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003

Narra [TN]:

Me desperté temprano, me bañé y me puse el uniforme. Tal y como me lo abia advertido mi abuela días antes, un carruaje pequeño pasó por nosotras, y cordialmente le solicitamos  que nos dejara un poco lejos de la institución para no levantar sospechas.

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Mientras esperábamos el carruaje, me acerqué al conductor, un hombre robusto con un bigote prominente. .

—Buenos días, señor —dije, con una sonrisa que ocultaba mi verdadera intención.

—Buenos días, su Alteza —respondió él, inclinando ligeramente la cabeza.

—Necesito que nos deje un poco lejos de la escuela, justo antes de la entrada principal —ordené, con un tono más firme.

—Pero su abuela me dio instrucciones claras de llevarlas directamente a la escuela —replicó, frunciendo el ceño.

Di un paso adelante, invadiendo su espacio personal.

—Escúcheme bien —dije, bajando la voz pero manteniéndola firme—. Si usted nos delata, le aseguro que no volverá a trabajar aquí, ni en ningún otro lugar. ¿Entendido?

El conductor tragó saliva, claramente nervioso.

—Sí, su Alteza. No diré una palabra a nadie —respondió, con voz temblorosa.

—Más le vale. Ni una palabra —reiteré, dándole una última mirada intimidante antes de volver a mi tono más suave.

Subimos al carruaje y nos pusimos en marcha, sabiendo que todo estaba bajo control.

[Si claro, cordialmente]

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Al llegar a nuestro "punto de bajada" Caminamos el resto del camino hasta la entrada del instituto, tratando de mantener un perfil bajo. Sin embargo, al entrar, tres chicas nos miraron con desdén y pronto se nos acercaron, como si estuviéramos invadiendo su territorio.

—Oye, tú, campesina —dijo una de ellas, cruzando los brazos y mirándome de arriba abajo como si estuviera evaluando un insecto.

—¿Qué pasa? —respondí, intentando mantenerme tranquila mientras mi mente ya estaba en alerta máxima.

—Me enteré de que le estás coqueteando a mi novio —acusó, con una mirada tan afilada que casi podía cortar el aire.

—¿Novio? —pregunté, genuinamente confundida y sin entender de qué estaba hablando.

—Sí, el príncipe park es mi no... —comenzó a decir, pero su frase fue interrumpida por una risa resonante.

—¡Jajaja! cómo me río eres un bufon ¿verdad? Ya que mi madre esta solicitando uno. ¿Yo tu novio? No digas cosas que no son, Momo —

rió Jimin, acercándose con una sonrisa burlona y cruzando los brazos.

—A ver, yo no le estoy coqueteando a tu novio, y si me disculpas, me voy —dije, levantando una ceja y dándole la espalda a Momo con una pequeña sonrisa.

—Y no te nos acerques —añadió Lisa, dándole un empujoncito a Momo para despejar nuestro camino.

Narradora:

Momo, con los ojos llameantes, agarró a tn del cabello, pero esta reaccionó rápidamente y le dio una cachetada que la dejó en el piso. Las otras chicas, incluyendo a park, quedaron impactadas, pues Momo era conocida como la bravucona del instituto. Ya que esta creía que del reino que provenía era el más poderoso

Pobre ingenua

—¡Guau! Me encanta esta tn ruda —dijo Lisa, riendo mientras daba palmaditas en la espalda de tn.

—¿Yo ruda? ¡De dónde! —respondí, aún un poco sorprendida por mi propia reacción y sacudiendo las manos como si intentara alejar la adrenalina.

—tn no mata ni a una mosca, pero andando a las clases —bromeó Jisoo, haciéndonos reír a todas mientras caminábamos hacia el aula.

Narra T/N:

Entramos al aula y pude notar que todas las princesas llevaban al menos una joya de máximo valor, ya fueran pendientes, pulseras, collares o adornos para el cabello.
no me sentí mal en lo absoluto pues Yo  llevaba una pequeña cadena de oro que mi madre me regaló antes de morir. Me había dicho que ese medallón había pasado de su tatarabuela, Marelein I, hasta llegar a mí, y que me daría suerte.

Simplemente es como tenerla alado mio a donde quiera que vaya

Entramos y todos nos miraron con desdén, hasta que el maestro habló.

—Bueno, chicos y chicas, hoy tenemos a cinco chicas campesinas que están aquí por una beca completa —dijo el maestro, ajustándose las gafas y mirando su lista.

Le lancé una mirada agradecida y él me guiñó el ojo, asegurándome que estaba de nuestro lado.

—Bueno, preséntense —continuó el maestro, señalándonos con un gesto amable.

—Bu... bueno, yo soy Lisa... —comenzó Lisa, algo nerviosa, moviendo un pie hacia adelante y hacia atrás.

—¡A nadie le importa! —gritó una voz desde el fondo del aula, seguida de risas.

—Señorita hwasa, por favor, guarde silencio —reprendió el maestro con firmeza, mirando con severidad a la fuente del grito—. Puede continuar, señorita.

Lisa respiró hondo y volvió a intentarlo, esta vez con más confianza.

—Yo soy Lisa, y vengo de un pequeño pueblo donde he trabajado muy duro para estar aquí —dijo, enderezándose y levantando la cabeza con orgullo.

—Yo soy Jisoo, y aunque vengo de una familia humilde, estoy aquí para demostrar que el esfuerzo y la dedicación pueden llevarnos lejos —añadió Jisoo, cruzando las manos delante de ella y sonriendo con determinación.

—Mi nombre es Jennie, y estoy muy agradecida por esta oportunidad de aprender y crecer en este instituto —dijo Jennie, inclinando la cabeza ligeramente en señal de respeto.

—Soy Rose, y espero que todos podamos convivir en armonía y aprender unos de otros —finalizó Rose, mirando a sus compañeros de clase con una sonrisa sincera.

Finalmente, llegó mi turno. Respiré profundamente y hablé con claridad, sosteniendo mi medallón por un momento.

—Yo soy t/n , y aunque soy campesina, estoy aquí para aprovechar esta oportunidad y mostrar que todos merecemos respeto y una oportunidad para demostrar nuestro valor —dije, con la voz firme y los ojos brillando con determinación.

El aula quedó en silencio por un momento antes de que el maestro retomara la palabra.

—Muy bien, chicas. Espero que todos las reciban con respeto y les den la bienvenida como se merecen. Ahora, pueden tomar asiento y comenzar con la clase —dijo, señalando algunos asientos vacíos en la parte delantera del aula.

Nos dirigimos a nuestros asientos, sintiendo las miradas de todos sobre nosotras, pero sabiendo que estábamos listas para enfrentar cualquier desafío que se nos presentara. Nos sentamos y sacamos nuestros materiales, preparándonos para el día que teníamos por delante.