praised → kim namjoon

03 -las lágrimas de freya (parte 2)

[día 4]

Pam volvió al día siguiente. 

Cuando su mirada y la de Namjoon se encontraron en el pasillo ambos compartieron una complicidad en silencio difícil de discenir para todos los demás presentes en el museo. 

Ella llevaba un lindo labial rosa. 

No se dijeron ni una sola palabra. No era necesario.

Todavía no era la hora de entrar a la sala interactiva por lo que Namjoon se sentó frente a una de las obras de arte que más habían captado su atención días anteriores: Lás lágrimas de Freya.

Hace rato al ver a Pam, se alegró que ella no recreara el majestuoso cuadro y que en sus mejillas no hubiese rastros lágrimas doradas. 

El moreno sonrió en silencio y sus hoyuelos se pronunciaron a duras penas.

Si este experimento no resultaba en lo que Joon quería para él, por lo menos su corazón tendría un poco de paz al saber que aquella chica que le abrió sus inseguridades en la primera nota podría reemplazar las lágrimas con sonrisas gracias a sus palabras. 

Cuando miró su reloj cogió su pequeño bolso de cuero y se levantó para dirigirse a la sala interactiva cuyo aire lo envolvió una vez más. Entrar allí era estar momentáneamente en una burbuja donde se detenía el tiempo y sobraran las palabras.

Esta vez Pam no estaba totalmente arrinconada en su lugar de siempre y se le notaba un poco más animada al momento de escribir la nota que tenía apoyada en una tablilla de silicón. 

Joon se sentó a un escaso metro de distancia de ella y decidió no interrumpirla. El moreno cada que la observaba en silencio sentía que la sacaba de su concentración, así que, como sabía que necesitaba espacio y tiempo para escribir lo que sea que su corazón le dictaminase simplemente tomó el papel en blanco y escribió.

Al cabo de unos veinte minutos finalmente la linda chica que hoy parecía reluciente como los rayos del sol recién salidos por la mañana, se levantó de su puesto y le regaló una mirada pensativa a la imagen en la pared.

No te detengas. Hay más en dar que en recibir. 

Una tenue música, un mantra, sonaba entre las paredes de la habitación para ayudar a la relajación de los participantes.

Joon subió la mirada de su hoja todavía en blanco y dejó que la chica saliera de la sala entregando su nota. Seguidamente fue a retirar la que le correspondía.

¿Había seguido Pam sus consejos? Porque si no se había visto esa mañana en el espejo y olvidado decirse lo hermosa que era entonces él correría por el pasillo a recordárselo.

Abrió la nota con delicadeza y reconoció al instante su letra.

Para: Moni

He llegado muy temprano hoy para recoger su nota, ayer tuve que irme lo más rápido que pude por cuestiones de trabajo. Disculpe, no le he dicho que estudio y trabajo así que no se lo debe imaginar.