03.

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Adonis Beckett
¿Cuáles son las cuatro opciones? Demonios, no lo sé, un beso, una manoseada, una mamada, ¿Qué?

--Para que acepten, dejaré que ustedes den las tres primeras opciones -suspiré, estoy siendo un mar de nervios, si solo pasara alguien, el señor que cuida de las plantas está desde las 13:00, falta un tiempo aún, ¡Mierda!

--Una mamada -habló el cuarto.

--Un beso y manosear -respondió el segundo ¿Sólo eso? Digo, no es que quiera más, sino que me sorprende que solo me pida eso, creo que él es Iván, tiene novia, pero es la perra faldera de Blake, quien también tiene novia, pero todos saben lo infiel que es Blake.

--¿Solo eso, Iván? -soltó Michael, si, es ese Iván- Metértela mariquita -me miró con la misma sonrisa, le odio, no pienso dejar que el meta algo en mí. Tragué en seco.

--Nada de met-...

--¡Oye! Yo iba a decir metérsela -sacó Blake de la nada- Yo se la voy a meter -dicho eso, Michael no le reprocho ni le puso peros, reí leve, esos tres si son las perras falderas de Blake.

--Bueno, el último es manosear -miré a Michael satisfecho, el solo me tocaría y listo, no dejaría que me haga nada más, será muy loco, pero gracias Blake Kane, aunque algo no entiendo, ¿Por qué me la quiere meter? Blake Kane, el chico que me ha molestado desde que tengo memoria, estando aquí.

--Manosear ya lo tiene Iván -soltó con esa sonrisa.

--Con el beso me conformo, sus labios se ven apetecibles -soltó Iván, gracias Iván, él no quiere hacer esto, se notó en su formado intento de sonar complacido con solo besarme.

Esos chicos me rodearon, me sentía un bambi acorralado, quizás sea Bambi 2.0. Lo seré.

El primero fue Iván Morales.

Un chico de piel pálida, cabello rojizo, ojos de color café, pecas bañando su rostro, se veía un buen chico, al principio me acorraló contra la pared y me susurró un "Lo siento", se estaba acercando a mis labios, hasta que los demás le dijeron, que la zorra era yo, yo debía besarlo, los maldije en mi mente.

--Se que no quieres hacer esto ¿Por tu novia, ¿verdad? Cárgame, sostenme por los muslos, será un beso de unos segundos y listo, mi boca será una tumba -en sus ojos pude visualizar un gracias y un lo siento.

Me cargó, pase mis piernas por su cintura y me sostuvo por los muslos como le dije, me acerque a sus labios, y le besé, mis manos escaparon a enredarse en su cabello, no besaba nada mal, hasta que sentí su lengua en mi cavidad, solté un gemido entre el beso, abriendo mis ojos, visualizando detrás mío a esos tres chicos, sus miembros afuera, se estaban tocando al ver a su amigo y a mi hacer esto, asquerosos. El beso había pasado a un nivel que no le podía seguir el ritmo, me había puesto contra la pared, entrelazando sus manos con las mías a cada lado de mi cabeza, sacándome gemidos y suspiros.

El beso no duró mucho luego de eso, nos separamos, un hilo de saliva salió al separarnos, pero desapareció a la distancia, me sostuve de sus hombros, sentía su erección debajo de mí, mi respiración estaba agitada.

Me sentía una zorra nuevamente.

--Lo siento -murmuró nuevamente, lo miré extrañado y me volvió a besar más brusco que antes.

--Bueno, ya suficiente -habló Michael, subiendo su bóxer y poniéndose sus jeans, dejando la forma de su erección aún notable- Mi turno.

M. FloresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora