Los Cuatro Médicos

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Después de alrededor de 30 minutos caminando, y un tarrito de alcohol con ellos, al fin habían llegado a la calle Qianmen, lugar donde había una gran cantidad de gente reunida para ir a las protestas que habían organizado anteriormente.

- Oye, oye, ¿Por qué hay tanta gente? Si es así no hubiéramos venido- Se quejó inmediatamente Tzuyu al ver la cantidad de gente reunida en la puerta de Qianmen.
- Tú fuiste quien me obligaste amor, no me vengas con esas ahora. Y ponte el tapabocas, no vaya a ser que te enfermes.
- ¿Y qué pasaría si no me lo pongo?- Canturreó Tzuyu con una mirada muy insinuativa a su novio, quien se puso nervioso al ver la repentina cercanía de cuerpos.
- D-Deja de hacer eso... Estamos en público, tonta- Lin bajó su tapabocas

Había mucha gente aquí reunida, fácilmente podrían ser unas 500,000 personas reunidas a lo largo de la calle, una buena cuna para el virus. A pesar de todo el miedo que sentía, debía seguir porque era lo correcto, no vale la pena estar encerrados por 3 meses en casa mientras nos tratan como la basura del mundo, nosotros éramos mucho más que simples infectados. Por eso la gente se aburrió de estar encerrados, ellos querían que se acabara la cuarentena5, por eso salieron a protestar incluso en periodos de pandemia, porque están aburridos de la acción del gobierno.

-¡AHHHHHH!
- ¿¡Qué fue eso!? – Gritó Tzuyu preocupada por el grito escuchado.

En frente de nosotros, solo a unos cuantos metros pudimos ver claramente como un grupo de chicos intimidaban y empujaban a una persona, esta sufría por los fuertes golpes, llevaba una pequeña mochila que patearon lejos, vestía bastante casual y tenía el cabello negro. Inmediatamente después del grito varias personas cerca giraron su cabeza en busca de la fuente del grito, Tzuyu lo vio y salió disparada a ayudar a la persona.

- Eres basura Tomioka, ¿Qué hace un asqueroso japonés como tú en un país como este? No hay lugar para ti aqu-
- ¡Déjalo en paz, abusador!
- ¿Y qué me harás, pequeña malcriada?- Ya la gente empezó a amontonarse a alrededor, interesados en la pelea.
- No lo harás nada, sucio. Tócala y te mueres- Apareció Lin, nadie amenazaba a su novia.
- Ya, paren por favor. Nadie va a pelear ahora, contra hay que pelear es contra el gobierno. Tomen consciencia de la situación y dejen de comportarse como unos niños- Dijo una chica alta que apareció entre la gente, tenía el cabello corto y tintado de morado en las puntas.
- Tch, qué aburrida. Como te vea otra vez por aquí te patearé el trasero, maldito Tomioka- Fueron sus últimas palabras antes de irse riendo a carcajadas con su grupo.

- ¿Estás bien? ¿Te lastimaron?- Tzuyu fue la primera en hablar, Lin aún estaba enojado tratando de controlarse y la chica se había ido ya- Te ayudaré con la mochila, vamos, levántate- El chico tendido en el suelo aún estaba asustado, pero aceptó gustoso la mano que Tzuyu le estiró, intentó agradecerle pero...

-A-anata no tasuke o hontōni arigatō... H-hontōni, sorera no hito-tachi wa... Nagaiai watashi ni shitagatte kimashita...
- ¿Qué?- Tzuyu giró su cabeza hacia Lin con una clara expresión de confusión. No había entendido nada de lo que el chico dijo- ¿Entendiste algo Linlin?
-No, no entendí nada, ¿En qué idioma est-
- L-lo siento... Mi chino no es tan... Bueno...
- Oh, no te preocupes por eso, ¿Tomioka, verdad? ¿Eres japonés?- preguntó Tzuyu.
- Sí...

- Ven, te acompañaremos por la marcha para que no te encuentres más a esos tipos. Te defenderemos.

•

- Por culpa de la negligencia de la medicina de este país, mi padre ha muerto a causa del reciente COVID-19, ¿Por qué dejan que esto pase? ¿Por qué nos tratan como basura?

Esa era una excelente pregunta que Lin también se hacía. Era algo absurdo, después de todo a la gente siempre le gustaba contar sus historias. Pero es que aún sabiendo todas las atrocidades que suceden por culpa del virus, es sorprendentemente indignante lo poco que ha hecho el gobierno para conllevar la trágica situación. Contrario a lo que otros países harían para remediar la situación y salvar a sus poblantes, el gobierno chino no hacía más que encerralos con la triste excusa de que podría ser mortal. La decisión fue buena y rápida, pero luego de tres meses no es la mejor.

- Ahg, qué aburrimiento tengo Linlin, ¿Y si nos vamos por allí y ya está?- Le pregunta Tzuyu a su novio ya aburrida de tener que escuchar las quejas de todo el mundo, era agobiante.
- ¿Ya quieres irte? Y eso que tú fuiste la que me trajo a rastras...
- ¿Hubieras preferido que te dejara encerrado en tu pequeño infierno de no verme?- Ante esas palabras, Lin se sonrojó un poco al ver el rostro asertivo de Tzuyu. Tomioka solo observaba atentamente
- Hubiera preferido no estar aquí en primer lugar...
- Entonces vamos a otro lado, ven y no te quejes- Tzuyu le sonrió y lo tomó de la mano- Tú también ven Tomioka, no te dejaremos solo.

Entonces el trío simplemente se alejó de la multitud de gente para caminar un rato sin rumbo fijo. Luego de unos minutos caminando, y con cuidado de no ser vistos por alguna autoridad, Lin porfin dirige su mirada hacia el japonés.

- Y dinos Tomioka, ¿Quién eres? Cuéntanos un poco sobre ti- Se aventura a interrogar Lin al chico que anteriormente habían salvado de esa pandilla.

Tomioka miró soprendido a el chico chino por la repentina pregunta, se puso un poco nervioso y aclaró su garganta antes de responder.

- E-Eh... Mi nombre es Tomioka Giyuu, t-tengo 21 años, v-vengo de la... Ciudad de... Kioto... Soy un... Biólogo...
- ¡Oh! Eso es realmente muy interesante Tomioka, eres muy interesante. Y tu chino no está nada mal, solo debes practicar un poco más y podrás hablar como todo un nativo- Animó Tzuyu a su nuevo amigo, esto sorpresivamente le dio muchos ánimos al japonés. Había estado poco tiempo con la pareja de chinos, pero se sentía bastante cómodo con ellos aún así.- ¿Y qué te trae por Beijing?
- B-Bueno... Mi padre t-tiene un laboratorio p-privado... Cerca... M-Me pidió el favor de t-traer unos u-utencilios importantes...
- ¿Un laboratorio privado? Wao, por lo que dices aparentas de venir de una familia muy adinerada- Afirmó Tzuyu, algo asombrada por la explicación del japonés.

Lin, totalmente desconectado de la conversación que mantenían Tzuyu y Tomioka (Que aunque quisiera negarlo, el japonés era lindo tratando de pronunciar las palabras en chino), no se supo explicar la razón del por qué, a lo lejos, una persona totalmente vestida de negro entraría a un callejón que se veía súper oscuro a pesar de ser de día, solo para salir al cabo de unos segundos, con una expresión algo atemorizada y fría.

Puede que sea una estupidez, pero realmente llamó la atención de Lin.

- Mi nombre es Zhou Tzuyu, tengo 19 años y soy de Taiwán, estudié en una pequeña institución de espion-.
- Oigan, lamento interrumpir pero miren- Saca su dedo índice y disimuladamente apunta hacia el hombre quién ya había salido del callejón. El par miraron en sincronía hacia donde Lin apuntaba, para ver al hombre caminar lejos- Ese hombre parece ser muy sospechoso. Entró y salió de ese callejón como si nada.

Tal y como Lin había dicho, ambos pudieron ver que era algo sospechoso el hombre que ahora había cruzado una cuadra a algunos metros del extraño callejón.

- Es cierto. Eso es muy... Raro- Opinó Tzuyu mientras veía un momento al cielo.
- No sé si debamos pero...- Dice Lin mientras mira un poco temoroso Tzuyu- ¿Y si nos asomamos un momento?

Tomioka palideció por un momento, a pesar de ser mayor, era algo cobarde con algunas cosas.

- Bueno, no tenemos nada más que hacer así que, ¿Por qué no? Igual podría aprovechar la oportunidad para robarte un beso- Miró Tzuyu de forma pícara a su novio. Este se sonrojó por un breve momento, para luego responder fingiendo indignación.
- ¿No puedes parar acaso de hacer eso? Me avergüenzas...
- Si te pones así de cohibido, más me dan ganas de molestarte- Sonrió satisfecha la taiwanesa por la reacción de su novio y volteó hacia Tomioka- ¿Quieres ir?
- N-No sé si sea... Buena idea pero... T-Tengo algo de... Curiosidad...
- ¡Entonces vamos!

Hasta este punto ya poco les importaba que los vieran separados de la muchedumbre. Las calles estaban tan solas que pareciera que no fuera Beijing en realidad, como si todos hubieran desaparecido de la faz de la tierra. Y luego de un minuto de caminata más, al fin habían podido llegar a la entrada del misterioso callejón. Pero ninguno previó que asomarse adentro de él cambiaría sus vidas de una manera muy brusca.

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Estoy seguro de que nadie se esperó que actualizara, aunque estoy seguro de que nadie va a leer esto de todos modos.

En todo caso, ¡Gracias por leer! Recuerda que esta historia es original, y que puedes demostrarme tu apoyo votando los capítulos.

¡Hasta la próxima vez que actualice! (Si es que lo hago xd).