Esta historia se centra en la vida de dos chicos, los cuales han entrado a la vida universitaria. Con tanta variedad de estilos de vida que tienen los jóvenes, ellos comienzan a experimentar y re descubrirse.
¿Que les ocurrirá con el tiempo?
eso es...
Luis: [Está muy nervioso... mierda...] (Sonriendo)... [Por qué tienes que ser tan adorable Zack... voy a hacer que lo disfrutes]... Tranquilo Zack... (Masajeándole los glúteos) Te prometo que lo vas a disfrutar. Confía en mí.
Zack: (Lo mira de reojo) Co-confio en ti. (Le sonríe)
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Luis: (Tocándole el trasero) ... [Son tan grandes y firmes]... ¿Te... te molesta si te sigo tocando?
Zack: (Mirando al frente abrazando una almohada) ... pues no, no me molesta... [aunque estoy muy nervioso]... (Agitando la punta de la cola) ...
Luis: Muy bien... (Continúa masajeando y apretándole el trasero) ... [Son perfectas]... (Se lame los bigotes y le da una nalgueada) ...
Zack: (Sintiendo el golpe) ¡¡Auch!!... (Lo mira) Luis... Eso dolió...
Luis: Perdón... no me pude resistir jeje... [Cada vez que se las toco, me dan más ganas de hacerlo mío]... (Ve como mueve la punta de la cola seguidamente) ... [Veo que aún está nervioso]...
Zack: (Vuelva a mirar al frente) ...
El leopardo dejó de masajear y manosearlo, para luego inclinarse y darle algunos besos en su espalda baja y así llegar hasta su trasero para darle una pequeña lamida en el glúteo izquierdo.
Al hacerlo, este sintió como Zack se estremeció un poco. El leopardo continúo dando apretones y viendo como el tigre movía su cabeza en la almohada.
Luis: [Creo que ya es hora]...
Sonriendo, este con sus manos separó las nalgas dejando ver la entrada del tigre. El leopardo se acercó, le dio la primera lamida y no sintió ningún movimiento por parte de él, por lo que decidió lamer más seguido.
Con su lengua húmeda, comenzó a lamer más y más, pero esta vez, pudo escuchar algunos sonidos, oh más bien, gemidos ahogados ya que el tigre tenía su cara hundida en la almohada para que no le escucharan. El leopardo continuó haciéndolo y mientras lamía también le apretaba las nalgas hasta en un punto en el que el tigre comenzó a mover la cintura, los dedos de los pies y a dar pequeñas embestidas cada vez que sentía una nueva lamida.
Luis: (Mientras le lame y da agarrones) ... [Parece que le está gustando ...]
Zack: (Con la cabeza hundida en la almohada) Mmm...Mmm... [Mierda... esto se siente genial]... Mmm... [No puedo controlarme cuando me empieza a lamer...] M-Mmm...
Luis: (Deja de lamer) ... [Bueno, última oportunidad]... (Lo mira) Zack, ¿Estás seguro de querer hacerlo? Ya te he dicho que no es necesario que lo hagamos...
