.Recuerdos dañinos.

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Un año, un año desde que el dúo dieron a su fin, un año en el que el ruso llora por las noches y trataba mal a todos, un año en el que todos están tensos en la comisaría, un año donde Conway vive lleno de pena y sed de venganza. Un año lleno de melancolía.

Conway cogió la imagen de Horacio, este sonreía lleno de alegría mostraba su placa, era el primer día de Horacio. La imagen de Horacio se puso junto la de ivanov, Jesús y Torrente, sintió un dolor y un vacío en su interior, su "hijo" había sido asesinado por los mismos que a sus agentes -. Siempre te recordaremos -dijo la voz neutra de Conway, los sollozos de Volkov se escucharon en la sala, Greco acarició la espalda del ruso mientras le susurraba palabras de aliento. Una vez colgó la imagen de Horacio, cogió con manos temblorosas la de Gustabo, este tenia los brazos cruzados mientras sonreía algo forzado, el cámara era Horacio, este le obligaba que sonriera para la foto, ese día fue mítico, derramando lágrimas colgó la imagen -. Siempre te recordaremos -dijo con voz rota derramando lágrimas.

El superintendente cerró los ojos con fuerza borrando ese momento doloroso en el que colgaba la imagen de Gustabo y Horacio, era el muro de los recordados de la comisaría, jamás habría deseado ver allí colgados a Gustabo y Horacio, jamás, enserio desearía haber estado el primero que ellos.

-¡No es lo que cree superintermitente!

-¿¡Como me llamaste!?

Como olvidar cuando Horacio siempre se metía con el nombre de este, odiaba que le llamara así, pero ahora mismo pagaría e inclusive mataría por oír una vez más eso de Horacio.

-¿Y que me pongo?

-Papu te enseñará a vestir bien, estás de suerte mariconetti.

Odiaba la mierda de estilo que tenía Gustabo, pero amaba que siempre recurriera a él para que le aconsejará.

Le extrañaba tanto a ese par de cabrones. Extrañaba sus gritos, sus tonterías.

Allá donde fueran siempre conseguían alisados o como bien diría Horacio -. "Tiene un pico de oro" -cuanta verdad, Conway pensaba que ese par estaba solos, pero no.

Un día después de que la muerte de Gustabo y Horacio todos fueron a la puerta de la comisaría, se arrodillaron por unos minutos, completamente en silencio, y seguido de eso marcharon al cementerio. Ese día cuando como mínimo 20 personas estaban frente la comisaría pandilleros, basureros, médicos, todos estaban unidos para despedir a ese dúo en silencio, sin llantos, sin una apéndice de sentimientos, solo estaba serios, le estaban dando respeto, ese día, la comisaría quedó en silencio, por qué no sólo habían muerto unos agentes, no, estaba consciente de que algo pasaría tras estas muertes.

-¿Tampoco puedes dejar de recordarles? -pregunto una voz rota, Conway observó al ruso, tenía la nariz roja y grandes ojeras, sus ojos estaban lloroso.

Suspiro cansado -. Siempre, siempre estoy recordándoles.

Volkov suspiro sentándose enfrente de Conway, justo donde Horacio se sentaba, sonrió con lágrimas en los ojos observando en la silla que se había sentado -. Extraño verlo aquí sentado -susurro levantando la vista observando al intendente con lágrimas ya derramándose por sus ojos -. La casa está vacía sin su presencia, mi cama ya no huele a su fragancia, y mis mañanas sin frías al igual que mis noches... -oír la voz tan rota de alguien tan serio llevaba a dolerle -. Me duele tanto...

Conway quito sus gafas de sol, suspiro con lágrimas en los ojos -. Lo mismo digo comisario, extraño tener que levantar a patadas a Gustabo de mi cama, por qué llegará tarde a trabajar.

Extrañaba los pequeños encuentros que tenían, luego Conway catalogada como error, fue tan idiota...

Volkov sonrió con lágrimas -. Pagaría por escuchar las peleas que siempre habían en este despacho, pagaría millones.

Renacimiento. INTENABO. CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora