2 ; hug all your friends

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Las semanas pasaron como horas. Mi estado anímico se había visto deteriorado en cuestión de días y no parecía mejorar. Siquiera las bromas del testarudo Rudy me podían levantar el ánimo. Me encontraba escuchando la bonita voz de Melanie, compañera del coro. Era melodiosa y aguda, una estética que me hubiera gustado tener. Pero mi voz era bajita y grave, no me gustaba pero al menos no cantaba mal. Melanie era bonita, me gustaba su autoestima y su estilo, su cuerpo, todo... me hubiera gustado ser como ella. Era admirable su talento para las matemáticas, historia, francés. Era súper agradable y eso me gustaba también. La envidiaba enormemente.
De un momento a otro me di cuenta que estaba en clase de literatura. Que aburrido. Estaba escribiendo un ensayo sobre "Ensayo sobre la ceguera", un libro bastante turbio que relataba la pandemia de la "ceguera blanca". No sabía en que momento nos habían dado la consigna, siquiera sabía que teníamos que leer ese libro, así que escondí mi celular bajo el pupitre para leer los resúmenes que iba encontrando en internet. Durante los últimos años me había vuelto una experta en copiarme ya que nunca me encontraron. Ocultaba papelitos en mi estuche, bajo la falda, en los caños del pupitre, en todas partes. Lo que acababan el ensayo tenían el permiso de ir afuera, así que eso hice al terminar. Me encontré con Chloe quien había faltado a su clase de geografía y nos fuimos al invernadero. Saqué el ukelele de la mochila con desgano y se lo di. Ella lo afinó a oído y me lo dio.

—¿Por qué me lo das? Hoy te toca.

—En verdad le toca a Rudy, pero como no está te toca a ti.

Tomé el pequeño instrumento con timidez y comencé a tocar los acordes de una cancioncita que estaba revoloteando por mi cabeza.

"¿Qué se siente estar solo un domingo?
Recordando las veces que los pude ver.
Cántame y ya, dime qué piensas,
podría escucharte toda la noche.

Y no me importan las horas de sueño,
Se me jodieron hace tiempo, pero no me importan más,
no hay tiempo que perder"

Era una canción para Chloe, una canción para Rudy. Una canción para mis amigos, amigos que los atesoraba en el fondo de mi corazón. Al llegar al estribillo, la muy sensible ya estaba llorando a mares. Al acabarlo, me abrazó. Le correspondí, el calor de su uniforme calentaba mi alma.

—¿Sabes, Chloe?—empecé— Voy a llamarla "hug all your friends".

Dicho eso la abracé de vuelta. Hoy era el último día de vida de la escuela y quería aprovecharlo lo máximo posible. Sonó un timbre especial, lo que significaba que habría una ceremonia de clausura. Con el coro habíamos preparado una canción especial, una estupidez sin sentido que tuve que componer para la institución que iba tal que "Marble Mountain, con sus grandes patios y mejores alumnos, les digo adiós". Una tontería. Al acabarla nos aplaudieron, más que nada por compromiso, que porquería de canción. El director soltó un discurso solemne y aburrido, sin una pizca de emoción. Aplaudimos por compromiso. El club de teatro presentó una performance sobre animales en un salón. Aplaudimos por compromiso.
Todo lo hacíamos por compromiso, puesto que si realmente hiciéramos lo que sintiésemos o ni un alma volaría por ese auditorio o lanzarían la escuela por la ventana. Todo era tan falso que me enojaba a más no poder. El presidente del consejo estudiantil junto al del anuario dieron un discurso algo emotivo, apenas más sentimental que el del señor Davis. Volvimos a aplaudir.
Mencionaron el PROM, había olvidado por completo eso, aunque en verdad no me importaba. Chloe y Rudy hubieran ido juntos y yo me quedaría sola. Sola, como siempre me sentí antes de conocerlos. Quizás me escaparía al jardín botánico con el ukelele e improvisaría rimas y melodías. Pero todo eso ya no se volvería realidad, por supuesto que el PROM sería cancelado junto a todas las actividades escolares, gracias capitán obvio. Siquiera tenía un vestido, no se porqué me preguntaba tantas cosas.
Al salir de la escuela, Chloe y Rudy me acompañaron a casa, queríamos hablar un poco más antes de separarnos para siempre. Estaba algo decaída ese día, así que mis amigos insistieron en acompañarme para que no me escapara al bosque para colgarme. No estaba muy lejos de eso, sinceramente.

.|Devil Town|. Ticci TobyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora