Abrir su corazón para una desconocida nunca había sido tan sanador. Kim Namjoon tenía mucho que decir y no fue hasta que entró en aquel proyecto del Museo de Historia y Arte en Viena que se dio una oportunidad de escuchar a su corazón. Pam también l...
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Austria 2018.
Kim Namjoon tiene una estrella merecida en el cielo y "Pam" unas cuántas estrelladas.
Cuando Namjoon miró la obra de la Noche Estrellada de Vincent Van Gogh tuvo la sensación de que podía perderse dentro de los hermosos trazos que creaban aquellos surcos coloridos pintando la noche. La ciudad silenciosa dibujada debajo de aquel cielo mágico lo trasladó a un recuerdo recurrente de él admirando las diminutas arañas brillantes en más de una ocasión cuando necesitaba meditar y hacer un proceso instrospectivo.
Por lo general, escaparse hacia algún rincón de su apartamento, especialmente hacia la terraza donde podía respirar el frío aire de la noche y pensar con la compañía de las estrellas sin necesitar de nada más, era su momento favorito.
Por eso, cuando admiró la obra en el museo de la ciudad, supo que había estado mucho tiempo lejos de casa y que luego de seis meses viajando alrededor del mundo para encontrarse a sí mismo, era tiempo de volver al nido. Necesitaba las noches en su terraza por muy pintorescas que hubiesen sido las experiencias en los países que visitó.
Para un hombre soltero de 26 años aquella vida podía parecer bastante solitaria entre libros, canciones de blues y alguna que otra cerveza, pero Namjoon era una de esas almas que no necesita mucho para ser feliz y llenarse de vida. Las pequeñas cosas y la simplicidad son para él lo más esencial.
En lugar de costosos autos mejor una bicicleta, antes que fiestas mejor caminatas por senderos de la ciudad de Seúl donde puede aprender más. Aparte de eso, lo demás se resume a libros y museos. Así se pasan los días en la vida del alto moreno castaño que logró fundar su propia empresa de tecnología en audición a temprana edad gracias a su emprendimiento e intelecto.
Hace seis meses terminó de cerrar un importante proyecto y tomó la decisión de conocer un poco de todo lo que se estuvo perdiendo mientras pasaba largas horas estudiando en la universidad y que, luego de graduarse se hundía en tediosas y eternas jornadas de trabajo. Todo ello por supuesto que tenía un fin y al tener los resultados que deseaba, Namjoon puso una pausa en los negocios y salió a encaminarse en una aventura que nunca antes había tomado.
Seis meses después estaba en su último destino: Viena, Austria. Allí sólo le quedaban 8 noches.
Pasó por tercera vez en la semana por el museo de Historia de Arte en Viena y se regocijó en el apacible ambiente que aquel lugar generaba. Las obras de arte siempre lo habían absorbido de una forma que sin darse cuenta las horas pasaban y algunas veces se iba ya cuando casi los museos tenían que cerrar.
Hoy no sería la excepción ya que en la mañana se levantó con la intención de pasar el día en el lugar midiendo, meditando, analizando y apreciando las obras de artes.
— ¿Primera vez, señor?
Estaba tan abstraido en el cuadro que no notó a la chica que estaba haciendo la pregunta. Era una de las trabajadoras del lugar.
