parte 3

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Asustada por mi súbita confesión, salí coriendo. Me refugié en mi habitación, cerré con llave, enseguida tomé una maleta y comencé a empacar unas cuantas prendas de ropa, mientras se le pasaba la rabia, yo me quedaría en casa de Denise (mejor amiga ).

  Me calmé un poco. Tomé mi teléfono celular y llamé a Denise como ya me había dicho, no estaba en casa, pero me dijo que si la esperaba un par de horas enseguida llegaba. Y por supuesto, también me dijo que podía quedarme con ella todo lo que quesiera.

  Era increíble que una estupida película pusiera mi mundo patas arriba. Estaba dispuesta a hablarlo, siempre y cuando mis padres se mostraran civilizados, Porque no les perdonaría que llegaran a creer cosas que no eran.

Llegue a casa de Denise y tuve que esperar a que llegara. A diferencia de mi, Denise vivía sola. Trabajaba en casa como diseñadora gráfica y le va muy bien a pesar de aun ser estudiante universitaria. En esto le tenía mucha envidia, era tan independiente y segura de si misma que por momentos deseaba ser ella, claro,y aunque ella era cien por ciento heterosexual, había veces que verdaderamente deseaba estar en sus zapatos.

-¿ Que pasó? - preguntó. Estaba entre preocupada y confundida, sus labios, carmesí, estaban fruncidos hacia un lado, como diciendo y ahora qué hiciste>

- Lo saben -suspiré -, lo grité, estaba molesta y simplemente lo grité.

- ¡ Que desperdicio! - exclamó -.Después de haber sido tan cuidadosa vienes y lo arruinas todo en cuestión de segundos.

- Bueno - sonreí incomoda -, ya me conoces.

Entramos a la casa. Denise enseguida tomó el teléfono y realizó una llamada,  no tenía que escucharla para saber que estaba llamando a Erick, quien, como yo hasta hace unas horas, jamás les había confesado nada a sus padres. Aunque en su caso era bastante más obvio, y más parecía que sus padres se encontraban en un estado de negación porque jamás le habían mencionado algo al respecto.

- Erick ya viene - dijo.

- ya.

  Mientras esperábamos, comimos papitas y tomamos refresco de cola. Platicamos de cosas ajenas al asunto que nos ocupada, reímos, a veces sinceramente otras de manera nerviosa y hasta fingida. Lo acepto, en ese momento estaba muerta del miedo y hacía todo lo posible por distraer mis pensamientos.

- ¿ Qué hiciste qué? - preguntó Erick totalmente alarmado. Caminaba de un lado a otro del living con ese gracioso andar suyo. Enserio, cómo era que sus padres no habían notado nada - ¡ Estás loca!

- Se me soltó - me defendí -. Se puso toda histérica cuando me encontró viendo la película que tú - lo apunté - me prestaste. Y para colmo,  estaba en la parte en los dos se revuelcan.

- Espero que hayas traído suficiente ropa - suspiró preocupado -, porque tú madre...

Gracias a una tonta películaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora