Capítulo 3 °Ayuda de un viejo amigo°

3.7K 193 753
                                    

Izuku POV

Odiaba sentirme así, especialmente por una amiga, por quien poco a poco iba considerando mi mejor amiga. Notar cómo, sin importar lo que pasara, una sonrisa aparecía en mi rostro cada vez que ella estaba cerca, cómo mis ojos no podían evitar buscarla y, una vez que la encontraban, no querían apartarse de ella.

Odiaba sentirme así porque no se sentía correcto, no debía. Menos ahora que sabía que su corazón no correspondía al mío, que con cada mirada y sonrisa que me daba, no había más que una linda amistad, pero nada más. No era correcto, porque yo no correspondía en ese sentido. Si había algo detrás de mis sonrisas y miradas, era un sentimiento creciente de amor hacia ella.

¿Por qué tenía que sentirme? ¿Por qué por mi mejor amiga? Mi primera amiga...

Adoraba sentarme junto a ella y platicar. Fueron esos momentos a su lado en los que descubrí por primera vez que el amor se sentía como mariposas en el estómago. Porque es así, aquella extraña pero linda sensación que llegaba cuando ella me saludaba y se sentaba a mi lado, o cuando la veía llegar a clases y notar cómo me estaba esperando.

Pero todo eso se arruinaba en el segundo en que ella comenzaba a hablar, y no porque no disfrutara el sonido de su voz. Al contrario, soy consciente de cómo poco a poco, el sonido de su voz conseguía el mismo efecto que solo su presencia tenía en mí, aquellas mencionadas mariposas. Y sería simplemente hermoso, de no ser porque las palabras que salían de sus labios eran "Yamato-San" "Me gusta mucho".

Pero las mariposas seguían ahí, no se iban, incluso con las palabras de Uraraka, indicando que no debían estar ahí, seguían, aferradas a una idea, a un sueño imposible. Me limitaba a sonreírle mientras mi corazón se quebraba por dentro; ser su mejor amigo ya no era suficiente para mí, y empezaba a odiar que en cada momento me recalcara que no saldría de ese puesto.

¿Por qué seguir en un lugar en el que te haces daño? ¿Por qué no irte si eres consciente del daño?

(...)

—Ya no puedo con esto, Iida-Kun, de verdad es horriblemente doloroso ver cómo la chica que quiero quiere a otro.

—¿Por qué no solo se lo dices? Que tú no puedes ayudarla con él.

Pensé unos segundos en lo que Iida decía. Podría simplemente decírselo. Uraraka no es el tipo de persona que te pediría explicaciones. ¿Entonces por qué no lo hacía? ¿Por qué no simplemente me iba? ¿Qué me retenía ahí?

—¿Y bien?

—Ella es feliz con él, y sé que lo será aún más si él le correspondiera. Yo realmente quiero hacerla feliz, Iida-kun, no me importa si no soy yo quien provoca esa felicidad.

—¿Cuál es el sentido de eso, estúpido nerd? ¿Por qué estar en un maldito juego ayudando a otro a ganar? ¿¡Eh?! Dílo. ¡¿Cuál es el sentido de eso?! — La última persona que esperaría escuchándome en esto apareció. Kacchan; tras abrir la puerta de una patada, lucía molesto conmigo— ¡Qué decepción de héroe!

—¿Qué?

—Lo que dije, nerd, ¿qué maldito aspirante a héroe no quiere ganar? Ni siquiera un perdedor como tú se dio por vencido antes, ¿lo vas a hacer ahora, idiota? ¡Esfuérzate por ser mejor que el otro idiota y gana!

La imagen de Kacchan apoyándome de esa forma era algo que no me podía imaginar antes. Escuchar sus palabras era algo que no sabía que necesitaba. Me miró unos segundos, esperaba una respuesta mía. Pensé unos segundos en qué decir, ¿tenía razón? ¿Valía la pena luchar?

—Tienes razón, Kacchan, tengo que luchar —parecía satisfecho con mi respuesta, pues no dijo nada más, solo se fue de mi cuarto, dejándome nuevamente solo con Iida.

Yo soy mejorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora