, quizás Yibo quiciera acompañarlo por algunas. Al entrar a la casa su corazón y mente se quedaron en blanco. Palideció para después enrojecer, la vista que lo había recibido era terrible. Wang Yibo se había dejado la ropa en el sofá así que sin pudor alguno bajo a vestirse. ¿Era real?, Zhan no quería mirar, y sus traidores ojos se revelaron, delineando cuidadosamente ese abdomen, tan marcado, se veía duro cada músculo, Zhan sospechaba de su fuerza, pero esto era otra cosa. Las gotas de agua marcaban un recorrido erótico, bajando lentamente por su cuello, tocando esos músculos, abajo, más abajo... Yibo le dió una vista de su perfecta espalda, ancha, dormida, bien podía aferrarse a esos hombros...

La toalla cayó de la cintura de Yibo, fue cuando Zhan reaccionó, el cesto cayó de sus manos, su corazón dejo de latir, Yibo lo miraba curioso, se giró, Zhan resaba para que no lo hiciera, muy tarde, Yibo se había girado, Zhan cerró los ojos con fuerza.

Yibo se vestía tranquilo, sintió el frío al perder la toalla de la cintura, pero no era para tanto, tomo sus calzoncillos justo cuando escucho un golpe, al mirar se encontró con un conejito rojo hasta las orejas. Se puso los calzoncillos lentamente mientras se giraba por completo, Zhan cerro los ojos con fuerza, incluso llevo sus manos contra su rostro.

Quería burlarse, el inocente niñito pervertido, lo había visto todo, le daba gracias que se sintiera apenado, pero era buena señal, eso quería decir que aún lo consideraba un hombre... Y mejor aún, si aún no se convencía de esa hermandad, el se encargaría de que jamás se perpetrara.

Se terminó de vestir, llendo al lado de Zhan, su respiración agitada y lo rojo de su cuello eran notables.

-Zhan-zhan ya estoy listo, vamos a hacer las compras...-

-s... Si... Va... Vamos- su voz aun temblaba al descubrir su rojo rostro, Zhan paso al lado de Yibo para tomar sus llaves, ese hombre era demasiado caliente para su salud mental.

Yibo por su lado estaba encantado, el conejito estaba tan nervioso que dejó tirado si cesto. Lo levanto poniéndolo en un rincón, llendo detrás de Zhan quien ya se estaba calzando para salir.

Vería hasta donde llegaba ese chico en negar la clara atracción que sabía sentía por el, esperaba no fuera.mucho antes de volver a repetir y completar lo que dejo la noche anterior....

Bajo el mismo techoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora