ꪆᰰ𖡎݂ꪳ⃗ Desde que se implementaron junto a la nuevas tecnologías, todos suponen que los androides no tienen la capacidad de sentir, pensar o desear.
Aunque, tal vez esas suposiciones no sean ciertas...
[Derechos de autor: ClarieNanami]
⚙ Crossover...
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ɪ ɴ ɪ ᴄ ɪ ᴀ ɴ ᴅ ᴏ . . .
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Cuándo abrió los ojos por primera vez, no tenía ni idea de lo que el mundo era capaz de ofrecerle.
— Como podrá ver, el modelo RK200 tiene una apariencia encantadora. — con entusiasmo, el dependiente presentó al autómata como si de una obra de arte se tratara — Puede que no sea de los modelos más recientes, pero cumple con todas las funciones básicas que un androide doméstico necesita. Además, como he mencionado anteriormente, también puede ser entrenador personal o fisioterapeuta si programa la configuración de manera adecuada. También podemos hacerlo por usted en caso de que tenga alguna duda.
— Santo cielo, he de admitir que es impresionante. — la mujer miró al joven con asombro, aún así no podía evitar estar un poco preocupada debido al coste — Ay mi madre, me encantaría llevarme este pero no creo que me llegue... ¿Podría hacerme un descuento? Puedo pagarlo a plazos si es necesario.
— No se preocupe, señora. — con amabilidad, el encargado le sonrió nuevamente — Nuestros precios son muy asequibles y estoy seguro de que si lo habla con su marido, le parecerán estupen...
— ¿Marido? — la castaña de labios rojos y abrigo de piel trató de ahogar una carcajada — Ya no tengo de eso, hombre. ¡Estoy en la flor de la vida y quiero aprovechar! En todo caso, quería comprarle este androide a mi hija. Ya es mayorcita, pero tiene una lesión muy grave y apenas puede valerse por si misma. No me mal entienda, la quiero, pero desafortunadamente no puedo pasar mucho tiempo con ella.
— Oh, entiendo. — algo extrañado por las palabras de la mujer de mediana edad, el trabajador asintió con educación — Aún así, parece que la veo muy decidida. En ese caso, ¿podría acompañarme a rellenar el formulario?
— ¡Por supuesto!
Y una vez se alejaron de allí, dejaron nuevamente a solas al androide, quién analizaba todo a su alrededor, en silencio. Estaba en un local con paredes blancas, todas ellas con montones de vitrinas y escaparates que exponían a varios tipos de humanoides. Todos ellos, de mirada vacía y robótica, eran similares a él. Sin rasgos que expresaran emociones, programados para acatar órdenes y carecer de vida en su interior. El RK200 paseó sus ojos heterocromáticos nuevamente por las instalaciones de la tienda en busca de la mujer de antes, pero no la vió aparecer hasta el cabo de unos minutos, tenía una sonrisa satisfecha en su rostro.
En ese momento dedujo lo que acababa de pasar, lo habían comprado.
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