Capitulo 3: La liga asombrosa

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Disclamer: el personaje de Dimitri o el hombre planta no es de mi autoría, le pertenece a mi amiga 96twilight, denle amor también a su trabajo

Al día siguiente y ya más repuestos de todo el desastre que fue ese viernes, cada uno de los chicos descansaba en su casa, pensando si todo lo que habían vivido fue un sueño o un viaje muy loco producido por sea lo que sea que paso en el mechoneo.
Mauricio, aprovechando que tenía la casa para él solo, vestía una camiseta holgada, recuerdos de cuando tenía más kilos encima mientras chateaba con Bárbara, preguntándole si estaba jugando con los supuestos poderes que les habían dado. La muchacha contestaba que cuando más lo intentaba, menos le costaba encender sus manos, aunque el gran problema era después apagarlas. Mauricio empezó a pensar que tal vez podría hacer algo parecido, dejo el celular a un lado y comenzó a concentrarse, tratando de sacar algo o que sus manos hicieran cualquier cosa, al cabo de unos minutos no pasaba nada, eso lo frustro un poco y luego de despedirse de su amiga, saco su libreta y comenzó a dibujar algunas cosas mientras escuchaba música en su computadora. Viendo que no le gustaba mucho la posición del dibujo, comenzó a hacer trazos en el aire cuando de pronto y como si se tratara de un crayón purpura trazó una línea en la nada, sobresaltado trato de tocar aquella cosa, suave, viscosa pero lo suficientemente firme como para no deshacerse al apretarla
-Pero que carajos...
Luego de unos minutos, ese trozo de sea lo que sea que era se desvaneció en su mano, se volvió a concentrar en su dibujo, trazando líneas en el aire, usando sus dedos como pinceles, dejándose se llevar por su creación. Al terminar lo que había hecho, se aguantó las ganas de reír, cogió su teléfono y le mando una foto a su amiga "la invasión de los conejos morados en la isla de las zanahorias purpura" se podía leer en el texto de la foto, a lo que su amiga le devuelve la foto con un video de ella encendiendo la cocina con sus dedos. Luego de parar de reír le escribe a su amiga para invitarla al cine y hablar más de sus poderes, tal vez, si les dieron la misión de derrotar a esa mujer y su guardia personal, podrían también usarlos para ser superhéroes.
Mientras, en Paine, María Ignacia corría a sus clases de artes marciales, se había quedado dormida y el camino a San Bernardo era de al menos unos cuarenta minutos por los buses locales, los cuales pasaban sin ápice de detenerse
-Por la cresta...
Caminaba rápido para llegar al siguiente paradero, cuando uno de los buses bajo la velocidad y lentamente empezó a acelerar al ver a la chica desesperada, Ignacia persiguió el bus y solo cayo en cuenta que corría a la par con la maquina al ver tanto a los pasajeros como al chofer impresionados y a varios kilómetros de donde ella estaba esperando el transporte. Cuando cae en la cuenta del por qué estaba pasando todo, sonríe de medio lado y con una reverencia, vuelve a correr hacia sus clases tratando de poner atención a los obstáculos del camino, a los semáforos, los cruces y también a las personas que por imprudencia cruzaban la calle sin avisar. Luego de algunos minutos y de varios kilómetros recorridos llega a sus clases, respirando agitada pero feliz, imaginando todo lo que podría ahorrar en transporte
-¡Al fin llegare a tiempo a todos lados!
Saltaba de alegría y luego llegaba a su clase con normalidad, como si esa parte del camino nunca hubiera pasado
Luego que los chicos habían probado sus poderes durante todo el fin de semana, al llegar el lunes y después de clases se juntaron en la biblioteca, esperando las instrucciones de Juan para lo que sería la misión principal del equipo
-¿No encontraste un lugar más solitario para nuestra "reunión de misión"? -Mauricio le hablaba con un claro sarcasmo y se reclinaba en la silla de la biblioteca, Juan le gruñía como un felino furioso y luego se trataba de relajar, estirando su cuerpo en la silla y bostezando, mostrando unos pequeños colmillos y una lengua semi áspera
-Lamento no tener un lugar adecuado para nuestras reuniones pero no tenemos nada además de la casa en el restorán. Aun así tenemos que hablar de esto y planear que hacer antes que ella lo haga, pero primero tienen otra misión adicional
De su mochila, sacaba unas fotos de un muchacho de aspecto andrógino, cabello platinado y muy pálido, portando una sudadera celeste y un morral viejo. Juan les explico que el muchacho se llamaba Matías, que el padre de él se comunicó con Don Stan para cuidarlo, lo que hiso que Mauricio, tomara su mochila, se levantara de la silla y empezara a caminar a la salida, argumentando que, no tenía ni el mínimo interés en ser la niñera de alguien
-Chicos los entiendo, yo también estoy molesto, no salí de Temuco para cuidar a un muchacho, vine a vengar el honor de mi familia, el de mi bisabuelo... pero tenemos que hacerlo
-No te prometo nada, pero lo vamos a pensar, por mientras veremos qué podemos hacer ahora. Lo siento Barb pero creo que el negocio de héroes se acaba de terminar
Barbara, algo triste y desilusionada por lo que había pasado, se retira junto con su amigo de camino a la estación del metro, regresando a casa, conversando del hecho y como se ilusionaron con una propuesta digna de una película muy mala. Por otro lado María Ignacia regresaba en bus a su casa, no tenía ganas de correr ese día y solo se acomodó para dormir un rato.
Al día siguiente y luego de esa decepcionante reunión según ellos, Bárbara llega a su salón como siempre, se sienta en una de las sillas, saca su celular y se pone a ver una reseña del Geek furioso de la literatura "como todos los autores en aquella época, Crepúsculo se hiso grande a través del boca a boca. Una chica leyó el libro, se enamoró de él, se lo recomendó a sus dos amigas, ellas también se enamoraron, se lo recomendaron a mas, una cosa llevo a la otra y acabamos teniendo una marea de adolecentes hiperhormonadas que ante la aparición de los pectorales de Jacob, emitían un chillido que dejaba tímpano con vida en cinco kilómetros a la redonda"
Las risas de Bárbara se escucharon por todo el salón, llegando a los oídos de uno de los muchachos que estaban ahí el cual, curioso se le acerco con cuidado para ver que estaba haciendo mientras trataba de saber que veía en aquel aparato
-Es una maquinaria interesante, aunque un poco arcaica -el muchacho, con una voz suave y aun así adulta, murmuro aquellas palabras, guardo silencio de inmediato, esperando que la chica no lo haya oído -D-disculpa, me llamo Matías, me acabo de unir a las clases hace unas semanas
Bárbara volteo y al ver a aquel joven, recordó las fotos que Juan le había mostrado el otro día, el cabello platinado del muchacho y su cuerpo que podría confundir a cualquiera eran demasiado notorios como para tratar de pasar desapercibido
-Yo me llamo Bárbara, el placer es mío
Le estiraba la mano y le sonreía, el muchacho miraba extrañado el saludo y no sabía cómo devolvérselo, tomó la misma posición que Bárbara, arqueando una de sus cejas
-¿Cuánto tiempo debemos estar así? Es una muy extraña posición -pasó de confundido a molesto al escuchar la fuerte y estrepitosa risa de la chica, quería protestar pero prefirió callarse, mirando a otro lado y con un ligero sonrojo en sus pálidas mejillas. Bárbara se calmó y se acomodó mejor en su asiento, recordando la conversación que Juan había hecho acerca de el
-Siento eso último. Dime ¿Conoces al dueño del restorán de la esquina, Don Stan?
-¿El Señor Sutherland? Sí, es amigo de mi padre, él le pidió a Don Stan que me cuidara luego de mi... de mi traslado a otra ciudad -con esa última frase se le notaba nervioso, como si hubiera estado a punto de decir algo extraño, fuera de lugar o incluso inapropiado, miraba a todos lados buscando una forma de cambiar el tema o incluso esperando que algo pasara, cuando de pronto se escucharon gritos y varios árboles empezaron a caer
Cuando salieron del edificio de la universidad, vieron a un montón de gente cerca, algunos murmuraban aterrados y otros gritaban, al levantar la cabeza vieron a un grupo de trabajadores colgando de un andamio y una enredadera que estaba dañando los cables. Como pudo Bárbara le mando un mensaje a sus dos amigos y luego se metió de nuevo a la universidad, fue por unas mascaras de la bodega de teatro y al llegar estaba Mauricio y María Ignacia, los cuales también estaban tensos con la escena, al punto que Mauricio escondía sus manos en los bolsillos de su sudadera, para que no vieran el aura morada que estas tenían
-Supongo que si le entraremos al negocio ¿no? Será mejor que nos apresuremos antes que esos tipos dejen como carne para hamburguesas a esos trabajadores -en el momento que cogían las máscaras para ocultar su identidad, vieron a su amigo Juan en su traje de héroe, luchando contra algo que lanzaba fuego y humo haciendo que Mauricio tragara saliva y suspirara nervioso, miro a las chicas, se puso la máscara, creó desde su cintura un cuerpo como el de un ciempiés y al verlas listas salió de la multitud convertido en esa cosa, atrás de el corría María Ignacia, la cual fue recibida por el zarpazo de un lobo humanoide, Mauricio lo detenía con el cuerpo de ciempiés como si de una serpiente se tratara. Un hombre en traje que controlaba las plantas levanto dos grandes flores carnívoras, moviéndose en dirección hacia Mauricio, las cuales fueron interceptadas por el fuego que Bárbara despedía de sus manos
-Estamos aquí para defender a estas personas de gente como ustedes y de liberarlos de los monstruos que los acechan todos los días -movía sus manos como si de una caricatura japonesa de acción se tratara, Mauricio viendo esa escena con clara vergüenza ajena, se distrae y el hombre lobo aprovecha de sacárselo de encima, mientras una mujer luchaba contra Juan la cual lo atacaba con fuego, quemando un poco la capa peluda que portaba. María Ignacia corría para ayudar a Juan a toda velocidad y con el impulso le da una patada en la cara a la mujer, le toma la mano a Juan y le sonríe, revisando que no tuviera heridas por ese ataque. Mientras tanto, Mauricio había perdido su creación y Bárbara seguía ocupada con el tipo de las plantas, las cuales tenían rodeada a la chica, Mauricio quería gritar el nombre de su amiga, pero sería riesgoso con estos tipos escuchando, pensaba rápido mientras con la pobre condición física que tenía, esquivaba los ataques del animal y lo primero que su mente crea son unos tentáculos detrás de su espalda, con los cuales agarra a su amiga y se cubre de los zarpazos del lobo
-Creí que sería más fácil esto de ser héroe
-Bueno, tienes un punto, pero nos tocó pelear con gente que nos tiene ventaja -Bárbara trataba de bajarle el perfil a la situación cuando ve a su amigo algo cansado por mantener los tentáculos cerrados -No puedes aguantar más ¿verdad?
-Iba a decir eso, pero enfrente de mi amiga eso sonaría muy fuera de lugar -reía por su propia broma cuando los golpes se hacían más fuertes y los tentáculos más transparentes -cuando te de la señal corres donde esta Ignacia y quédate cerca de ellos, si salgo herido, diles a todos que me sacaron la cresta en el parque por Otaku
Los tentáculos de Mauricio cada vez se hacían más delgados, cuando de pronto una música movida irrumpió el campo de batalla, del techo de un edificio cercano había una figura azul metálica con los brazos cruzados, miraba abajo, una figura rosada sale de su brazo y se mete a su nuca, se queda un rato en el techo y luego cae a donde estaban peleando, mira a Juan y con una robótica voz se dirige a él, sonando como si fuera una criatura artificial
-Señores, les recomiendo que se retiren a un lugar seguro, podrían salir heridos mientras me encargo de ellos
De su brazo se materializo un látigo rosa, corría entre los pequeños troncos vivientes que el hombre había invocado para detener al muchacho nuevo, los cuales eran cortados como mantequilla por el látigo del joven misterioso, el resto de los extraños personajes también iban a atacar y Mauricio deshace los tentáculos, visiblemente cansado
-Weon ¿Que cresta ese Megaman hasta arriba de coca?
Bárbara se aguantó las risas, mirando como el chico, de posiblemente la misma edad de ellos, peleaba al ritmo de un tema de dubstep, esquivaba las plantas carnívoras y los troncos vivientes, haciendo piruetas entre ellos, el hombre de las plantas saca un tronco gigante de la tierra y se lo lanza al muchacho, salta encima de él y con el látigo lo parte en dos, tomando impulso dándole un puñetazo en el rostro, tumbando al hombre y este se levanta lentamente, limpiándose el rostro, mirándolo con odio. Llegaba donde estaba la mujer de fuego, la cual sacaba un bastón de metal, se ponía en guardia y mientras el látigo del muchacho se volvía también un bastón, saltaba hacia ella y con bastante habilidad luchaba con la mujer, usándolo como apoyo para conectar una patada en el pecho para que tomara distancia, giraba el bastón y ambos se ponían en posición, chocaban las armas mientras trataban de atacarse y bloquear, esquiva algunos de los golpes de la mujer y le responde golpeándola en varias ocasiones, le da un golpe seco en las costillas y cuando la iba a tumbar con otro bastonazo, el hombre lobo que estaba ayudando al tipo de las plantas corre y con una tacleada lo tumba, haciendo que se golpee con un poste cerca de la calle. Los compañeros del hombre lobo empiezan a golpear a los otros chicos, algunos ya heridos por la trifulca, otros cansados por no usar bien sus poderes, mientras que los que empezaron los destrozos, comenzaron a hacer retroceder a Juan y compañía hasta donde estaban los aterrados trabajadores viendo ese dantesco espectáculo.
Matías veía la escena callado, estupefacto por el despliegue de poder y habilidades, estaba preocupado por sus nuevos amigos, por Bárbara, por el chico gordo, la chica alta y el chico felino, cerro los puños y volvió a correr hacia la bodega, buscando algo para cubrir su identidad como lo hicieron sus amigos, son sus rituales de batalla, suponía el joven. En medio del nerviosismo y el hecho que debía darse prisa, cogió una de las máscaras del fantasma de la ópera, la cual estaban ensayando para uno de sus exámenes, se la coloca y regresaba a donde estaban luchando, se escabullio en medio de la gente y los alcanzo a ver, estaban amarrados, junto con el chico de armadura, debajo del andamio a punto de colapsar, la mujer de fuego estaba quemando las uniones, mientras el tipo de traje también rompía las cadenas con sus lianas. Matías tomaba valor, trago saliva y antes de enfrentárseles creo una muralla de hielo en medio de ambos equipos, el hombre lobo, el hombre planta y la mujer de fuego se dieron vuelta y el chico, lanzando un vaho frio de su cuerpo, el único ojo que se veía por la máscara brillando en un azul luminoso, se ponia en posición de lucha, creando dos puñales de hielo
-¡Esos humanos son mis protegidos ahora! ¡Les hacen daño y los llevare donde el Padre creador para que el Señor de la guerra y la muerte los juzgue por sus acciones!
El hombre lobo se le acerco con una sonrisa burlesca, veía al chico que estaba en frente de el, demasiado delgado y frágil para ser un oponente digno, con su posición de guerrero y una fiereza poco común en su mirada para alguien que en primera se veía manso y hasta asustadizo
-¡Ja! Muy valiente y todo, pero eso no quita que solo seas un palillo más para romper, mejor vete a jugar a otro lado, ya me estoy aburriendo de lidiar con niños inexpertos que podría destrozarlos en segundos
-¿¡Niño?! ¡Cómo te atreves a referirte a mí de esa manera, soy el guerrero más poderoso de mi especie! Te enseñare a mostrarme respeto aunque tenga que romperte toda la cara
Rápidamente se deslizaba por debajo de las patas del hombre lobo, saltando por encima de él y tratando de hundir uno de los puñales en el hombro de la bestia, la cual se defendía de Matías lanzándolo por arriba se su cabeza, caía de pie dejando un rastro de escarcha en suelo. La temperatura del lugar empezaba a bajar y la mirada del muchacho se hacía más fiera que antes, el hombre que usaba plantas trataba de ayudar a su compañero, sacando lianas del suelo con la intencion de apresarlo, pero Matías tomando impulso, usaba sus puñales y su poder de hielo para impedir que lo alcanzaran, el cansancio hacia que la mujer de fuego no pudiera usar bien sus poderes, pero para ayudar al hombre lobo le lanzaba su bastón para que lo atacara, el cual le da un golpe a Matías tumbandolo en el suelo, rueda para evitar otro más y al levantarse le da una patada en la cabeza al lobo
-Jejejejeje, quien lo diría, quien diría que en este planeta podría volver a sentirme como quien soy en la realidad. Son de verdad unos increíbles oponentes, pero esta gente no tiene la culpa por nuestro encuentro y debemos protegerla
Determinado a terminar la pelea, Matías volvió a golpear al hombre lobo, el cual se defendía, intrigado y algo perturbado que un niño tan frágil fuera un luchador tan feroz, no le cabía en su cabeza que fuera tan salvaje como un animal de presa, por mucho que el fuera un tipo de mas de dos metros y mucho más pesado, pareciera que eso no le importara, incluso podría sospechar que el muchacho lo estaba disfrutando
-¡Acabare contigo y con tus odiosos amigos!
El lobo estaba ya fuera de sí, sus compañeros empezaron a retirarse del lugar rápidamente, evitando que los otros se pudieran liberar y atraparlos. El hombre lobo trataba de agarrar a Matías de la espalda y lanzarlo, pero este sonriendo, disfrutando de esa pelea tomaba a la bestia y con una fuerza fuera de este mundo, lo levanto y de un movimiento rápido lo lanza por encima de su cabeza, sin soltarlo de la cintura. El lobo viéndose derrotado y humillado, luego que Matías lo soltara solo atino a seguir a sus amigos, corriendo con la cola en medio de las patas.
Matías regulaba sus poderes, el frio se disipaba y su calma regresaba, se acerco a la pared de hielo que había hecho y al tocarla esta de volvió nieve, la cual cubrió a los chicos y parte de la calle
-¿Están todos bien? Los tipos ya se fueron
De su mascara se asomaba una sonrisa, estaba satisfecho de haber ayudado, los desataba de las lianas quemadas por el frio y la nieve, mientras los curiosos que quedaban cuchicheaban entre ellos, preguntándose que acaba de pasar en plena Alameda
-Estamos bien, algo heridos pero son cosas que pasan -Mauricio se levantó apenas y miraba como la nieve se derretía lentamente, todos empezaban a despertar, incluso el muchacho de armadura azul, el cual se agarraba la cabeza por los dolores,
-¿Cómo pudiste hacerle frente tu solo a esos tres tipos locos? -Juan no le daba mucho crédito por la contextura de Matías, pero el mismo dijo que solo aprovecho su tamaño y agilidad para burlarse del más grande.
Lentamente cada uno de los chicos empezó a despertar, cuando de pronto, se escuchaba otra vez el andamio crujir, bajando bruscamente hacia ellos y todo el mundo volvió a desesperarse
-¡S-socio, ya pue, ayúdenos o esta wea nos va a matar!
Los trabajadores estaban paralizados del miedo, afirmándose como podían de la frágil estructura, la cual fue rápidamente congelada por Matías, esperando que el hielo que había creado resistiera el peso
-Tu, el de los tentáculos, necesito que tomes a los trabajadores y los bajes -Mauricio no entendía mucho como hacerlo, más que mal eso en batalla le salió por reflejo más que de forma consiente, aun así, trato de concentrarse e imaginar la forma que había creado, de su espalda otra vez salieron aquellos tentáculos morados y con delicadeza, tomaba a los trabajadores y los dejaba en el suelo, creo otros tentáculos más y retiro el andamio semi destruido a un lado, ya más relajado que todo había acabado. De pronto y lentamente, escuchaban aplausos y vítores hacia los chicos, no tanto por la pelea, sino por haber salvado a esos hombres de una muerte segura, los mismos que ahora estaban abrazando a todos por la misma razón, el chico de armadura, sonriendo de medio lado, satisfecho por todo, abrio el compartimiento de su brazo, sacando lo que parecía un cigarrillo enrollado de forma artesanal y al encenderlo se siente el fuerte aroma de la cannabis, el chico retenía el humo y luego lo soltaba lentamente, volteo a ver a Juan y los chicos que lo miraban con extrañeza, dio otra calada larga a su cigarrillo, preparándose para hablar cuando llegan varias camionetas blancas, con antenas en sus techos y los logos de los canales de televisión en ellos, era la prensa
-¿Ahora a quien enviaron, a Eddie Brooke, Lois Lane o April O'Neil? -Mauricio se rascaba la cabeza y miraba a las camionetas nervioso, por muy cubierto que estaba no le gustaba la idea que la prensa se metiera en esto, por mucho que fuera inevitable
-Si sale April me debes una pizza -Barbara le trataba de distraer de su nerviosismo
-Solo si es la versión original -al decir eso, de una de las camionetas con un logo naranja, salio una mujer con un sutil color bronceado en la piel, cabello oscuro y crespo, vestida como salida de la época de los 80's, acercándose sobre todo a Juan el cual, como era uno de los más conocidos del grupo nuevo de héroes, se acercó para hacerle algunas preguntas
-Así es Polo, estamos en la Alameda, en el frontis de la universidad Estatal donde hace unos pocos minutos un extraño grupo de seres empezaron a hacer desmanes, antes que este grupo de jóvenes, liderado por el desaparecido superhéroe del sur, Puma Azul apareciera para reducirlos antes de darse a la fuga
Mauricio podía ver la cara de su amigo, no estaba para nada contento con las cámaras y la periodista, la cual le preguntaba por ellos y si el grupo tenía algún nombre, mientras que por otro lado el tipo de la armadura seguía fumando
-En primer lugar, aún estamos averiguando sobre esos tipos, no tengo los detalles suficientes como para hacer una teoría completa. Ahora bien, en segundo lugar, estos chicos son mi apoyo precisamente para este problema y no, no hay nombre del equipo
El tipo de la armadura al escuchar eso, fue donde está la mujer y le quito el micrófono, con los ojos fijo en la cámara ante la mirada atónita de ella y los gruñidos furiosos de Juan
-Vamos gatito, eres más aburrido de lo que se ve a primera vista. Verán, yo, el gran Milodon, héroe de Santiago y el DJ más famoso de Chile me topé con este... asombroso grupo de jóvenes los cuales repelieron a esos monstruos de una forma increíble, de hecho y si ellos me lo permiten, pueden llamarlos La Liga Asombrosa, a menos que nuestro líder tenga alguna objeción
La cara de Juan mostraba molestia y algo de enojo, el resto del grupo solo mostraba confusión, siendo solo Barbara la única que estaba de acuerdo con la idea, tomando del brazo a todos y haciendo un círculo para hablar con todos, especialmente con Juan
-Barbara, no me digas que estás de acuerdo con ese tipo, se le nota que no está hablando en serio o al menos con sus cinco sentidos buenos
-No lo entiendes Juan, si queremos llevar el mensaje a esa mujer que nos está molestando es preciso hacerlo así, que todo el mundo se entere que llegamos al pueblo y que afirme sus calzones por que le daremos un ramo de patadas en el culo
-Empiezas a hablar como mi novia en su trabajo. Está bien, además el nombre no suena mal o al menos no muy feo
La muchacha sonríe de forma infantil, mientras que la periodista los veía extrañada esperando más información, luego de unos minutos los chicos seguían cuchicheando, hasta que Barbara tomaba el micrófono y se dirigió al público tanto que lo veía por televisión como la gente que estaba de curiosa
-Señores, tal como dijo nuestro líder, el gran Puma Azul, estamos aquí para controlar a esos monstruos que empezaron a desolar la capital, así que si están viendo esto señores ¡La Liga Asombrosa está aquí y les daremos una tunda si se pasan de imbéciles! Por otro lado también les queremos presentar a los miembros de esta organización. Esta nuestro poderoso y sabio jefe, el gran Puma Azul, la poderosa y veloz Lloica...
-¿Por qué cresta me puso Lloica? No tiene nada que ver con la velocidad
Mauricio se encogio de hombros y luego su rostro cambia a la misma expresión de María Ignacia cuando Barbara lo nombra como Kraken, por último el que parecía más a gusto con su nombre era Matías, al cual lo nombraron como Glaciar. Luego que Barbara se llamara a sí misma como Dragonfruit, le pasaba el micrófono a la periodista, la cual era la más confundida de todos
-Pues... Bueno Polo, por ahora es toda la información que tenemos, en breve y mientras desarrolla la noticia estaremos entregando más antecedentes
Después de un par de horas y de descansar de aquella pesadilla, los chicos regresaban a casa en compañía de Matias, pero al llegar al restoran, se topan con Stan y Nicolas, los cuales se ven que están enojados con ellos
-Lindo espectáculo dieron afuera ¿Verdad? A excepción de Juan, ninguno de ustedes tenía autorización para entrar en acción y ahora todo Chile acaba de ver el circo que han montado en las noticias -El viejo miraba tambien algo molesto al muchacho, el cual se escondia detrás de Mauricio, temblando del miedo -Y tu Matías, supongo que tambien no le dijiste a nadie la verdad ¿O si?
-¿Verdad? ¿Qué verdad? -Mauricio miraba confundido a Matias y este se hundia mas en su espalda, susurrando en un idioma incomprensible
-Don Stan, la culpa es mia, los chicos me ayudaron por que estaba en desventaja contra otros tipos con poderes, yo debi alejarlos mientras todo esto pasaba
-Haber... -interrumpio Maria Ignacia, tambien molesta, pero mayormente confundida -¿Se podrían ordenar y decir bien que cresta esta pasado? En primer lugar, necesitamos saber bien que nos esta ocultando sobre Matias y dos, de dónde chucha salieron esos tipos que casi matan a un par de maestros de la construcción. Si vamos a trabajar en esto exigimos la verdad completa y no weas a medias
Matias suspiro nervioso pero resignado y salio delante de todos, sus manos se volvieron de hielo y sus ojos se volvieron a iluminar de azul
-Mi nombre real es Maa'tish, guerrero elite del planeta Nitram, estoy aquí por un crimen que no cometi y mi padre movio sus influencias para que el Señor Sutherland me alojara -miraba al viejo y se arrodillaba, estirando sus manos, como si estuviera ofreciendo algo -Solicito poder unirme a su gremio, en agradecimiento por su protección
Stan levantaba rapidamente al muchacho, le daba unas palmaditas en el hombro y miraba al resto, le costaba un poco sacar las palabras y en su mirada habia algo de aprehencion y miedo, los cuales luego de unos segundos guardo en lo profundo de su ser y volvio a sonreir de la misma forma distendida
-A ver, Nachita tiene razon, les debo una explicacion sobre esa gente y bueno, nuestro amigo ya se presento como debía -mandaba a Nicolas a buscar unas cosas, regresando con una carpeta con las fotos de los que se habian enfrentado hace poco, junto con dos mas las cuales ninguno de los chicos logro identificar, al menos y para la tranquilidad de Juan, supieron los nombres en clave de los sujetos que los atacaron, Smoky Eyes, la mujer que lanzaba fuego, Fenrir, el hombre lobo que Matias humillo y por ultimo Dimitri, el tipo trajeado que invocaba plantas. de los otros dos solo habian fotos y ningun dato mas alla de una vaga descripcion, un punky veloz y una serpiente gigante.
Al día siguiente, despertó a todos relativamente temprano y los junto en el patio, procedió a quitarse la camiseta les hiso un gesto a los chicos para que se coloquen en fila en medio del patio
-Esos tipos pueden volver a atacar, asi que si vamos a ser un equipo debemos estar fisica y mentalmente preparados
-¿Pero no nos falta Milodon para tener el equipo entero? -la pregunta de Barbara habia sido respondida por un bufido de Juan
-Ese tipo no es un buen elemento para el equipo, es imprudente, impulsivo y potencialmente peligroso, tenerlo cerca seria exponerlos a algun peligro y no quiero eso
El grupo completo iba detras de Juan al patio, se paraba en el centro y comenzaba a someterlos a un fuerte ejercicio, Mauricio objetaba, alegando que era el menos capacitado para entrenar, mucho menos a ese ritmo, a pesar de eso sus quejas fueron completamente ignoradas y luego de unos minutos se sentaba en el suelo respirando agitado, agarrandose el pecho, sudando bastante y tomando una buena cantidad de agua. Barbara se quedo a su lado por unos minutos, asistiendo a su amigo mientras este recuperaba el aliento y Juan tambien se le acercaba para ayudarle
-Y-ya se que vas a decir...me daras una rutina mas suave y luego me pondre al corriente -tosia un poco y se levantaba con dificultad, con un evidente ego herido -Yo paso por hoy, me voy a jugar un Lolcito... nos vimos
Mauricio camino un par de pasos y sintio la mano de Barbara en su muñeca, volteo a verla, sus mejillas estaban levemente infladas y su semblante era de un enojo muy infantil, como una de esas muñecas de grandes ojos y cuerpo pequeño. El muchacho, sintiendo un leve sonrojo en las mejillas, sin poder distinguir bien el origen de aquella reaccion, solo atino a sonreir suavemente, acomodar sus lentes y abrazar a la chica, la cual le seguia haciendo gestos infantiles por lo sudado que estaba
-Bueno ya, me quedo, voy a entrenar para que no quede tirado a la mitad de una pelea -se despegaba de ella y le posaba un dedo en la frente, sin dejar de mirarla y sonreír -Las cosas que me haces hacer con tus berrinchitos
-Oigan tortolitos, ya pue, tenemos que estar a punto para cuando esos tipos raros molesten de nuevo, asi que menos abracitos y mas accion
Mauricio suspiró resignado, regresó a entrenar tratando de dar lo más que su grueso cuerpo podía ofrecer, mirando con algo de celos como Juan y Matías seguían los ejercicios casi sin sudar, como las chicas eran más ágiles y el apenas podía seguir el ritmo con lo pesado y lento que era. Una vez que el entrenamiento había terminado y Juan los mandó a ducharse, seguía con esa sensación que tal vez no tenía aptitudes suficientes para ser un superheroe, se miraba en el espejo de su dormitorio y sólo podía suspirar con algo de tristeza, trató de borrar un poco esa sensación molesta de encima y se dedicó a dibujar un rato en su computador, siendo interrumpido por los suaves golpes en su puerta por parte de Bárbara
-Mau ¿te sientes bien?
-Solo tengo el orgullo herido por el entrenamiento, no es la gran cosa, sabes que no tengo mucha paciencia en lo que al físico se trata
Mauricio no despegaba la mirada de la pantalla mientras hablaba con su amiga y dibujaba, de pronto sintió la barbilla de ella en su cabello, sus brazos rodeandolo con delicadeza, tanta que soltó el lápiz y se dejó querer por ella, sentía que de su boca saldría algo desde su pecho hacia afuera, pero sólo atinó a sujetarle la mano con suavidad
-Se que podrás ser un superheroe genial, ya eres una persona bonita... Se que no te costará nada ser lo otro. Y por el físico, sabes que yo te ayudaré en todo lo que pueda, después de todo, somos amigos ¿verdad?
Mauricio seguía sin poder hablar, solo sonrío y abrazó con fuerza a su amiga, mientras ella le dio un suave beso en la cabeza
-Mañana habrá un evento de anime en el centro, podríamos ir e invitar a Mati para que conozca algo de la tierra ¿te tinca ir?
-Sabes que siempre tengo tiempo para eso, además me haría bien salir contigo, me relaja pasear juntos y... -no había terminado de hablar cuando Bárbara le sonrió, le soltó y de misma manera que llegó a verlo, se fue a confirmarle a Matías por la noticia, dejando a Mauricio solo, pensando si todo eso había sido real, agarrándose la cabeza y maldiciendose por haber estado tan cerca, jurando que en algún momento vencería a sus miedos y le diría todo lo siente, esperando que tampoco fuera muy tarde para darse valor.

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⏰ Última actualización: Jul 06, 2020 ⏰

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