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El mayor dejó la puerta abierta y se adentró, sabiendo que su visita se encargaría de pasar y cerrar

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El mayor dejó la puerta abierta y se adentró, sabiendo que su visita se encargaría de pasar y cerrar.

Tal cual, Jungkook cerró detrás de él aquel objeto de metal que su dueño nombra como puerta de submarino, y se movió rápidamente a su lado, esperando que se desocupe con lo que sea que estaba usando y le preste atención.

La amistad con su mayor viene desde hace ya años, cuando nuestro príncipe era pequeño, él ya se encontraba viviendo en aquel que conoce como su hogar.

Era el único de todos los que sabían sobre su obsesión con "lo prohibido" que no lo veía como loco, o regañaba por encontrar interés con el tema.

Lo observó alejarse unos metros con otros objetos en mano, dándole la espalda y acomodando unas cosas de ese sector.

Lo recorrió con la mirada inconscientemente, viendo desde su espalda, el comienzo de su cola, para finalizar en la punta de esta.
Donde un gran pedazo de la delicada zona estaba ausente.

La piel se le erizó de tan solo pensar en el dolor de aquel gran desgarro de tejidos. Y no podía hacer más que imaginarlo, ya que se rehusaba a contar la trágica anécdota de lo sucedido.

Siempre cambiaba tranquilamente de tema cuando Jungkook trataba de conseguir más información, pero terminaba siguiéndole el juego y hablar de otra cosa. Entendía que tal vez no estaba listo aún para hablar.

—¿Qué sucede? —preguntó todavía de espaldas. —has llegado más temprano de lo normal.

Sacudió su cabeza y miró a cualquier otro lugar.

Era verdad, se había despertado incluso más rápido que el sol para poder deshacerse de aquel castigo, cosa que logró incluso antes de lo esperado.

—Oh, eso. —rascó su nuca. —Solo algo. —levantó sus hombros tratando de quitarle importancia.

—Ajá, y yo tengo un tercer ojo en la nuca. —habló sarcástico girándose a verlo. —Vamos Jeon, ¿Qué piraña te mordió ahora?

Bufó, no le gustaba el no poder pasar desapercibido para el mayor. Para él, Jungkook era muy transparente y obvio.
Conocía todas sus manías y costumbres, no se le pasaba nada por alto.

—Ayer...pues. —se mordió el labio. Miró sus manos y habló rápido. —Subí de nuevo y vi cosas.

Levantó la vista al mayor, quien por su expresión dedujo que tardó unos segundos en entender sus atropelladas palabras.

Hasta que cambió a total seriedad para acercarse a él.

—Jeon. —Si, se había enfadado. —¿Qué te he dicho?. —cruzó sus brazos.

—Que no está mal interesarse por las cosas nuevas, pero hay que parar cuando podemos estar en peligro.—respondió casi de memoria en un tono bajo.

Quirky Prince || J. Jungkook. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora