En detención

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—Esta vez no fue mi culpa —Responde Juan cortez —Ese imbécil vino a buscar pleito —Dijo señalándome.

Lo miré mal no lo niego. Se había ganado todo mi desprecio.

—¿Y tú qué tienes que decir? —Me preguntó el oficial.

—Que aún no ha dicho mis derechos —Contesté.

—Que gracioso, te crees muy listo ¿verdad? —Me dijo enojado el otro policía que le acompañaba —Ya veremos si sigues igual de gracioso.

—Solo he dicho la verdad —Declaré.

Con enojo nos esposaron a ambos, nos subieron a la patrulla, en todo el camino a la estación sólo podía pensar dos cosas. La primera, ¿qué podría hacer para salir de esta situación?, y la segunda, ¿volvería a estar a tu lado?

Llegamos a la estación de policía, nos bajaron del auto, a mí con enojo, a él con condescendencia. Nos guiaron hasta las celdas y nos metieron en celdas separadas; a mi, me tocó compartir celda con dos hombres, uno más joven que yo, de apariencia frágil y el otro era un anciano, no parecía malo.

—Quiero mi llamada, por ley tengo derecho a una —Grite, más me ignoraron.

—Ya cállate cobarde. —Grita Juan  desde la celda de al lado.

—No insistas amigo, entre más lo hagas más demoran en darte la llamada que tienes por derecho —Me dijo el joven, seguí su consejo.

—¿Porqué estas aquí? —Me pregunta el anciano.

—Por golpear al tipo de la celda de enseguida —Dije con una leve sonrisa, el anciano rezongo al oírme.

—¿Y usted porque esta aquí? —Me atreví a preguntarle.

—Por estúpido. —Me contesto y optó por no decir más e ignorar nuestra presencia.

—No le hagas caso, él esta aquí por trafico de drogas— Me susurro el joven —según le oí decir a los policías, le encontraron varios paquetes de cocaína en su casa. Pero la verdad fue que entro en negocios ilícitos por necesidad, su nieta esta gravemente enferma y su familia es pobre.

Hasta en la cárcel rondan los chismes.

—Y...¿Como supiste todo eso? —Pregunte curioso ante lo dicho por él.

—Pues lo oí de su esposa y su hijo mayor, cuando vinieron a visitarlo. La información en estos tiempos vale mucho.

—¿Porque estas aquí niño?

—Por querer robar un banco, pero era por el bien de cientos de personas.

"Vaya vaya, no tienen pinta de delincuentes y aún así no son inocentes del todo" pensé. Definitivamente no hay que dejarse guiar por las apariencias.

—Eres hacker —Dije.

—Ya quisiera yo, apenas estoy aprendiendo —Responde con orgullo.

Tenía pinta de buen niño, entonces me preguntaba, ¿Qué llevo aún buen chico a cometer este acto delictivo?, él me miro como adivinando mis pensamientos y dijo:

—Este mundo esta lleno de corruptos que se hacen ricos a costa de los más pobres, dejándolos aún más pobres —Me sonrío y añadió —Me inspiré en Robin Hood, mi cuento favorito de niño.

—¿Porque era tu favorito?

—Porque mi padre siempre me enseño a ser correcto, y a ayudar a las personas que podía, especialmente las mas desafortunadas. Todas las noches antes de dormir me leía el cuento de Robin Hood, hasta que un día lo mataron frente a mí, se que fue accidental, mi padre agonizando me lo dijo, además dijo que si todos tuvieran lo necesario para sobrevivir no tendrían necesidad de robar por hambre —Sonreía,  ¿cómo podía sonreír relatando eso? Era inexplicable, hasta yo estaba conmovido y con ganas de llorar con esa historia ¿Cómo podía decir eso como si nada?

Él anciano rompió su silencio y habló:

—No le creas a ese niño, su padre no esta muerto, hace rato estuvo aquí.

El muchacho se ríe a carcajadas, resultó un mentiroso profesional. Me siento como estúpido por haberle creído, pero en verdad todo sonaba tan verosímil.

—Es verdad lo que dice el viejo, es que al contar que mi padre murió le da a la historia más drama. —Ríe —El resto si fue verdad.

Aunque claramente eran delincuentes, su pecado fue por una buena causa, eso no es justificación suficiente, pero indica que eran buenas personas, solo que tomaron el camino equivocado.

—Hey tú, tendrás tu llamada —Me dice un policía de mala gana.

Me sacó de la celda y me llevó hasta el lugar donde se encontraba el teléfono pero yo no tenía idea de quién llamar ¿Y ahora a quién llamo? Pensaba mientras tenía el teléfono en mano; Solamente recordé el número de mi casa, llamé y nadie contestó,  así que solo dejé un mensaje diciendo en que estación estaba detenido.

Al volver a la celda, ya no estaba el anciano, el muchacho me dijo que lo trasladaron a una cárcel, luego vinieron por él y quedé sólo, totalmente solo en esa fría celda. Minutos después llegó el policía veterano que nos detuvo y dejo en libertad al tonto de Juan Antonio Cortés, él se burló de mi, "es injusto que lo saquen" Dije, pero todo fue en vano, sigo creyendo que fue injusto, también me golpeó, además si ya tenía antecedentes ¿no deberían ponerle más atención al asunto? No hallé respuesta, pues no se de leyes, debí estudiar derecho.

—Te traje a alguien para que te haga compañía esta noche.—Comentó un policía que trajo a un tipo de aspecto rudo, y lo metió a la celda.

Me miró con instintos asesinos. Ésta Será una noche larga.

Tú, mi efecto mariposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora