El hijo de la Señora Brown

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-JC...-ignoré su mano-Nos vemos...-me despedí, pero el me detuvo.

-Me gustaría que almorzáramos juntos-se mostraba muy inquieto ¿por qué el nerviosismo?-¿Quieres?

¿Qué hago? Bueno tal vez si le digo que murió mi perro me deje en paz, aunque dudo que me crea. No es tan imbécil como parece ¿o si?

-Que sea rápido-bien, no soy nada buena en decir no, démosle un aplauso a la verdadera imbécil

-De acuerdo-sonrió





-¿Qué quieres almorzar?-preguntó Daniel mientras llegábamos a la cafetería y yo buscaba un lugar en donde sentarnos -estoy dispuesto a pagar por ello.

-Me da lo mismo-solamente me quería ir de ahí-lo que prefieras.

-De acuerdo-sonrió y me indicó que me sentará. Este novato si que sonríe mucho.

Vaya no puedo creer que aceptará, es tan increíble que ese completo zoquete me haya convencido...lo odio por eso.

Sinceramente no soy mucho de hacer amigos, ni siquiera recuerdo la última vez en la que me invitaron a almorzar o tal vez nunca lo hicieron, mis únicos amigos son Mike, mi jefe, Axl e Rose son unos gemelos que trabajan en The House of Music and Juice. Lo gracioso de ellos es que sus nombres le hacen honor a el cantante principal de Guns N' Roses, su padre y su madre son fanáticos de ellos, cuando fui a su casa me lleve la grata sorpresa de que estaba repleta de discos, pósters, figuras y no se que más de la banda, pero lo que me pareció aún más gracioso es el hecho de que su hermano menor se llama Slash, pobre niño. Axl y Rose me agradan bastante, además Rose siempre me prepara jugos deliciosos, es tan linda.

Estaba tan adentrada en mis pensamientos que, sin darme cuenta, caí sobre Gus "El gran jefe" o como me gusta llamarlo el "El gran idiota". Gus es uno de los abusones de la preparatoria y me odia , pero su odio es especial. Hace un año, él, en frente de todo el colegio me pidió ser su novia y yo lo rechacé. Gustavo (su nombre real) y yo éramos buenos compañeros, pues tenemos gustos en común y era muy buen chico incluso me visitaba a menudo a mi trabajo y no me molestaba en lo absoluto (solo me irritaba el hecho de que Mike insistía en que seríamos linda pareja), apreciaba su compañía y creí que nuestra relación no pasaría de "solo amigos" bueno hasta que ocurrió eso. Y un día de repente me odiaba, supongo que no lo tomó muy bien.

Pero ahora estaba más que muerta, solo me esperaba lo peor.

-¡Hey estúpida!-lo escuché gritar e hizo que inmediatamente me levantará y me diera media vuelta para salir de allí-¡¿Qué no oyes que te estoy hablando?!

-Claro que te escucho, tu irritante voz hace que lastime mis oídos-me giré-así que hazle un favor al mundo y cierra tu maldita boca.

-Ohhhhh-los chicos que estaban con el se burlaron, lo que hizo que el tipo se cabreara más, vaya si que les gusta fomentar peleas a esta bola de mentecatos.

-¡Mira niña sera mejor que me tengas respeto o...-gritó levantándome de un jalón y quedando a centímetros de su olorosa boca.

-¿O qué?-le interrumpí-¿Crees que te tengo miedo? ¡Ja! Por favor ¿quién tendría miedo de un mediocre poca cosa como tu?-le desafié, una pequeña sonrisa socarrona apareció en mi rostro ocultando el miedo que sentía, pero no le gusto nada N A D A. La valentía te puede hundir más, demasiado.

-¡¿Qué dices?!-me grito nuevamente e incremento la fuerza que ejercía en mi muñeca-¡Te arrepentirás!-levantó su puño...

-¿Qué sucede aquí?-una voz conocida retumbo en mis oídos

-Déjala en paz-dijo de nuevo-O te la veras conmigo...-definitivamente era el cachorro perdido que se convirtió de repente en una fiera.

-Daniel no...

-¡¿Crees que me intimidas?!-me soltó con brusquedad (lo cual me hizo caer al suelo) y volteándose hacia Daniel.

-¿Y tú crees que a mi si?-Daniel estaba completamente tranquilo, no tenía miedo en lo absoluto.

Miedo y preocupación; esas dos sensaciones que no había sentido más que por mi me las hizo sentir Daniel, pero ¿Por qué? lo acababa de conocer como hace dos horas y no quería que lo lastimaran, normalmente me daría igual. Tal vez es solo agradecimiento porque me salvó de una paliza por mi gran bocota, si es solo eso. Aún así seguía inquieta.

-¡Ahora si no la cuentas!-estaba a punto de golpearlo, pero el timbre detuvo el golpe que le lanzaría a Daniel-Te salvo la campana-dijo molesto y se fue echando humo de la cafetería.

Daniel sonrío victorioso, ¿qué no se cansa de sonreír este tipo?

-Vamos a clase-me tendió la mano para levantarme.

-Si-acepte su mano y nos fuimos de ahí.


Y así transcurrió el día, Daniel estaba junto a mi todo el tiempo no era algo que me gustara, pero por alguna extraña razón no me molestaba en lo absoluto.





-Chicos pueden salir-anunció la maestra de álgebra.

Después de que de que todos salieran del salón solo quedábamos Daniel y yo.

-¿Puedo acompañarte a casa?

-Supongo-no tenía otra opción, me seguiría de todas maneras y además después de lo que hizo hoy por mí, me dejo un poco de culpa o mucha diría yo.

-Genial-dijo entusiasta, demasiado entusiasta. Parecía un niño al que le acababan de comprar el último juguete que anunciaron por televisión.

-Vamos-me tomo de la muñeca y jalo rápidamente fuera de la escuela; ese chico si que tenía fuerza eh.





-¡Ya estoy en casa! y traje un compañero -anuncié, entre a mi habitación y Daniel fue a la cocina para presentarse con la Señora Brown

-Un gusto...¡¿Mamá?!-escuche que grito Daniel sorprendido desde la cocina

-¡¿Dani?!


Eso no me lo esperaba.

Creo que mi vida va a dar un giró de 180 grados. Esto será malo.

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⏰ Última actualización: Nov 04, 2018 ⏰

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