Capitulo 1

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Los rayos de sol se colaban por las persianas cayendo de golpe en los ojos de un adormilado chico que llevaba una cresta alborotada y despeinada, el cual comenzó a revolcarse entre las sabanas y comenzó a gruñir al ver una sombra parada subiendo las cortinas de la ventana para que entrara más luz al cuarto.

Gustabo, joder, te he dicho mil veces que me dejes dormir cuando tengo resaca – dijo con la voz muy ronca y tono molesto por la tremenda resaca que llevaba.

No soy Gustabo – Comento con voz suave la sombra que estaba abriendo las persianas, la cual era familiar para el chico que hacia berrinche por su fuerte dolor de cabeza – Horacio, venga, le hice un café para la resaca que debe traer - hizo una pausa y volteo a ver al chico – De haber sabido que no tenia aguante, no le doy ese trago que es muy fuerte para usted – rió ligeramente mientras el chico se iba del cuarto y dejando al de la cresta sin palabras.

El chico acostado se paro de golpe y se quedo viendo el cuarto en el que estaba por unos segundos para darse cuenta de que no estaba en su cama o cuarto y que la persona que lo había despertado había sido su amor secreto, el comisario bombón como le solía decir.

Pero ¿Qué cojones paso anoche? – Se paso las manos por la cabeza para poder pensar en lo que había pasado, pero no se acordaba más que había ido a casa de Volkov junto con el Superintendente y Greco luego del "Fame or Shame", que habló con Volkov y que le había dedicado una canción y luego, nada, había un hueco negro gigante de falta de recuerdos; entre mas trataba de recordar, mas le dolía la cabeza, así que decidió dejar el tema al menos mientras se le pasaba el dolor de cabeza o ver si el ruso podía darle las respuestas que necesitaba; por lo  que bajo de la cama y se dirigió a la sala de estar.

Tu si que eres madrugador, eh Volkov? – comento el chico al ver que estaba el comisario ya vestido y arreglado tomando una taza de café en la cocina, mientras él caminaba bostezando y agarrándose la cabeza por el dolor con una mano para luego hacer una mueca por la gran cantidad de luz que había en la sala y sentarse en las sillas de la barra de la cocina, cuando el chico de cabello gris se le acerca con una aspirina y un café súper cargado.

Tome – dice con un tono neutral pero amigable – Esto le ayudara para la resaca –rió ligeramente y le entrega ambos objetos al de la cresta despeinada, el cual tomo con mucho cuidado, para tomarse la pastilla y beber un trago de café que le haría sentir mejor. Había un silencio que no era incomodo para el ruso pero si para el de la cresta que no sabía que había pasado y si debía pedir disculpas así que decidió romper el silencio.

Volkov.. ¿Qué paso anoche?- Pregunto curioso y apenado el chico a lo que le contesto el ruso con su habitual tono neutral

Pues en realidad nada – Le dio un trago a su café - Tomo un vaso de vodka preparado algo fuerte que le di, se desmayo, lo lleve a mi cama a que durmiera y yo me dormi en sofá y henos aquí – comento como si no fuera la gran cosa, aunque para el otro chico lo era, ya que había dormido en la cama de su amor secreto y se había preocupado por él, había una esperanza de que el ruso sintiera algo por él y eso lo ponía feliz.

Gracias por cuidar de mi volkov... y lo siento por haberlo hecho dormir en el sofá - dijo algo apenado y riendo un poco de nervios el chico de la cresta.

Nombre, no se preocupe es mi visita, es mi deber cuidarlo - Dijo amable y se fue a lavar su taza de café sucia, no le gustaba dejar las cosas sucias. Horacio mientras se había puesto a fantasear con su ruso favorito, asi que no escucho lo que le estaba diciendo y salio de su trance cuando el móvil le sonó.

Hombre, Gustabo, ¿Que pasol? - Contesto súper alegre el chico

Mientras hablaba con Gustabo por el móvil haciendo el tonto, Volkov termino de lavar y comenzó a mirarle con los brazos cruzados, le extrañaba lo multifacético que era este chico, podía ser muy extrovertido y bobo como en estos momentos o a la hora de molestar al Superintendente, o podía ser muy sensible y comprensivo a la hora de consolar y apoyar a las personas como cuando lo consoló por lo de la muerte de Ivanov, o lo serio a la hora de trabajar ya que en los robos a badulaque había demostrado lo profesional que podía llegar a ser, le intrigaba este chico pero no sabía el por qué, supuso que era que estaba agarrándole cariño ya que empezaba a considerarlo un amigo por que se había abierto con el un par de veces, y  le daba confianza, tanta que había permitido que lo abrazara cuando no era muy grato para él que lo hicieran, y hasta eso no le había molestado.

El ruso seguía perdido en sus pensamientos cuando el chico de la cresta le dijo que tenía que irse que Gustabo lo estaba esperando cuando otra vez le sonó el móvil.

Hombre que solicitado es usted - dijo con una ligera risa Volkov - Anda lo acompaño a la puerta para que se vaya. Horacio rió y se disculpó para luego contestar el teléfono.

Hombre Emilio, que serio estas - Fue lo último que Volkov escuchó del crestas que se despedía con la mano y se alejaba,  para ponerse a hacer sus cosas. Al mucho rato le llego un mensaje al móvil que decía:

"Muchas Gracias por lo de anoche, comisario bombón, digo Volkov, el autocorrector jaja xP" 

A lo que el comisario solo sonrió por el comentario del otro chico y le escribió  que no se preocupara que luego quedaban para tomar otro vodka pero ahora  menos cargado para que no le afectara tanto, todo esto lo hacia mientras tenia una sonrisa discreta en su cara.



Amar es abrazar el caos de alguienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora