02.

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Adonis Beckett
--Buenos días chicos, lastimosamente la Sra. Phillips no podrá estar presente por un tiempo, ya que presentó una fuerte gripe -habló el director desde la puerta, haciendo que mis facciones se estiraran, mis horas favoritas, mi profesora favorita, a la basura- Por suerte, tendremos a un profesor suplente, pero por asuntos personales no pudo asistir el día de hoy, esperamos que desde el día de mañana empiece a tomar el puesto de la Sra. Phillips, por ahora permanezcan tranquilos en sus puestos, por favor -dicho eso se retiró, por unos segundos, todos permanecieron callados, agradecí en vano, a los segundos todos hablaban con todos, se podía escuchar de todo, como hablaban de otras personas, juegos, animes, chicas, chicos, todo.

Suspiré, y me estiré hasta mi mochila, estaba dispuesto a irme a otro lugar con más silencio, si soy un nerd, pero no los que comen de la manga de los profesores, también soy humano y a mi edad, tengo rebeldía, como para salir del aula con la excusa de ser el nerd que todos los profesores creen conocer e irme a otra parte a estudiar, ningún profesor me lo impediría. Lástima los estudiantes no son como los profesores, al alcanzar mi mochila, estaba rodeado por los idiotas y suspire.

--No estoy de humor, chicos -solté con pesadez, dejé 50 dólares en mi pupitre y estaba dispuesto a que me dejarían ir, pero no, Blake no tenía esas intenciones.

--No, mariposita no quiero tu dinero, los chicos vinimos por otra cosa -me miro con esa sonrisa arrogante que tanto odio, pero dándole una sonrisa a todos sus amigos, una corriente paso por mi espalda.

--Blake, por amor a Dios, déjate de estupideces, hice tu tarea hace unos días, no hay nada más que tenga que hacer, no traje nada de comer, además sabes que soy vegano -lo miré con indiferencia, el odia no poder intimidarme, sabe que me asusta, pero muy poco lo demuestro- Déjate de joder quieres, ten las bolas de aceptar que no me intimidas.

Pude ver la ira ir en sus venas, mierda, me estaba arrepintiendo de haber dicho eso. Blake y sus perras falderas se miraron entre sí y me volvieron a mirar.

--Mariposita, vendrás con nosotros sí o sí, sino te irá peor -su sonrisa malvada me puso los pelos de punta, en que me metí, yo y mi bocota.

Íbamos por los pasillos como si yo fuese un preso y ellos policías, dos frente de mí y dos detrás, iba escoltado sin escapatoria; creí que estaría a salvo si un profesor se cruza por nuestro camino, pero ya pasaron dos y ellos tuvieron la idea de decir "Lo siento profesor, la Sra. Phillips no atendió su clase, deducimos que sería un buen uso pedirle a Adonis que nos explique unos temas de algunas materias, sino muchos de nosotros estaremos en problemas en el equipo de futbol", al parecer su cerebro de nuez sirve para algo. Iba con un mal presentimiento, mal momento para tenerlo, por lo general mis malos presentimientos siempre aciertan y son malos por completo.

Seguimos caminando, pasando el campus, detrás del gimnasio, ¿Un cobertizo? ¡Me mataran! Solo insulté con sus bolas, ni que sea su punto vital.

Lo es.

--Mariposita, espero que seas una buena perra -dijo uno de los amigos de Blake, no tenía idea de cómo se llamaban, solo es el de Blake, pues es el chico más ardiente de la preparatoria, ¿Quién no sabe quién es Blake Kane?

--¿Qué coño quieren? ¿Qué me arrodille bese sus pies, ruegue por mi vida y me disculpe con sus bolas? -dije con una tonelada de sarcasmo en mi tono, rodee los ojos y al pasar mi mirada hacia ellos, me estaban mirando fijamente, su mirada pasaba por todo mi cuerpo, ojos, labios, piernas, torso, lo hacía como si fuese un ciclo. Me costó unos segundos entender sus miradas, bastardos.

--Queremos que te arrodilles, sí, pero no para lo que dijiste, para otra cosa -respondió Blake mordiendo su labio inferior, joder, me van a violar, pero eso fue lo más ardiente que vi en mi vida. Solté una carcajada sarcástica.

--Están locos si creen que les haré algo -recargué mi peso al lado izquierdo de mi cadera, cruzando mis brazos en mi brazo, hasta escuchar la risa del tercero de ellos.

--El cree que tiene opciones -su tono, lo odie de inmediato, estaba lleno de arrogancia, egoísmo y superioridad, además de esos ojos verdes, me comían vivo, paso su lengua por sus labios, humedeciéndolos, me dio asco, Blake me calentó, pero el me dio ganas de vomitar. Michael Flores, creo.

--Michael tiene razón, no tienes opciones, buenos si la tienes, pero obvio vas a preferir lo que te sugerimos justo ahora -habló el cuarto.

--¿Cuál se supone que es la opción que "obviamente" voy a descartar? -me atreví a preguntar. A lo que él que me dio la oleada de asco, Michael, se me acercó demasiado, nuestra distancia era mínima, pero no iba a retroceder, se jugar con heterosexuales, más con estos; sonrió al ver que yo no retrocedería, odio su sonrisa.

--Lo que te pedimos o una buena paliza, a ese rostro y cuerpo tan lindo -había sarcasmo en su voz, sarcasmo forzado, seguido besó mi mejilla, y lo empujé con la gran fuerza que se le puede llamar a lo mínimo que pude hacer. Abrí mis ojos hasta mas no poder, o me mataban a golpes o solo hacia lo me pidiesen como una puta. Espera, ¿Por qué debo yo hacer lo que ellos quieran? Puedo modificar su juego un poco ¿No?

Me quedé pensando unos segundos y me acerqué a aquel grupo que tanto odio y ahora más.

--¿Se supone que debo hacer qué? -confesé con algo de timidez, viendo sus rostros desviando la mirada, los conozco, aman que una chica actúe con ternura o timidez, sus rostros me lo decían, ese pequeño rubor y sus labios inferiores mordidos.

--Eso es, pequeña zorra -dijo Michael acercándose.

--Pero primero, tengo una objeción -aclaré, poniendo una mano que los separara un poco en distancia, todo lo que mi brazo diese.

--¿Objeciones? -rio bajo, pero sarcástico Michael- Mariquita, tu aquí no opinas, no lo entiende-... -le interrumpió Blake.

--Deja que hable Mike, ya aceptó, veamos que tiene que decir -sonrió de lado mirándome, Maldito hijo de Dioses Griegos. Tragué en seco y asentí con rubor en mis mejillas.

--Me parece injusto que haga lo que ustedes quieran en contra de mi voluntad, puede representarse como abuso o violación -aclaré mi garganta- En cambio tampoco quiero una paliza, les daré cuatro opciones, ustedes se la reparten, justo, ¿no? Ustedes obtienen lo que quieren, yo no soy tan abusado -terminé con un suspiro, lo estaban pensando. Demonios, a este ritmo estaremos aquí un tiempo, no puedo perder clases.

--¿Cuáles son las cuatro opciones? -habló el segundo.

Mierda, no lo pensé.

M. FloresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora