El pasado se apiadó de mí

18 8 1
                                    

Bebiendo de la copa de tu amor le pregunte al pasado ¿Por qué los amores más intensos terminan siendo tan cortos? No se si fue que se apiado de mí, o que el whisky con coca cola ya estaba haciendo efecto en mi organismo, pero por primera vez me respondio. Con la suave brisa del viento me susurro al oído que el amor menos consumado siempre va a ser el más tallado en nuestra piel, porque no se trata de recuerdos vividos, se trata de recuerdos que nos quedaron por vivir, de esas ganas de demostrarle al mundo que éramos uno y nunca llevamos a cabo, se trata de esas madrugadas desvelados mirando las estrellas que nos faltaron y no de las que pasaron. Me dijo también la luna que el misterio de los amores tan cortos era que nos quedamos con todo el sentimiento por dentro, sin tener la oportunidad de agotarlo exteriorizandolo. Por eso es que al día de hoy aún te pienso, aún recurro a aquella tarde de verano cuando en contra de todo y todos jugamos a adolescentes enamorados a la orilla de la playa, por eso es que todavía escribo tu nombre en la parte de atrás de mi cuaderno de Álgebra como si tuviese diez años, que me paso horas soñando despierta antes de ir a la cama con cosas que probablemente nunca sucederán, con un deseado reencuentro donde podamos retomar la historia que dejamos a medias y escribir lo que no fue en aquel entonces. En su momento me dijiste "el futuro es incierto", me contaste aquella anécdota de las dos personas que se separaron pero se amaron tanto que se les olvidó que el mundo era redondo y en un ocaso otonal se volvieron a encontrar; y aquí estoy yo, esperando que los te quieros que le grito a la nada lleguen a ti cuando abras tu ventana en la mañana, como la rafaga fresca de aire que te alegrará el día, que sean suficiente mis infinitos deseos de un "otra vez" para que un dia, no se como ni de que manera, pueda volver a verte, me vuelvas a acunar en tu pecho y me digas cuando me extrañaste. Esperando el día que tenga orgasmos y no lágrimas a las tantas de la madrugada, que mis sollozos se conviertan en jadeos y mis lágrimas en tus gemidos. Y lo esperaré, hasta entonces tendre que conformarme con escribirte cada noche poesias que puede que nunca leeras pero con la fe no perdida de que en algún momento el "tú y yo de nuevo" pasará.

Dentro de mi mente ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora