Capítulo único: "Sleeping Instinct"

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Bajo un cielo cuyo color no podría calificar como azul debido a la intensidad de su tono oscuro, pero que sólo llega a serlo por el tenue brillo de la pálida luna, en lo más profundo de un bosque cuyo tenebroso aspecto apenas podría cambiar con una luz más intensa. En el interior de una vivienda aparentemente abandonada, dentro de una de sus habitaciones, hay alguien, pero no cualquier ser viviente, es uno con el que sólo en historias te podrías hallar, pues de hacerlo en persona tendrías por seguro que tu existencia se acabaría allí de no ser por un milagro, pues lo que se encuentra dentro de las paredes que forman la estructura de la habitación es peor que una bestia, es un demonio, literalmente un demonio devora humanos. Está sentado contra una de las paredes de aquel cuarto, una de sus manos cubre parte de su rostro, ocultando casi completamente una sonrisa que es delatada por la leve visión de sus dientes, la razón de ese gesto son los pensamientos que se encuentran dentro de su cabeza, los cuales nunca podrían esperarse de alguien como él, pues para ser un demonio, la idea que predomina su mente no parece ser propia de uno.

"Yo quiero amarte"
"Yo quiero amarte"

Son los pensamientos que están en el interior de su mente, durante toda su existencia como demonio jamás creyó que podría sentir algo como eso, un sentimiento propio de los humanos, tampoco creyó usar esas palabras y menos pensó en a quién podrían ir dirigidas, pues preso de la ironía no llegó a enamorarse de cualquier persona, lo hizo de alguien que tiene como deber eliminar a los demonios como él; un cazador de demonios, pero tampoco cualquier cazador, era un pilar cuya respiración al rendir su espada era el aliento de las flamas, siendo esta parte de su título, aunque hasta su apariencia le hacía honor al nombre del aliento. Era un hombre de cabello rubio cuyas puntas terminaban en un tono rojizo, sus ojos eran de un color dorado como el sol en el atardecer junto a un leve tono color rojo en sus iris que le recordaba perfectamente a la imagen del fuego.

Rengoku Kyōjurō era el nombre de aquel espadachín, aquel que en su primer encuentro lo había cautivado completamente. Sin quererlo había hecho que el corazón de la tercera luna superior latiera por otro motivo, algo diferente a la emoción del combate, lo había hecho sentir amor, incluso llegó a apoderarse de su mente durante los días y noches siguientes a su encuentro. Lo que predominaba en los pensamientos del demonio era el rubio, había hecho que el deseo de verlo, acompañarlo y amarlo fuera mucho más grande de lo que creía en un principio, pero lamentablemente su deseo sólo quedaría en ello, pues por obvias razones Akaza no podría estar a su lado. Era un demonio y un cazador de demonios, era irónico.

Y debido a la ironía, como producto salió una sonrisa de sus labios, no sólo por la situación, si no porque debido a ella no podrá cumplir su deseo, sólo sonríe para no caer en la frustración por no poder acercarse para estar con él sin que su amado cazador quiera lastimarlo mientras que con más esfuerzo intenta cortar su cabeza. Prefiere sonreír a que su corazón cayera en el dolor por su anhelo claramente imposible.

"Quiero tocar tu mano, pero no debo"

Otro deseo, aunque sea tocar sus manos estando desarmadas, tomarlas y sentir la diferencia de temperatura entre estas sin tener que preocuparse porque el cazador intentara herirlo para luego decapitarlo. ¿En verdad era demasiado pedir eso? ¿Aunque sea un fugaz contacto? Pero claro que sí, él era un demonio y pedir ese deseo tratándose de un cazador que con gusto lo mataría era mucho, seguramente el Rengoku se lo echaría en cara en caso de que mencionara su pensamiento, y eso lo haría enojar a la par de herir su corazón, en el cual algo comenzaba a florecer algo diferente al motivo de la lucha. El que le recuerden su ausencia de humanidad mientras un sentimiento tan puro comenzaba a florecer para que este luego fuera dañado por la persona que lo hizo nacer. La idea lo hería a la vez que el enojo surgía por la situación que ni siquiera había sido vivida, haciendo que se enojara injustamente mientras que también trataba de contenerse a la vez que su sonrisa se ensanchaba sin alcanzar su limite todavía. Hay palabras que a toda costa quiere evitar si se traba del pilar del fuego.

"Sleeping Instinct" (Akaza x Rengoku Kyōjurō)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora