Taylor.
Adivinen quién está preso en la policía municipal.
Este papasito que está aquí.
No me arrepiento de nada. Soy amigo de Bruce desde hace tres años y no voy a soportar que le digan cosas feas sabiendo que ni siquiera es amanerado. Y aunque lo fuera no hay razón para eso ni para la xenofobia.
- Muévete lacayo.- ¿Lacayo?, En qué año estamos, ¿1478?. Viejo grosero, no vale la pena ponerme con gente como él.
El punto es, estoy solo esperando a que según la policía, alguien "inocente" declare el por qué de la pelea. Esta noche será larga.
El policía que me llamó lacayo hace unos segundos, entra al pequeño cuarto donde estoy encerrado.
- con que formaste un alboroto.- dice. Miro a todos lados. Ah, está hablando conmigo. Su cara me parece algo conocida pero, duh.
Pongo mis labios en una fina línea, qué quiere que le diga. "si, obvio, lo hago muy seguido". Viejo mal de la cabeza.
- Y dime ¿Conoces a Miley?.-, ¿Qué tiene que ver eso?. Alzo una ceja.
Además, he conocido a más de 78 Miley's.
- Tal vez sí, tal vez no.- el tipo asiente y de golpe se acerca donde estoy golpeando la pared.
¿¡Qué le pasa!?. Este viejo endemoniado qué. Lo miro amenzanate y se aleja un poco.
- ¡Claro que la conoces!, ¡Le quitaste la virginidad a mi hija!, ¡Y le rompiste el corazón!.- intento no reírme. Todos dicen lo mismo. Literalmente todos.
Una vez salí con dos hermanas, no sabía que eran hermanas, y se pelearon por mi, y bueno, sus papás, el señor Alejandro y el señor Carlos, me sacaron a palazos de su casa cuando supieron que salí con sus hijas.
Muevo la cabeza y le respondo al idiota.
- ¿Está seguro de eso porque...- el tipo toma el cuello de mi camiseta y ni me inmuto, sé cómo defenderme, y puedo matar a este imbécil aquí y ahora. Pero, no es la idea.
El tipo se sienta frente a mí y mira su reloj.
- Cuando venga la testigo.- se acerca a mí cara.- Estarás jodido Taylor.
Sonrío. No puedo creer me odie por haberle quitado la florcita a su hija, sé que eso es valioso pero, ni que le hubiese puesto un cuchillo en la barriga. No la obligué, ella me dijo que quería y yo, bueno, acepté.
Ya saben, soy el novio que todas quieren pero que los padres se niegan a permitirles. Y no entiendo por qué, hago música y no he probado más de una droga. Además, seré rico y cuando lo sea, me reiré en sus arrugadas caras.
- ¿Hola?- el policía malo atiende una llamada - Correcto.- me mira con una sonrisa llena de malicia.
¿Qué diablos?.
- Claro que está aquí.- cuelga la llamada sin dejar de mirarme. - Ya vienen por ti perro.
Asiento, qué mal.
Luego de esperar por una hora aproximadamente, decidí pedir mi llamada por derecho. Mi padre me enseñó que si caía preso, pidiera una llamada y me enseñó todos mis derechos. Podría ser un abogado estrella.
- Hey.- le grité al policía.- Hey, papá de Miley- el tipo volteó con brusquedad. Se movió con molestia y frunció su boca haciéndola parecer un perro.
- ¿Qué quieres perro?.- ruedo los ojos. Su voz es horrible, es asquerosa, no sé cómo nació Miley, porque imagino que no es fea, porque ni siquiera me acuerdo de cuál Miley es, además, ¿Su mamá es ciega o qué?, Nadie podría enamorarse de un engendro tan feo.
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Una Canción Para Taylor.
Historical FictionLa pasión que arde no solo se trata sobre el amor, también sentí eso cuando escuché esa canción. Me Sentí tan identificada que me enamoré de la canción, bueno, no solo de la canción.