C u a r e n t a y d o s

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-- Jeong Suni o Song Suni ¿Como debería llamarte?

Una almohada pego en mi cuerpo, era pesada, al parecer fue hecha con ropa vieja y piedras. Me levanté de golpe y otra almohada calló en mi cara, mi nariz hizo un extraño crujido y un líquido caliente empezó a salir.

-- IDIOTA!! -grite- me has sacado sangre de la puta nariz!! -mantuve la cabeza inclinada-

-- A quien llamas idiota cabeza de mula!! -grito- no me conoces y ya me insultas!!

No reconocí la voz y no me importaba, sólo quería parar mi sangrado nasal, tome una toalla y apreté el tabique de la nariz, el sangrado paro pero no podía respirar, me quite la sangre que tenía en el rostro y con la yema de mis dedos me di un ligero roce.

-- Casi me rompes la nariz maldito imbécil.

-- Lo siento, sólo quería ver quien es el nuevo juguete del señor Kim, al parecer eres una arrastrada mas -dijo burlon-

-- Quién eres? -me levanté de la cama-

-- Un fiel amigo de Kim

-- Sólo viniste a eso? -dije molesta-

-- Por supuesto que si, ahora vístete decente y baja a desayunar.

Salió de la habitación, me puse un pantalón holgado y una camiseta blanca que encontré ahí, bajé las escaleras y llegue a la cocina, el estaba ahí al igual que el niño molesto y dos mujeres que preparaban desayuno.

-- Buenos dias - dije siendo amable -

-- Buen día señorita - dijeron las señoras -

-- Buenos dias Song - dijo Kim- sírvele algo ligero a esta chica Jun, debe mantenerse delgada

No dije nada y solo me senté al otro extremo de la mesa, donde no molestará a Kim y ese amigo suyo no me molestará a mi.

Pronto paso la hora del desayuno y mi vida corría peligro con cada paso que daba dentro de esa casa, el chico sin nombre me seguía a todos lados y observaba con detenimiento mis movimientos, el escalofrío recorría mi cuerpo por las miradas intensas que me daba, Kim no estaba dentro de la casa y eso me ponía aun mas nerviosa.

-- Esconder tu personalidad no te servirá de nada conmigo - dijo a mi oído y me puso los cabellos de punta- estabas tan sumergida en tus pensamientos miedosos que no te diste cuenta de que hay pasillos escondidos en toda la casa y por tal motivo he llegado a tu lado tan rápido.

-- No me interesa en lo mas mínimo quien seas - me quedé quieta - apenas y se de tu existencia, no tienes motivos para acosarme esta forma.

Di un paso hacia atrás, el paso delante de mí, intento tomarme de las manos pero puso una cara de asombro, di un segundo paso y tope con alguien, me tomo de la cintura y me adentro a la única habitación en ese pasillo, caí al suelo y la puerta se cerró a mis espaldas.

-- Te dijeron que la dejaras en paz y lo primero que te dicen que no hagas lo haces, Kim no está aquí para andar cuidando de un crío como tu, así que andate a la pitorra mientras este yo.

Después de eso todo se quedo en completo silencio, me levanté y me acerqué a las cortinas y las abrí, la luz que entraba era tenue y entendí por consiguiente que estaba en el lugar mas frío de la casa, me senté en el sillón de piel negro junto a la ventana y observé la habitación con detenimiento, la puerta se abrio.

-- Jeon - dije sorprendida - ¿Que haces aquí?

-- Te salve de ese crío, así que...

-- Gracias Jeon

No contesto, solo se quedo ahí parado viendo a la ventana, su reflejo era casi visible, mi mente se quedo en blanco y no trate de preguntarle nada.

-- Mi hermano no sabe que estoy metido en estas tonterías, si algún día lo vez, evita decirle en que estaba metido.

-- Supongo que ya lo sabe - agache la cabeza- mencionó tu nombre por alguna razón y alguien le dijo que ya no eres el mismo. 

Salió de ahí y lo seguí, me llevo a mi habitación y se marcho después de verme entrar, arregle las pocas cosas que ahí se encontraban y limpie el polvo de los estantes para libros, una puerta se cerró, pero no era la mía, me senté en la cama y unos gritos se escucharon, era una niña pidiendo comida y agua, azotaron de nuevo otra puerta y está vez salieron una mujeres gritándole a la niña.

Jeon entró sin avisar y cerró con seguro, busco cajones en la base de la cama y sacó cajas metálicas, eran cajas fuertes.

-- Lamento entrar sin avisar, era urgente, la niña que está gritando es tu hermana -lo vi confundida- esta molesta por que Kim no está aquí y está obsesionada con el, al parecer le gusta mucho.

-- No la conozco, entró gritando por comida y agua, me tomo por sorpresa el que halla gritado, casi me ahogó con mi saliva. - el sonrió- ¿Te agrado?

-- A que se debe tu pregunta -guardo las cajas-

-- Simple... curiosidad - nos vimos a los ojos-

-- Te conozco desde que eras una niña, tu madre cuidaba de mí madre y de mí cuando se separó de mí padre. No esperaba que me agradaras tanto como ahora y te quería lejos de Kook, pero terminaron siendo tan buenos amigos que no me quedo mas que soportarte.

No me dejo decir nada, salió sin decir adiós y cerró la puerta, al poco rato entró una mujer con toallas y cambio de ropa, me dio un juego de tres llaves que dejé en una mesa cerca de la ventana, me guío al baño y ahí se quedó.

-- Puedo bañarme sola - se quedó aun así-

Me quite la ropa frente a ella y me bañé, salí y ella me enredó en las toallas, me acompañó al cuarto y vio como me cambiaba, me colocó calcetines y zapatos para andar dentro de la casa.

-- Lamento incomodarla, pero son órdenes del señor Kim, no puedo dejarla sola cuando se esté bañando o valla al baño.

La mañana se paso muy rápido, ella fue por mi a la hora de comer y se quedó acompañando, agradecí que aquel chico y mi supuesta hermana no estuvieran ahí o no sabría que hacer.

Secuestrada por TaeHyung +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora