Capitulo 7

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Los dos chicos podían sentir la respiración del otro de lo cerca que estaban, era como si una fuerza poderosa los atrajera, ambos estaban tan embelesados con los ojos del otro que no pensaban en nada, solo estaban viviendo el momento y justo cuando iban a juntar sus labios, sonó el móvil de Horacio, el cuál saco del trance a ambos chicos; el de la cresta maldijo internamente al que los había interrumpido, mientras que el ruso no podía creer lo que estuvo a punto de hacer, estaba confundido, no entendía porque se sentía decepcionado de que los hubieran interrumpido, si él no tenía sentimientos de ese estilo hacia el de la cresta.

Horacio al ver de quién se trataba se tensó, no sabía que hacer ya que justo estaba a punto de besar a su comisario bombón, cuando el chico que le atraía y con quien estaba empezando a salir, le estaba marcando, su cabeza estaba hecha un lío, pero sabía que  debía contestar para no preocupar a Claudio - ¿Puedo contestar afuera? -  Pregunto algo serio al ruso, quién asintió con algo de duda, ya que le causaba intriga quién le había marcado al chico de la cresta para que se tensará de esa manera, y aunque intento ver el número de quien se trataba, no lo logró ya que el otro chico salió casi corriendo del departamento; Volkov intento escuchar algo a través de la puerta pero no podía escuchar nada, así que no le quedo más que esperar a que el otro chico regresara. A los pocos minutos regreso Horacio disculpándose y agradeciendo por todo, ya que se tenía que ir del lugar y así lo hizo, cosa que intrigó mas al ruso, porque por esa llamada extraña, se estaba yendo del lugar y aunque no quisiera admitirlo se sintió un poco decepcionado de la ida tan repentina y del intento fallido de beso; una parte dentro de él no quería que se fuera, pero entendía, sus motivos tendría para hacerlo.

Por su parte Horacio fue a su departamento a reunirse con Claudio, ya que el médico le había marcado preocupado, porque se había enterado de lo que había pasado y quería verle; el de la cresta aunque le hubiera gustado seguir con el comisario mas rato y ver en que acababa la situación,  aceptó verlo luego de mucho pensarlo, porque aunque le doliera, lo mejor para él no era estar con el comisario, debido a que este solo lo confundía y lastimaba, prueba era el casi beso, luego del rechazo y lo duro que había sido con el sin motivo alguno; mientras con el médico todo era mas sencillo y se la pasaba bien, además de que era cierto y bien sabido de que le atraía desde que lo conoció, además era hora de darse la oportunidad con alguien que si lo quisiera, ya había decidido eso antes en el hospital y era hora de que lo cumpliera. 

Horacio al abrir la puerta, luego de que tocaron,  sintió unos brazos rodeándole de la nada - ¡Que bueno que estas bien! - suspiro - Me asuste mucho al enterarme de lo que había pasado - Cosa que enterneció al de la cresta, quien abrazó de vuelta al chico -Estoy bien, tranquilo, son gajes del oficio - dijo sonriente al chico para tratar tranquilizarlo - Si quieres y puedes, claro está - Hizo una pausa mientras pasaba su mano por la espalda del otro chico - Puedes quedarte a dormir aquí para que estés mas tranquilo -  En parte era porque a pesar de aparentar estar bien, por dentro estaba muy asustado aun por lo que había pasado y no quería estar solo, su compañía le ayudaría mucho - Me parece bien- sonrió el otro chico y entró al departamento. Luego de que estuvieran un rato viendo televisión acurrucados, y Horacio le prestara ropa para pasar la noche al otro chico, decidieron que era hora de dormir, se acostaron en la cama uno frente al otro, se veían a los ojos y aunque el de la cresta no sintió el mismo embelesamiento o tensión que con el ruso, se sentía cierta tensión en el ambiente pero era diferente, era un poco mas carnal, se notaba cierto deseo por parte de ambos. Horacio aun tenía la adrenalina del día a tope y ayudaba a que no pensara con claridad; por toda la situación emocional que estaba pasando en los últimos días lo mas sano sería que no sucediera nada intimo con el médico, para  que no se confundiera más de lo que ya estaba, pero en este momento no le importaba, solo sentía la necesidad de tener cerca a otro ser humano, así que decidió acercarse y besarle; pero no era cualquier beso, era un beso cargado de deseo y desesperación por contacto, el cual fue correspondido; Claudio subió encima del chico de la cresta, sus lenguas comenzaron a jugar en un vaivén rítmico, se escuchaban las respiraciones agitadas de ambos chicos, las manos de Horacio recorrían el cuerpo del otro descubriendo nuevos lugares, hasta que sintió que  la camiseta del otro le estorbaba, así que  se separo del intenso beso para poder quitar lo que le impedía continuar con la tarea que estaba disfrutando. Cuando al fin se la quitó, o mas bien arrancó, quedó expuesto el dorso desnudo del chico, Horacio se deleito con la vista que tenía, el médico tenia el abdomen  marcado lleno de tatuajes, cosa que su parecer era muy sexy, se relamió los labios y le miro con lujuria a los ojos, cosa que prendió más a Claudio; la ropa comenzó a volar por la habitación, se escuchaban las respiraciones entrecortadas, gemidos sonoros por toda la habitación, sus cuerpos sudorosos chocaban sin parar. Desde que se conocieron existía esa tensión, y al fin la estaban liberarando.

Amar es abrazar el caos de alguienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora