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["dicen que detrás de cada tormenta hay un arcoiris. sigo esperando a que pare la lluvia"]

-que trajiste?-pregunto el omega abriendo la puerta levemente, asomándose para asegurarse de que ni su madre ni su padre estuvieran cerca.

-un poco de langosta que yoona me pidió que preparara-respondió-.creí que te gustaría, ¡espero que sea si! la langosta es muy rica, y te ayudara a sonreír-por las palabras feliz y cada vez mas a gusto.

-de verdad... muchas gracias por todo esto-dijo jungkook, recibiendo un ademan como respuesta de parte de mirna, restandole importancia al bonito gesto.

los días después de aquel contacto que había tenido con taehyung, había estado sumido en una profunda depresión que no tenia sentido. el alfa que le gustaba se había acercado a el, le había hablado, y el no podía dejar de oler a tristeza. su lobo, su olor y todo el estaba descontrolado y no sabia como lidiar con ello, y por esa misma razón no había salido de la habitación.

al menos ahora tenia algo parecido a una amiga. mirna le había ayudado a sobrellevar aquel extraño proceso, le había proveído medicamentos, medicinas naturales entre muchas otras cosas que habían sido inútiles pero al mismo tiempo de gran ayuda, porque aquella tristeza injustificada se combinaba con alegría, y eso era al menos un pequeño consuelo.

disimuladamente, mirna paso un poco de delicias comida por la puerta de jungkook, y luego simplemente cerro y apresuro a volver a la cocina. si yoona la veía en ese lugar, lo mas probable era que ella se ganase un fuerte regaño por parte de la omega mayor, y no quería eso. lastimosamente para ella, no conseguiría un mejor trabajo por ser una omega soltera y a demas de ello, madre.

era lo que había, pero aun así, esta intentaba alegrarse un poco el día, y haciendo que jungkook sonriera, era la manera perfecta de mejorarlo. sabia que el normalmente se hacia su comida, o habían aveces en las que ni se quiera comía porque lo olvidaba, o tonterías por el estilo que como lobo, eran lo principal

y mirna claro que jungkook debía cuidarse. a pesar de ser un año menor que el, lo cuidaba como si ella fuera su madre, pero no una como yoona, sino una amorosa que se preocupa por el e intentar protegerlo a toda costa. aun recordaba su shock al haber visto por primera vez a jungkook, y eso habían sido ya dos semanas.

casi suelta un <<¡señor jeongguk!>> pero logro contenerse, para su suerte, porque ahi donde estaba sabia que eso hubiera hecho que el menor se sintiera peor de lo que en su momento, se había sentido. obviamente al entrar, se había quedado sin habla porque no sabia quien era el omega, ni porque se parecía tanto a jeongguk, pero no hizo comentarios al respecto.

-por que lloras?- le dijo este nada mas entrar y asegurar la puerta para así no ser descubierta.

jungkook la miro de reojo como si fuera un extraterrestre o alguna persona extraña para el, y se demoro bastante tiempo en responder. nunca había estado acostumbrado a hablar, ni tampoco era usual que alguien se preocupase por el, por lo que estaba desconfiando de la chica. se veía demasiado genuina para ser real.

tampoco se sentía preparado para confiarle lo que le había estado molestando durante ese tiempo. se sentía desnudo y vulnerable al no poder manejarse, y su lobo era tan pasivo, tan tranquilo, que dudaba que hiciera algo para protegerse.

mirna, al no recibir respuesta alguna, balanceo sus brazos de un lado a otro, intentando llamara la atención de jungkook que, parecía estar en trance. el omega reacciono rápidamente cuando la omega le toco levemente el brazo izquierdo, sus ojos se abrieron y cerraron repetidas veces hasta que logro captar en que situación se encontraba.

-entoces...¿estas bien?¿o quieres alguien con quien hablar?-intento de nuevo, un poco confundida también, porque no sabia por que diablos estaba haciendo eso.

ella nunca se preocupaba por nadie, porque nadie lo hacia por ella. pero había algo en los ojos de ese muchacho que hacia que su corazón se derritiera, y que ella no pudiese obviarlo. quizá eran los ojos de cachorro que le hacían recordar a su pequeño bebe, o el aura tan pura que emanaba, u otra cosa.

jungkook sorbió su nariz y la miro  los ojos, con sus orbes aun llenos de lagrimas, y negó lentamente, volviendo a romper en llanto y cayendo a la cama en el proceso. la omega se confundió y no supo que hacer por unos segundos, pero finalmente resolvió en que debía acercarse al omega para tratar de calmarlo lo mas rápido y efectivo posible.

se sentó en la cama al lado del cuerpo del menor y lentamente acaricio su pequeña espalda, y también su pelo, intentando brindar un consuelo silencioso, que para jungkook fue perfecto. porque no necesito de palabras ni nada parecido para sentirse acompañado por alguien.

y entonces desde ese día, poco a poco el omega se iba abriendo a ella, que estaba realmente curiosa sobre, ¿que tanto daño le habían hecho como para que estuviera todo el tiempo decaído y a la defensiva? sentía rabia hacia todas esas personas.

-¡ohmmm! a  jungkook le encantaría esos duraznos que hay en la nevera...-se dijo a si misma, bajando las escaleras.

entonces, algo no andaba bien. las cocineras, mucamas y demás empleados no se hallaban cerca; tampoco habían señales de yoona y su esposo, y eso era realmente raro. con cuidado bajo hasta la cocina, sin hacer demasiado ruido por si acaso, y de puntillas, llego a la cocina hasta posarse en frente del mesón que aun estaba mojado. las ollas aun estaban al fuego, y los utensilios sucios.¿donde estaba todo el mundo?

unas voces de repente se alzaron en la sala y ella de repente sintió como se tensaba. ¿ eran ellos ? casi sudando, se acerco al lugar de donde provenía el ruido, y efectivamente, sus sospechas eran ciertas.

las miradas inmediatamente se dirigieron hasta ella, que pudo notar como todos la estaban juzgando con la mirada por haber llegado tarde (si es que se le podía si quiera llamar así), y los hombres del consejo habían parado totalmente su charla con yoona para posar toda su atención en mirna.

uno de ellos la miro al rostro por un largo lapso de tiempo, y por como se sintió mirna pudo decidir que era un alfa de sangre-pura, que intentaba intimidarla, pero esta valientemente, sostuvo su mirada por un tiempo récord que hizo sonreír al hombre y a sus colegas.

-ve y llama al señorito jungkook, inmediatamente-le ordeno el hombre, que estaba parado cual estatua en toda la mitad de la amplia sala.

esta, frustrada porque no podía negarse, solamente asintió preocupada, ignorando la mirada fulminante que le estaba dirigiendo yoona, ¿que diablos estaba pasando? jungkook se iba a morir en cuanto ella le dijera quienes estaban esperándolo.

resignada, dio media vuelta y comenzó a caminar en dirección a las escaleras. ya tendría tiempo de inventarse algo.

>>oh.. por fin encontró a alguien.<<

>>¿estas segura?<<

['por ti, mis colores pasteles se volvieron negros y obscuros']

Almas Gemelas(taekook)[ADAP.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora