4. Kiss

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Algunos niegan y buscan cosas que nunca llegan
¿Me siento como un tonto?
Los lugares a los que he corrido toda mi vida han desaparecido
Y te debo todo esto (todo a ti)

Me siento como si me estuviera hundiendo
Y no hay nada que me atrape,
que me mantenga respirando

Me siento como si me estuviera hundiendoY no hay nada que me atrape,que me mantenga respirando

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2:15 AM

Llevaba toda la noche dando vueltas en la cama como un poseso, aún no puede dormir.

¿Qué carajo había sido todo eso?

Ha pasado más 9 años en el mismo instituto conociendo completamente a cada profesor, alumno, trabajador, ¡A toda la maldita escuela! Se entera de todo, nada se le escapa.

Entonces...

¿Cómo es que, a un mes de iniciado su décimo año escolar no tenga la más mínima idea de dónde salió esa chica? Además, ¿Qué posibilidad existe de que la única persona que había obtenido un mayor puntaje que él estuviese escuchando una canción de Nu Metal? Es simplemente ridículo.

Pero aún más ridículo es lo que ocurrió después del incidente con los audífonos.

En menos de 5 minutos, la generación entera pensó que intentó intimidar a la chica por superarlo en las notas, ¿En verdad así lo veían? ¡Recién la había ayudado!

Para todos quienes conocían la actitud tranquila (y ligeramente amenazante) de Dee sabían que, si bien estaría molesto, nunca haría algo como eso. Lastimosamente, había ignorado que ellos también tenían grabada a fuego esa imagen de él desde hace años, donde ser el primero en todo lo había elevado del resto, dándole esa aura compleja que aún siendo comprensible, seguía siendo algo que no los permitía ver más allá. Realmente no sabían qué pensar.

La mirada impactada de sus compañeros de clase era algo que no podía sacarse de la cabeza, pese a que sus amigos lograron convencer a todos que sólo quería felicitarla y ella se había asustado, aún no podía parar de pensar en ello. Y es que sólo había visto ese gesto antes en los ojos de su padre y ahora sabía exactamente qué expresaba.

Sí, el trasfondo de su insomnio era esa mirada, una que le llegaba desde arriba y llegaba hasta lo más recóndito de su mente. Se había pasado toda la noche pensando en ello, recordando sus errores pasados y todo lo que significó en su momento esa mirada, la forma en que revolucionó su cabeza durante los últimos dos años: fue un punto de quiebre.

Con ese sentimiento, decidió levantarse, sacudir de si esa horrible sensación y darse un recordatorio de cuánto ha avanzado.
Tomó su guitarra y se sentó en el alféizar de la ventana, con completa relajación, comenzando a tocar aquella compleja canción que había estado intentando por alrededor de un año

-Primero... Sol mayor- Posicionó los dedos, tratando de no permitir que su memoria lo inundara y, como un movimiento, clavó la nota -Después, Si bemol... luego Mi bemol y... Fa mayor- uno a uno, fue logrando cada acorde, repitiendo sólo una vez el último Re y Do mayor, siguiendo la secuencia con ligeros errores, pero hoy no harían mella su ánimo; tras practicar cada acorde, comenzó a tocar a mayor velocidad y, una vez seguro, juntó cada pieza y comenzó a cantar en un susurro, esforzándose por no olvidar una sola nota:

Otro día másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora