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Continuamos caminando en silencio tomados de la mano, pero, está vez el silencio no era incómodo, realmente todo era muy cálido.

—Bien hemos llegado, vendré por ti a la hora de salida—

Sonreí, ella sonrió de vuelta se acercó un poco a mi, se puso de puntas y dejo un corto beso en mis labios, para después salir corriendo dentro de su escuela.

Una vez que ella desapareció de mi vista, di unos cuantos pasos y una sonrisa tonta apareció en mi rostro.

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—¿Y bien que piensas al respecto?— decía emocionado mientras me sentaba en el borde de la cama.

—¿Eso quiere decir que al final no llevaste acabo tu plan?—

—Pues no, pero este salió mejor que el otro—

—¿Osea que besarla también era otro plan?—

—No, pero aun asi no me arrepiento de nada—

—Valla, has madurado mucho, espero que conserves esa madurez cuando ella tenga que irse—

Un frío recorrió mi cuerpo luego de que Goon Yoo dijera eso, siendo sincero lo había olvidado hace mucho, yo simplemente me había concentrado por primera vez en ser felíz.

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Era la hora de salida, y yo estaba parado frente la entrada como había prometido, ahora recordaba todo, ,¿el por qué siempre venía por ella?, y la razón por la cual la protegía.

¿Estaba enamorado de ella?, Si, pero se que era malo, muy malo, yo simplemente sabía que tenía que terminar con todo o si no los dos sufriríamos mucho.

Mientras me concentraba en mirar un punto fijo, metido en mis pensamientos me di cuenta de que había algo, o más bien dicho alguien que me observaba.

—¿Y bien piensas salir?— luego de que dijera eso, el ambiente se torno algo frío y un hombre salió de un callejón cercano.

—Al fin me notas—

Fijé mi mirada en el, no era peligroso, pero de cierta forma odiaba cada que el aparecía, ya que siempre traía malas noticias.

—El jefe quiere hablar contigo Wook— dijo mientras arreglaba un poco su sombrero.

—Bien, iré en cuanto deje a la chica en casa—

—Y también quiere verla a ella—

Sus palabras me dejaron helado, y pude sentir como mi corazón comenzaba a latir rápidamente.

—Bien cumplí con mi trabajo, nos vemos—

Este me di unas palmadas en el hombro y después desapareció de mi vista.
Fijé mi mirada en un punto, tenía miedo de lo que podría pasar si ella asistía a ese lugar. No era común que el jefe pidiera ver a una alma.

Un nudo en mi garganta hacia que fuera difícil respirar, comenzaba a asfixiarme, hasta que un sentí como algo tomaba mi mano y me sacaba de mi trance.

—¿Señor parca?,¿Se encuentra bien?—

Sonreí levemente al ver a la chica de mejillas rosadas y el nudo en mi garganta desapareció una vez que trague saliva más tranquilo.

—No te preocupes estoy bien, solo me concentre en mis pensamientos—

—¿Seguro?—

—Si— revolvi su cabello y tome su mano para comenzar a caminar —Por cierto tengo que llevarte a un lugar, ¿Estás libre el sábado?— dije sin mirarla.

IlógicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora