La niña

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Me miré al espejo esa noche y estaba tan distinta que a penas me reconocí. La niña de sonrisa amplia y cachetes sonrojados ahora tenia una mirada muerta oculta detras de una sonrisa falsa. Ahora la pequeña de larga cabellera tenía el cabello por los hombros o más corto como muestra física de las alas que le ha cortado la vida. Ya no canta bajo la lluvia o chapotea en los charcos porque la flor de su felicidad se fue marchitando por cada gota de agua que le robaron en malas acciones. Ya no se siente viva y aún lucha por vivir.

El tiempo pasa rápido y las memorias se van guardando tan profundo, que ya empolvadas al final de la gaveta de los recuerdos es difícil sacarlas a la luz. Así la niña aprendió a buscar ella misma el brillo que le faltaba a sus ojos. A regalarse frente al espejo cada mañana la más sincera de las sonrisas, porque sabe que ella es la única con la que siempre podrá contar y quiere agradecerse con lo mejor. Ahora no solo canta bajo la lluvia, sino que corre bajo esta y le lanza besos al cielo por permitirle un día más. Se coció a sí misma las alar para poder volar.

Rompió con todas las barreras y por primera vez fui libre.

Dentro de mi mente ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora