Ya era hora, ¿para qué esperar más? ¿a estar más asentadas? Más aún era imposible. Habíamos cumplido nuestros sueños, los sueños que teníamos juntas y los sueños individuales.
Luisita y Amelia se habían conocido ya hacia 12 años, cuando contaban con 22 y 28 años respectivamente (se llevaban justo 5 años y medio de diferencia). Ya llevaban 12 años juntas. Habían superado la crisis se los 7 años y cada día estaban más enamoradas y felices de haber decidido compartir su vida.
Luisita murió de éxito con su empresa de diseño de camisetas. Aquello se le quedaba pequeño y ella le quedaba pequeña a todos los encargos que recibía. Así que fue a por todas y con los ahorros que su acomodada vida le había permitido guardar, creó una pequeña empresa de diseño gráfico que en un par de años que convirtió en empresa de referencia a nivel nacional.
Amelia llevaba años siendo estrella de algún musical al menos dos veces al año, había grabado tres discos, compuesto la mayoría de sus canciones y colaboraba com una compañía de danza aportando su visión "parisina" que siempre la había caracterizado. Últimamente, con tanto ajetreo, le apetecía más dedicarse a escribir, quería crear un musical desde cero y así lo estaba haciendo: la música, el guión, las coreografías... todos la apoyaban, desde los amigos hasta los inversores, ya que tratándose de Amelia Ledesma sería un éxito seguro.
Tenían un bonito y amplio ático con 3 habitaciones, 2 baños y una gran terraza donde ver crecer sus plantas, cuidar de su huerto urbano y donde colocar un gran compostador hecho a mano por Amelia. El compostage resultante les servía para dar vida a toda aquella vegetación y alimentar el crecimiento de sus hortalizas, ya que el consumo de productos ecológicos era algo que primaba en la alimentación de la pareja. Ya hacía años que se seguían una dieta vegana, fruto de su amor por animales. También era un lugar donde poder relajarse en la piscina o jugar con sus 3 perros y sus 3 gatos.
La casa de la playa, la casa de la montaña, una bonita colección de motos (la pasión de Luisita, no profundicemos, pero Amelia pensaba que debería quedarse sólo con su favorita) y dos magníficos coches respetuosos con el medio ambiente. Creían tener el escenario idóneo preparado para aumentar la familia y no morir en el intento. Hasta tenían decididas las escuelas a las que asistirían sus hijos, sólo les faltaba decidir que carrera universitaria estudiarían, aunque Amelia siempre le recordaba a Luisita que deberían ser ellos los que decidieran eso.
Siempre lo tuvieron claro, querían tener un hijo, hijos, lo que fuera. No habían pensado más allá. No habían pensado si uno, si dos o si tres. En aquel momento no tenían preferencia por niños o niñas. Sólo querían formar una familia, un sueño muy grande o muy pequeño según desde la perspectiva que se mire.
Nunca les había preocupado el tema, al igual que nunca les había preocupado la boda. Cuando se conocieron, en abril de año 2000, aún faltaban algo más de 5 años para que en España se legalizara el matrimonio entre personas del mismo sexo. No es que no lucharan por sus derechos, siempre lo habían hecho, eran de las que salían con la bandera gay pintada en la cara el día del orgullo, pero estaban tan seguras de que en el momento en que decidirán dar el paso aquella ley ya habría sido aprobada, que nunca se plantearon que no fuera a ser así y siguieron con sus planes de futuro sin la más mínima preocupación. Hicieron bien ya que el 3 de julio de 2005 se aprobaba la ley que permitía que un matrimonio pudiera ser celebrado entre personas del mismo, con plenitud e igualdad de derechos y obligaciones.
A los dos años de conocerse, Amelia ya le había pedido a Luisita que se casara con ella sabiendo que era el amor de su vida. La rubia le dio un gran sí y llevó su alianza con orgullo, sabiendo bien las dos que eran muy jóvenes (especialmente Luisita), que aún no era el momento y que aún no era legal. Pero el proyecto ya estaba trazado en su plan de vida y no les importaba esperar, lo que fuera necesario para ellas y para la sociedad, con tal de seguir juntas siempre.
Los años fueron pasando y ese proyecto de vida en común se fue haciendo realidad, paso a paso y con mucho amor.
Con sus carreras universitarias terminadas y asentadas en buenos puestos de trabajo, fueron viajando y disfrutando de los placeres que les ofrecía la vida.
Llegó un momento en que Amelia dejó del todo su piso de soltera (aunque casi todas las noches dormían juntas) y se trasladó a casa de Luisita, ya que ésta, desde un principio, se había encargado de preparar un hogar para las dos, o las personas que acabaran formando la familia Gómez-Ledesma.
Una noche, durante una fiesta en casa de Luisita, alguien preguntó el motivo por el cuál aún no vivían juntas y Luisita saltó: "¿quién te ha dicho que no vivimos juntas?". Muy sorprendida Amelia preguntó que desde cuándo y una resuelta Luisita respondió: "desde ahora mismo", y añadió que Amelia no volvía más a casa, aunque estuvieran a cinco minutos andando.
A la mañana siguiente fueron a buscar a los tres gatos de Amelia y algo de ropa. Sus dos perros ya estaban en casa de Luisita ya que siempre iban con ella todos los sitios.
Así que para aquella comida de domingo en pleno mes de agosto, resultó que se juntó la familia al completo como nunca antes lo había hecho: 7 perros, 6 gatos, Luisita, el amor de su vida y un montón de brócoli. Para Amelia aquella era su auténtica familia, para Luisita un gran éxito habérsela conseguido.
La familia Gómez-Ledesma.
Gómez primero, ya que el apellido Ledesma no les recordaba precisamente a la mejor familia del mundo, pero debía tener representación ya que era una parte importante en el desarrollo de Amelia como persona.
Se casaron, lo hicieron el día de su 12 aniversario, el día en que se cumplían 100 años del hundimiento del Titánic, un viernes 13.
Así que, decididas del todo, en cuanto volvieron del viaje de novias fueron a visitar al ginecólogo.
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Siento el Corazón
FanfictionAmelia y Luisita lo habían conseguido todo en la vida. Habían cumplido su destino y no podían ser más felices. Ahora era el momento de realizar su último gran sueño: quedarse embarazadas. Vamos a acompañar a las #Luimelia en esta aventura.