Los Cuatro Médicos

1

Esto es definitivamente... Una agonía.

Esta situación que estamos viviendo tiene a todo el mundo asumido en la más duradera y pura locura. Me angustia el encierro en mi casa, estar todo el día entre estas 4 paredes que me gritan en la cara lo tonto que soy, lo inútil, lo efímera que es mi vida. Algunos decían que esto era una simple quimera, un simple producto de la imaginación psicótica de un vago drogadicto y estúpido vestido de traje en esos ansiados puestos dentro de la Asamblea Popular Nacional de China, pero en cuanto empezaron a salir los vídeos de la gente muriendo, incluso en plena calle a luz abierta, las personas empezaron a temerle a esto, clamaban desesperadamente ayudas, apoyo, sentir que realmente el presidente Xi Jinping los estaba apoyando en todo esto, por eso empezaron a hacer marchas, solo para pedirle ayudas al gobierno. Mala idea, el brote siguió expandiéndose y faltó solo unos días para que una gran parte de la población de Beijing fuera infectada, y en el pánico de la situación muchos huyeron del país, solo que más tarde... Europa y África fueron infectadas con el brote. Las autoridades de gobierno de Xi Jinping tomaron medidas a nivel nacional, nos encerraron y aislaron, advertidos de que nosotros podríamos infectar a todo el mundo, no quedó de otra que estar dentro de nuestras casas durante 3 meses...

El sentimiento de abandono es increíblemente desolante. Tus entrañas te gritan desde lo más profundo que debes hacer algo, pero es inútil, nadie puede hacer nada. Lo mejor que pueden es simplemente estar en casa y esperar respuestas.

- Oye... Oye, Lin Xuei, oye, ¡Despierta!
- E-eh...

Lin estaba dormido, y dormilado levantó poco a poco la vista para encontrarse el rostro sonriente de una chica. La hubiera reconocido, pero era tan distraído que a pocas y se percató de la presencia a su lado, y simplemente se sentó en el colchón. 

- Había jurado que escuché una voz...
- Si la escuchaste, pequeño dormilón.
- ¿E-Eh? ¿Quién dijo eso...?- Y el esfuerzo fue mínimo para percatarse de la presencia de su novia junto a él- Eh, E-¿¡Eh!? ¿¡Tzuyu!?
- Si amor, la misma.

Ahora sí se había sorprendido. Inevitablemente pegó un brinco del susto de ver a su novia aparecer de la nada. 

La chica frente a él era Zhou Tzuyu, taiwanesa y de 17 años. Vivía en China desde hace años, estudiaba en una academia de canto y baile. Era bastante linda, a decir verdad.

- ¿Qué haces aquí, linda? Se supone que no podemos salir de casa...- Cuestionó Lin frotándose los ojos.
- ¿Así es como recibes a una linda chica en tu casa, pedazo de hielo?- Cuestionó con burla la taiwanesa, divertida por las estupideces que a veces el chico frente a ella podía decir con sueño.
- Sí, tienes razón. No debí recibirte así...- Por primera vez en la conversación, Lin levanta la vista para ver a su novia a los ojos y, quedó ligeramente perplejo.

Había que admitirlo, su novia era toda una hermosura. Llevaba su larga cabellera negra amarrada en 2 coletas trenzadas al costado de su cabeza, con un pequeño lazo que las amarraba, vestía un suéter de mangas blanco a rayas negras, y una falda por encima de las rodillas con diseño a cuadros. Pero lo que sorprendió a Lin fue la mirada que su novia portaba una mirada tan profunda y mal intencionada, que el recién despertado no pudo evitar sentirse acosado de cierta manera, como si mirara lo más profundo de su alma.

- ¿Q-Qué haces aquí...?- Preguntó nervioso su novio. Dejó de ver a Tzuyu porque empezaba a sentirse intimidado.
-  ¿Acaso no puedo venir a ver a mi lindo novio?
- No es que no puedas, pero...
- ¿Por qué no puedes mirarme fijamente?- Cuestionó Tzuyu y con atrevimiento, empezó a acercarse a el rostro de su novio con una mirada pervertida.
- ¿E-Estás coqueteando conmigo?- Lin se alejó un poco completamente sonrojado, la altura de su novia era mayor que a la suya, y era difícil no sentirse acorralado por esa vacía mirada.
- Quizás quiera que me beses ahora mismo.
- Tzuyu...