[6] Entre hermanos.

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— ¡Nunca! ¡Jamás dejaré que este sea mi asesor! ¡Prefiero reprobar el año! — gritó enojado el rubio mientras pisoteaba el suelo frenéticamente. Alec todo perdido miró a Aoshi y después a Kanon y viceversa con ojos tan abiertos que casi se le salen sus ojos de las órbitas.

— Alec, sé que estás confundido, te lo explicaré. — habló Kanon tranquilamente ignorando por completo a Aoshi que aún hacia un escándalo.— Pues, Aoshi le va muy mal en las materias y entre todos los profesores hemos decidido que si quería mejorar debía tener un asesor, tu eres el más calificado para eso.

— ¿Yo? P-Pero yo no puedo, estoy seguro que Aoshi no está de acuerdo. — respondió Alec nervioso por tal propuesta, pues lo que más quería era alejarse de Aoshi para evitar cualquier riña.

— No tomen decisiones precipitadas, hablen un poco, tal vez se pongan de acuerdo. — habló Kanon tranquilamente mientras se levantaba de su asiento y se dirigía a la salida del salón. — Les dejaré un poco de privacidad.

Y cerró la puerta tras de él, dejando a los dos muchachos solos en la habitación, un incómodo silencio hizo que la tensión se intensificará más, Aoshi le daba la espalda mirando a alguna ventana de la parte izquierda del salón. Alec sentía un nudo en la garganta que tuvo que tragarse para dar el primer paso hacia el rubio, Alec iba a decir algo cuando fue interrumpido.

— Jamás te pediré tu ayuda, no me importa que tan mal me vaya en las clases. — habló fríamente aún de espaldas y se volteó con su mochila en el hombro para salir de repente por la puerta, Kanon apareció a través de la puerta llamando a Aoshi por el pasillo. Alec salió del salón, y vio como la espalda  De Aoshi se perdía en la distancia.

Por alguna razón podía sentir la preocupación del rubio, pero sabía que jamas lo admitiría en voz alta, en cambio también se sentía algo extraño. Por el hecho que Aoshi cree que va a ser el fin del mundo sólo por que él le ayuda en las clases, como si fuese a contagiar una enfermedad mortal con sólo su presencia. Una parte de él quería saber el porqué.

Y sin darse cuenta emprendió carrera tras el rubio, vio por una esquina que ya estaba dispuesto a irse, aceleró el pasó y lo detuvo tomándole del brazo.

— ¡Espera Aoshi!

— ¡Quítame tus manos de encima! — exclamó enojado dando un manotazo para que lo soltara.— ¡Te dije que no vas a ser  mi...!

— ¡¿Y porqué?! ¡¿Porque me odias tanto como para estar dispuesto a reprobar el año!? — alzó más la voz el castaño provocando que Aoshi fuera aturdido por el volumen y la pregunta, el rubio levantó las cejas mientras parpadea varias veces ingenuo. — ¡Responde!

Alec frunció el ceño y miró profundamente a Aoshi mientras aprieta los puños. Aoshi volvió en si y le devolvió la mirada pero más desafiante.

— ¡No tengo por que darte explicaciones! ¡Déjame en paz! — estaba dispuesto a darse la vuelta y irse de allí, pero Alec le gritó a sus espaldas.

— ¡¿Acaso fue por algo que hice hace años!? ¡Pues lo siento ¿Ok?! ¡Pero deja de tratarme como si fuera un fenómeno o tu enemigo! — le recalcó aún enojado, de repente su corazón vibró en su pecho haciendo que instintivamente se llevará la mano al pecho. Aoshi lo notó de inmediato y se le quedó viendo un tanto confundido.

— ... Nisiquiera sabes por que te disculpas...

— Es cierto, no lo sé. Pero algo te molesta de mi ¿No es así? De lo contrario no me evitarías como la peste. — habló Alec recuperando el aliento y la compostura, cruzandose de brazos. El rubio frente a él frunció más el ceño en señal de molestia por la insistencia del castaño.

El Sol, La Luna Y Las Estrellas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora