Viajando al Pasado (Pausado)

Prólogo

Era un día nublado y parecía que se aproximaba la lluvia a la cuidad de París, Francia.

Una azabache de ojos verdes esmeralda veía tranquila el paisaje por la ventanilla del auto en donde estaba.

Estaba perdida en sus pensamientos, pensando en una de sus cuantas aventuras de heroína tubo junto a sus compañeros de batalla.

¿Cuánto había pasado exactamente desde que obtuvo el Miraculous de la destrucción?

Si no mal recordaba había pasado 1 año y medio, o más. No lo sabía con exactitud.

La azabache seguia sumergida en sus pensamientos mirando a la nada y recordando sus aventuras, hasta que un ruido proveniente de su celular la saco de sus pensamientos, indicando que el aparato tenía 15% de batería restante.

Se sacó sus audífonos de sus oídos delicadamente y los guardo en su bolso, al igual que su celular. Lo cargaría cuando llegue a la cabaña perteneciente al ex-guardian de los Miraculous.

Volteo la mirada y observó a su hermano gemelo; Hugo, el azabache con lentes estaba leyendo uno de sus tantos libros concentrado en la lectura. La joven azabache no le dió tanta importancia y bajo un poco su cabeza observó a su hermano menor durmiendo en su asiento de bebe tranquilamente.

—Estamos por llegar chicos—Ahora observó a su padre conduciendo el auto.

Se podía ver árboles desde el parabrisas del auto. Eso significaba que tendría que pensar como sacar del auto a Louis cuidadosamente para que no se desperté, además que estaba haciendo algo de frío y por el viento se podría despertar.

—Gracias encerio mis niños por hacernos este favor a su madre y a mi, saben que siempre su mamá va a limpiar la cabaña del Maestro Fu cada 3 meses, pero esta vez no pudo ir, me sorprendí cuando me avisó que ustedes irían en lugar de ella.

—Ayer Hugo y yo al fin terminamos de hacer las cosas que nos comprometimos, además necesitábamos algo de aire libre—Menciono la azabache

—Emma tiene razón, pero, ¿Era necesario traer a Louis con nosotros?—Pregunto el azabache sin despegar la mirada de su libro.

—Mamá sigue trabajando en sus nuevos diseños, y yo tengo que ir a la empresa, hoy no puedo llevar a Louis conmigo, tengo una reunión importante y no podré encargarme de el, y tampoco quería molestar a sus tíos para cuidarlo un día de semana.

—Tuviste suerte de que suspendieran las clases. La directora Juleka anuncio que solo por hoy y mañana nos dejaria descansar a todos los alumnos, dice que hemos estado algo estresados con los preparativos para el baile de primavera, el desfile de reciclaje, y la batalla de bandas, así que cambio la fecha de todos para la semana entrante.

—Que bueno, tendrán el fin de semana libre también—Rio el rubio—Nuevamente gracias por cuidar a su hermano, se que ustedes también han estado estresados preparando sus cosas también

—No te preocupes papá, sabemos que tu y mamá están ocupados. Louis es nuestro hermano y lo cuidaremos muy bien—Le dijo la azabache con una sonrisa en su rostro a su padre

—Eso no lo dudo, Princess—La miro el Agreste mayor desde el espejo retrovisor sacando una sonrisa a su hija

Se sintió el auto parar y el modelo miro a sus hijos.

—Llegamos niños, bajen.

Los hermanos gemelos fueron los primeros en bajar, hace mucho que no iban a esa cabaña, desde hace unos 3 años, ya extrañaban el olor a naturaleza.

El rubio agarró en sus brazos a su hijo menor ahorrándole el trabajo a su hija de sacarlo del auto.

—Princess—La llamada volteo a ver a su padre—Toma a Louis. Yo sacaré su pañalera y la mochila de ustedes del maletero—La azabache asintió obedeciendo a su progenitor y agarro en brazos a su hermano todavía dormido, se dió cuenta que estaba tapado con una cobija, seguro su padre se lo había puesto. Vio como su hermano gemelo se acercaba a ella.

—Sera mejor esperar a papá en la puerta, está empezando a hacer frío y Louis se puede resfriar

La azabache asintió y ambos se fueron hacia la entrada de la cabaña.

Esperaron unos minutos y su padre apareció. Les entrego sus pertenencias y saco algo de su bolsillo izquierdo del pantalón.

—Bueno. Estas son las llaves de la cabaña—Le entrego la llave al azabache—Todos los utensilios de limpieza están adentro, cuando entren prendan la calefacción, mamá les dejo la comida y la cena de hoy y mañana en la mochila, cualquier cosa que pase llámenme a mi o a mamá. Los amo—Deposito un beso en la frente a cada uno y se dispuso a irse hacia su auto—Vendre el sábado a la mañana. Adiós mis gatitos.—Saludo el rubio desde su auto y sus hijos le devolvieron el saludo.

El azabache empezó a abrir la puerta de la cabaña. Se podía ver todo oscuro. Encendió la luz y vio bien el lugar.

No recordaba ese lugar tan... grande.

—Este será un día agotador—Suspiro su hermana rendida, sacándole las palabras de la boca.

Ese de verdad sería una día agotador.