Cap 3 Quiero quedarme aquí

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Capitulo 3/3


Desperté de nuevo en un cuarto de hospital. De nuevo estaban todos reunidos  en esa habitación a excepción de mi hermana. Mew también estaba ahí. Todos estaban despiertos, platicando en secreto entre ellos.  Cuando pregunté que era lo que me había pasado, todos guardaron silencio. Mi madre se acercó a mi y me explicaron que parecía que habían encontrado a las personas que me habían hecho esto. Me sentí nervioso de nuevo al escuchar la palabras. Sentí que mi corazón empezó a latir tan rápido que podía salirse de mi pecho. Las manos empezaron a sudar y el pitido de un aparato a mi lado empezó a sonar demasiado fuerte y rápido, mi vista se empezó a nublar. Sólo pude ver la silueta de personas con bata blanca entrando a la habitación.

No logré perder por completo el conocimiento, pocos minutos después mi respiración se empezó a normalizar. Miré de reojo a Mew y sus ojos reflejaban tanta preocupación, que me sentía culpable de que estuviera pasando todo esto por mi culpa. Recordé sus palabras diciendo que tal vez era mejor que viniera con mis padres, tal vez no era mala idea, tal vez así sufriría menos por tener que lidiar conmigo al no recordar nada. Pero algo dentro de mi tenía la curiosidad de lo que sentía cada que él me tocaba o acariciaba y ese beso... ese beso ¿por qué quería repetirlo?

Mew y mis padres habían salido del cuarto, pero podía ver a través del cristal, no se veía como una discusión, pero si una platica tensa.

Entraron de nuevo y mi madre se acercó a mi con una sonrisa y acarició mi frente.

— Vendrás a casa con nosotros.

Mi reacción fue voltear a ver a Mew, quién evadió mi mirada. Mamá me explico que en dos días más teníamos que ir a la estación de policía, teníamos que ver todo lo del caso de que al parecer tenían a las personas que me habían hecho esto. Tenía que verlas y tratar de reconocerlas. Esto era algo que me ponía realmente nervioso. Recordé las palabras del doctor cuando dijo que mi memoria podría volver de golpe con cualquier cosa... incluso las cosa malas. Era aquí dónde me preguntaba a mi mismo si en verdad quería recordar, ¿Qué tal si lo que me había pasado el tiempo que estuve desaparecido era algo realmente malo? Eso era algo que me causaba un miedo profundo... pero por otro lado, no podía negarme a mí mismo el querer recordar toda mi vida con ese hombre de ojos tristes.
Mis padres me dieron un beso en la frente y mamá me dijo al oído que me dejarían un momento a solas con Mew.
Ellos salieron y Mew se quedó dándome la espalda, viendo el cristal del pequeño cuarto, ni siquiera se veía con la intensión de voltear a verme.
— ¿por qué? – fue todo lo que pude preguntar. Y es que en verdad era la única pregunta que me atacaba en ese momento. Aunque lo había dicho antes, no sabía que me pasaba en ese momento que me molestó el saber que al final tomó la decisión por mí.
— Ya lo dijimos antes... es lo mejor para ti. - dijo simplemente a secas. Me sentía frustrado de no poder mirar la expresión de sus ojos.
— Pensé que lo hablaríamos bien primero, pensé que tal vez sólo había sido algo que se dijo en el calor del momento – ni siquiera me esmeré en ocultar la molestia en mi voz.
Hubo un silenció muy largo, Mew seguía mirando el cristal sin voltear a mí. De pronto, su cuerpo se movió para dirigirse a la puerta.
En verdad me sorprendí que no pude decir más. Lo vi como se alejaba cada vez más, abrió la puerta y se detuvo, imaginé que sintió mi fuerte mirada... y de pronto me dio una fugaz y rápida mirada, la cuál me dejó ver lo cristalino de sus ojos, pero antes de que pudiera decirle nada, salió y cerró la puerta detrás de él.

Sentí como una montaña de emociones diferentes venían a mi, tristeza, culpa, coraje.

Llegamos a casa de mis padres, la cual solía ser mi antiguo hogar. Toda la casa estaba repleta de fotos mías, dibujos de mi cara. Me acerqué a uno de los tantos cuadros colgados en la pared, tenía una dedicatoria en la esquina. "Susu na, no olvides descansar y mantenerte sano, con amor de tus phi phi fans" Algo al leer esa frase movió algo en mi interior.
Mi padre se acercó a mí y puso una mano sobre mi hombre y empezó a guiarme hacia unas escaleras, hasta que las subimos por completo y llegamos a un cuarto.
— Aquí... – dijo mi padre girando la perilla al mismo tiempo.
El cuarto estaba completamente oscuro. Vi a mi padre tratando de alcanzar el interruptor de la luz, cuando de pronto... la habitación se iluminó revelando todo una habitación repleta de cuadros, regalos, fotos, ropa, peluches, almohadas, mantas, joyas, calzados, una pared llena de post it, un caja grande llena de cartas.
— Te dejaré sólo... – me dijo con una dulce y paternal sonrisa y sobando mi espalda en manera de aliento.
Me adentré a esa habitación comenzando a mirar por las paredes, todos esos post it tenían mensajes de mucho amor, muchas de las fotos que habían ahí no eran sólo mías, sino también con Mew. Me pasé toda la tarde mirando cada regalo... en verdad era muy amado por todos. Me seguía impresionando el amor del que las fans hablaban entre Mew y yo, constantemente veía repetida la palabra "destino" la palabra "su salvación".
El sonido de la puerta abriéndose me saco de los pensamientos en los que estaba sumergido. Levanté la vista y era mamá con comida en sus manos.
— Veo que no tienes intención de bajar, así que te traje esto para que comas.– se acercó a mi dejando el plato en una pequeña mesa y se agachó a un lado de dónde yo estaba. — Tal vez deberías descansar, mañana será un día difícil. – se quedó mirándome unos segundos y después preguntó
— ¿has logrado recordar algo? – negué con la cabeza
— Siento impotencia... veo todo esto, todo este amor y me duele no poder recordar
— Tranquilo, todo a su tiempo, por ahora es mejor descansar... vamos, te llevaré a tu habitación.
Ambos nos levantamos y salimos del cuarto dirigiéndonos a otro que estaba justo al lado. En cuanto mi madre abrió la puerta un olor peculiar me llenó de nostálgica, tal vez no recordaba mucho, pero era un olor con el que me sentía familiarizado, un olor que me hizo sentir en calma, tal vez Mew tenía razón y volver a casa era algo bueno, después de todo aquí era dónde había creado gran parte de mis recuerdos.
Mi madre me dejó solo en mi habitación, que se veía todo tan intacto. Aquí también tenía algunas fotos y regalos... pero porque estos estaban aquí y no en la habitación de al lado con todos los demás. Me acerqué para ver a detalle cada uno y entonces entendí... cada regalo eran regalos que Mew me había dado y al lado de mi cama en la mesa de noche tenía un retrato con una foto de ambos. Tomé el retrato en mis manos para mirar mejor la foto y un recuerdo de ese momento se me vino a la cabeza. Mew y yo sentados, él estaba siendo muy empalagoso conmigo y yo simplemente me moría de timidez, cuando de pronto llega un hombre que parecía ser cercano a nosotros y nos pidió que por favor posáramos para la foto. ¿Quién era ese hombre? Mi cabeza se confundió. Tenía que descansar, así que sin ánimos o interés de saber si podía cambiar mi ropa, decidí dejar todo eso y simplemente acostarme a dormir.

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