08

438 31 1
                                    

A pasado medio mes desde que conocí a Sun Hee, y al menos para mí han sido los días más felices de mi vida. Pero no todo será así por siempre.
¿Que si tengo miedo?, Si lo tengo, tengo demasiado miedo de que sea el último día que volveré a ver sus mejillas rosas y esos labios tan rojos.

—¿Wook?, ¿Lee Dong Wook me estás escuchando?— Mire a Goon Yoo quien me miraba fijamente.

—Si te estoy escuchando, ¿Que pasa?— suspire y me recosté sobre el sofá.

—Pasa que desde que te dije lo del bebé no has dejado de sonreír y pareces un idiota— suspiro.

—Como digas— me levanté del sofá —Voy a salir— dije mientras tomaba mi saco y sombrero.

—¿A dónde vas?— este se cruzó de manos y me miró serio.

—Voy a verla— dicho esto simplemente sonrió levemente y luego nego con la cabeza.

Realmente Goon Yoo me apoyaba en mi trayectoria de romance, pero, el igual que yo se preocupaba por qué llegada el momento en dónde tendría que dejarla ir.

Mientras caminaba hacia la escuela mire un lindo collar, ¿Por qué no?, sonreí y lo compré tan rápido como pude entrar a la tienda. Si lo sé es un completa estupidez, pero, cada que imaginaba el rostro de Sun Hee sonriendo me hacía sentir felíz.

Nervioso me senté frente la entrada de la escuela con la cabeza mirando el suelo.

—¿Señor parca?— al levantar la mirada me encontré con la mujer más hermosa del mundo mirándome con esa sonrisa que me encanta y me hace sentir el hombre más afortunado.

—Hola— me levanté y sacudí un poco mi ropa —¿Nos vamos?— le extendí mi mano.

—Claro— está la tomo y luego comenzamos a caminar.

—Sun Hee... Yo, tengo un regalo para ti— dije tratando de esconder mi sonrojo.

—Señor parca... No tiene que darme nada— está sonrió.

—Pero yo quiero darte algo— dicho esto la abracé. —Justo ahora eres lo más importante para mí en el mundo— deje un beso en su mejilla —Y por eso quiero atesorar te justo aquí— tome su mano y la puse sobre mi pecho.

—Es usted la persona más increíble que conozco— sonreí ligeramente al notar sus mejillas rojas.

—¿Y bien, te gustó tu regalo?— está me miró confundida y yo solté una pequeña risa —  Estabas tan concentrada en mi voz que ni siquiera te diste cuenta cuando te puse el regalo— tome el collar que colgaba y le mostré el dije —¿Te gusta?, Por qué en cuanto lo ví supe que debías ser tu quien lo llevará—

—S-señor parca... Es hermoso— una sonrisa acompañada de unas cuantas lágrimas aparecieron en su rostro.

—Lo es... Pero eres más hermosa tú— tome su rostro y puse mis labios sobre los suyos. —Gracias por aparecer en mi vida— me separé y volví a tomar su mano —Bueno mi bella dama tú tienes que llegar a casa—.

>>>>

Suspire dejando ir todo mi estrés, me recosté sobre el sofá y mire el techo.

—¿Que es lo que te pasa ahora?— hablo el hombre inmortal a mi lado.

—Es solo que no creí que las personas pudieran guardar tanto sufrimiento para ellas mismas—

—¿Y ahora que paso con esa niña?— este cerro el libró en sus manos.

Volví a cerrar mis ojos recordado aquella escena.

>>>>

—¡Sun Hee!, ¿¡Que demonios haces afuera y con este hombre!?— me sobresalté cuando escuché la voz de la mujer.

IlógicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora