SORPRESAS DE LA VIDA

CAPITULO IV

- Archie, Stear- dijo Candy acercándose a ellos por el corredor

La expresión de Archie cambió cuando vio que detrás de Candy estaba Ricardo – y tú qué haces aquí?

- fiu - dijo Ricardo mirando a Archie de lado – no sabía que eras dueño del barco elegante

- Ricardo – dijo Candy estremeciéndose al sentir la mano de Ricardo en su hombro

-Retira tu mano de ella – dijo Archie retirando violentamente la mano de Ricardo

- Por lo visto el elegante tiene su carácter, cálmete elegante no quiero lastimarte

- ¿Qué dijiste? – dijo Archie alzando los puños

- Tranquilízate Archie no vale la pena – dijo Stear sujetando a su hermano

- Ricardo paso al lado de Candy y la miro de costado – adiós pecosa – dijo el castaño alejándose por el corredor

- Ricardo siempre logra que pierdas el control Archie. No dejes que te manipule así

- Manipularme dices?

- Si, hermano tu siempre terminas molestándote cuando lo ves

- Lo se Stear pero me saca de quisio su comportamiento – Candy – dijo Archie llamando la atención de la rubia

- Dime Archie - dijo Candy mientras veía a Ricardo alejarse por el corredor

- No te acerques a Ricardo él solo quiere bullarse de ti

- Ni me lo digas – dijo Candy en voz baja

- Dijiste algo Candy? – dijo Stear

- No es nada Stear.... No..... es..... nada

- Creo que perdí el apetito si me disculpan estaré en mi camarote dijo Archie

- Archie espera

- Déjalo Candy es mejor que lo dejemos solo

- Pero...

- Estará bien deja que se calme y volverá

-La rubia miró a su primo quien le regaló una sonrisa – Candy que te parece si ordenamos que nos lleven el desayuno a nuestro camarote?

- Pero....

- No te preocupes Candy espera aquí - dijo Stear acercándose a uno de los camareros que estaba a punto de entrar al comedor

Luego de hablar unos minutos con el camarero este asintió y dijo enseguida señor

- Listo Candy volvamos al camarote principal - dijo Stear brindándole su brazo a la rubia

- Señor Anderson lo que usted me pide no es posible

- Podría decirme cual es la razón?

- Mi hija ya está comprometida con uno de mis sobrinos y por tanto usted comprenderá que no puedo romper ese compromiso

- Entiendo señor Andrew, que afortunado es su sobrino

- Disculpe si le hice perder su valioso tiempo

- No señor Anderson no se preocupe usted no lo sabia

- Espero que esto no afecte nuestra amistad

- No es así es más podríamos hacer negocios juntos en un futuro

- Muchas gracias Señor Andrew gracias por su tiempo – dijo el Señor Anderson retirándose

El señor Anderson caminó por los pasillos del barco por varios minutos muy pensativo y al entrar a su camarote vio a Ricardo recostado en su cama - ¿Qué haces aquí mocoso? Eso no importa ahora escúchame muy bien mocoso debes lograr que la señorita Andrew rompa su compromiso, enamórala, has lo que tengas que hacer pero debes lograr que ella se case contigo me entiendes?