⛥:NUESTRO MOMENTO ES AHORA:⛥

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En la institución educativa "Golden Hearts" se podía apreciar la alegría desbordar, puesto que este mes era especial, además de ser el mes de la primavera -septiembre- era el aniversario de la prestigiosa institución.

Razón por la cual, él hermoso azabache, de ahora once años, se paseaba dando saltitos por el patio de la escuela, con una corona de rosas en la cabezita, soltando pétalos de flores -artificiales- por donde iba, mostrando su sonrisa aconejada y con sus bellos orbes brillando como nunca. Mientras se encontraba buscado a su Hyung favorito, quien se había convertido en  su mejor amigo desde la vez en la que lo rescato de Chanyeol, quien por motivos de la vida, ahora también era su amigo.

" Koo, ¿Qué estas haciendo?" Pregunto Jin, uno de sus Hyungs.

" Holi~ Jin Hyung" dijo el azabache, brincando en circulos alrededor de su mayor mientras lo llenaba de petalos. Era muy lindo ser el niño de las flores, más si lo eres todos los años, sus maestros dicen que cautiva a cualquier persona con su sonrisa, así que no le molestaba ayudar a que otras personas sonrían como él "Estoy buscando a Taetae hyung~, ¿Sabes donde está?" Preguntó el pequeño azabache deteniéndose en frente de su mayor.

"Koo, pequeño, creo que lo vi en el auditorio de arte, estaba con Jennie" respondió el rubio, con una gran sonrisa al ver el pequeño puchero de su donsaeng.

"Gracias hyung~ hasta luego" dijo el azabache para luego seguir con sus saltitos hasta llegar al auditorio de arte, que más bien era un gran Teatro.

El azabache estaba más que encantado con su -muy guapo- hyung, se acostumbro a su presencia todos los días, su Taetae era muy atento y siempre lo trataba con delicadeza, amor y sobre todo muchos mimos, al castaño no le molestaba usar las estrellitas, que el pequeño azabache se encargaba de colocarle sin falta cada vez que quería.

" T-tae~ ¿D-donde e-estas?" El pequeño azabache ingreso al bello teatro que se encontraba en completa oscuridad, pero un gran reflector se encendió, señalando al centro del escenario, siendo ahí, donde se encontraba el castaño, quien no estaba solo, una bella pelinegra se acercaba paso a paso al mayor."¿Tae?" El castaño parecía no oír sus llamados, pero era razonable, el teatro era grande y el azabache se hallaba en las ultimas filas, hablando en un susurro.

La pelinegra, estaba peligrosamente cerca de su hyung, su pancita dio un vuelco al ver la poca distancia que los separaba, no le gustaba, así que se apresuro corriendo al escenario, jalo a la chica separándola del mayor, para luego saltar y abrazar a su hyung, quien lo recibió gustoso posando sus manos en la pequeña cintura del azabache, mostrando su hermosa sonrisa cuadrada y su mejilla con la estrellita que le había colocado el menor esa mañana.

Jennie bufo y con ganas.

"Hey, niño, ¿Qué no vez que está ocupado? ¿Siempre eres asi de sofocante?" Exclamó la pelinegra cruzándose de brazos, mirando al pequeño con una mueca, esté se soltó del abrazo para seguido voltear a ver a la mayor con un puchero.

" ¿ S-sofocante? Y-yo solo vine a ver a mi hyung, es que lo extrañaba mucho~"  respondió el menor con lagrimitas en sus hermosos orbes.

" Jennie, no te atrevas a molestarlo" dijo el mayor endureciendo sus facciones, pero su rostro se relajo en cuanto el azabache tomo su mano, entrelazando los dedos, sonrió "Dime, ¿Qué es lo que ibas a decirme?" Preguntó el mayor.

" Tae oppa, te lo diré, solo deja que la rata se vaya" dijo tomando el brazo del menor, pero su mano fue quitada con delicadeza por el castaño que aunque estaba enojado, aun era caballeroso como le enseño su papi.

"El no es ninguna rata, ¿no te enseñaron a respetar?, dime lo que tengas que decir, no hay nada que le oculte a Kookie" dijo el castaño, con un tono que sorprendió a los dos menores, pero el azabache sonrió, alegre de que su Taetae no lo considere sofocante como dijo la pelinegra.

"Pero oppa, yo- esta bien, Tae, me gustas" dijo la pelinegra extendiendo una pequeña carta.

El azabache sintió que su mundo estaba de cabeza, la pelinegra le dijo a su hyung que le gusta...ella es hermosa y delicada, ¿Qué debería hacer? Su hyung quedara enamorado de la linda pelinegra y lo dejara sol-

"Lo siento, tu no me gustas, si nos disculpas nos tenemos que ir, Kookie nos vamos, tenemos algo de que hablar" respondió el castaño para seguido jalar al menor hasta fuera del teatro dirigiéndose a la azotea del edificio dejando a la pelinegra con la carta en las manos y una cara de pocos amigos.

"Kookie, ¿Donde te metiste? Te estuve buscando durante dos horas bebé" dijo el mayor, quien con solo trece años se hacia desear con sus facciones finas, ojos hermosos color avellana y una presencia envidiable.

" T-tae, tu le gustas a Jennie" dijo el menor con lagrimitas en los ojos, su hyung lo miro con amor y dio dos besos en sus rosaditas mejillas para calmar el llanto de su donsaeng.

" Creo que no vio la estrellita que indica a quien le pertenezco, todos en la escuela lo saben, creo que necesitaremos más de esas Kookie" respondió el mayor.

" ¿E-ella te g-gusta? ¿M-me vas a dejar s-solo?" Preguntó el azabache, sacando una estrellita de su libretita para colocarla en la mejilla del más alto para luego ponerse en puntitas y dejar un casto beso sobre está.

"No Kookie, bebé, siempre voy a estar para ti, ella no me gusta nadita" respondió el castañito abrazando al más pequeño depositando un besito en su sien.

Su donsaeng era precioso, su sonrisa aconejada, ojitos hermosos, piel delicada y labios rosaditos llenaban sus pensamientos las veinticuatro horas al día los siete días de la semana.

"Hyung~ y-yo lo quiero mucho, es mi mejor amigo, no quiero perder eso" exclamó el azabache con la mejilla pegada al pecho del mayor, quien repartía caricias en su espalda baja.

'Mejor amigo...' pensó el castaño, su bebé era demasiado inocente para notar que lo tenía en la palma de su manito, desde que lo vio por primera vez, pero el no era nadie para cambiar el tipo de relación que llevaban, era agresivo y poco inteligente, mientras su conejito era el mejor de su clase y brillaba como un lucero de ternura, inocencia y belleza.

Haría lo que fuera porque esos besos en la mejilla fueran besos en los labios, más no era digno de probar dichos belfos tan preciosos y delicados, para lo único en lo que era bueno siempre fue la fuerza física, pero eso no era malo, lo beneficiaba, así podía defender a su conejito de los idiotas que se atrevan a molestarlo por su forma tan perfecta de ser y su hermosa sonrisa de conejito, lo único que esos malditos tenían, era envidia de lo etéreo que es su bebé.

"Kookie, bebé, lindo, mi...mejor amigo, jamas me vas a perder, yo siempre voy a estar contigo" dijo el castaño separándose del abrazo para ver a su menor dejando un beso en su frente "Mi conejito".

🍬Hani🍬