3 - Las prisas son muy malas

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Antes de que empecéis a leer este capítulo debo aclararos una cosa. Este fic no está basado en una historia real, es una historia real. Los diálogos no salen de mi imaginación, salen de mis recuerdos. He decidido compartir mi historia a través de los personajes de Luisita y Amelia para que seáis conscientes de la suerte que tenemos de vivir en 2020 y de tener a nuestro alcance técnicas de reproducción asistida.

La decisión que habían tomado en un principio ya parecía ser la correcta. Pero Amelia necesitaba replantearse la situación con la nueva información obtenida. No quería arrepentirse de nada en un futuro.

Volvieron hablar todo lo hablado una y mil veces y siempre llegaban a la misma conclusión. Se permitieron dudar, cambiar de idea y volver a la inicial, contemplar todos los escenarios posibles  y por fin darle una vuelta más a todo, hasta estar bien seguras de que estaban tomando la decisión correcta, o al menos la correcta según ellas en aquel momento. Luisita quedaría embarazada y serían las madres más felices, entregadas y maravillosas del mundo.

Exactamente seis días después de la visita con el ginecológico, llamaron a la consulta para decir que finalmente sería Luisita quien intentaría el tratamiento de fertilidad.

No fue necesario ni volver a pasar por la clínica.
El doctor Soler les envío por correo electrónico las peticiones para las pruebas sanguíneas que deberían realizarse, y les dió el contacto de la clínica de fertilidad donde deberían encargar el esperma.

Al momento de recibir la información llamaron a la clínica para pedir cita. La primera hora disponible era en septiembre y en aquel momento se encontraban a finales de mayo. Y pensar que Luisita creía que en ese mismo mes de mayo iba a quedar embarazada.

-!Ay Luisita, hija, no te preocupes! Decidimos ser madres, eso ya es un gran paso. Tú quieres que todo sea para ya mismo. Todas las cosas tienen su proceso, cálmate un poco. No tenemos ninguna prisa, vamos a hacer las cosas bien.

-Ya, Amelia, pero ahora que nos hemos decidido... pues pensaba que iba a ser todo más rápido, no sé... esperaba...

-Esperabas salir embarazada de la primera consulta con el doctor. Si es que ya te vale... Estas cosas no son tan fáciles como parecen.

Luisita llamó desconsolada al doctor Solé explicándole el contratiempo. El doctor la escuchó tan afectada que decidió tomar cartas en el asunto y hablar con un contacto suyo en la clínica de fertilidad. La doctora Castro-Crespo había sido su mejor alumna y sabía que en un momento así podía contar con ella. Hizo la llamada de rigor y enseguida informó a las chicas de que en breve las citarían en la clínica de para la primera visita.

-¡Amelia, Amelia, que lo hemos conseguido, que nos van a adelantar la cita! Ves, no hay como querer mucho algo para conseguirlo.

-Luisita, creo que te estás entusiasmando demasiado rápido. Sólo es una primera visita. Es el inicio del proceso. Supongo que nos van a explicar cómo funciona todo con detalle, no pienses que vas a salir de ahí embarazada. Creo que vamos a tener que armarnos de paciencia.

-Si Amelia, lo que tú digas. Pero gracias a mis ganas y a mi insistencia nos han adelantado cuatro meses la visita.

Al día siguiente Luisita recibió la llamada de la clínica informando que podían pasar aquella misma tarde. La llamaron a ella y no Amelia porque dejó bien claro que fuera a su teléfono al que llamaran primero, sólo en el caso de no contestar debían contactar con Amelia.

Amelia estaba en el teatro. Por la mañana tenía ensayo para repasar las nuevas coreografías y a las 6 de la tarde la primera representación, no llegaría a casa hasta pasadas las 12 de la noche. Ese horario era habitual en el trabajo de Amelia, y estando justo a media temporada teatral, aún faltaban unos días para que librara de nuevo.

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