EL RAGNAROK

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CAPITULO I

La larga historia de 7.000.000 de años de la humanidad está llegando a su fin.
¿La causa fue la guerra nuclear? O ¿la colisión de un asteroide? O a lo mejor ¿La invasión Alienígena? ¡No! La humanidad quiere ser llevada a su total destrucción, por nadie más que la voluntad de sus creadores, Los Dioses.
Allí estaban, en la entrada de La Sede del Parlamento, donde estaba el Consejo del Valhalla. La hermana mayor de las 13 Valkirias Brunhild y la hermana menor Geir Que le acompañaba.
—Está a punto de comenzar, Hermana Hild.
Sin respuesta, ambas entraban al lugar donde la conferencia estaba por iniciar. Geir estaba impresionada, una joven de inocencia insospechada; se muestra sorprendida ante la presencia de todos los dioses en el inmenso Parlamento.
—¡Wow! ¡¡¡Todos los Dioses están aquí reunidos!!! ¡Qué increíble espectáculo! ¿Verdad, Hild-Nee-sama?
Le dice a su hermana que mantenía una expresión tosca, totalmente indiferente a su hermana y sus impresiones. Brunhild se centra en Anu, Presidente del Consejo del Valhalla; Anu está en el centro de todos, sentado en un extravagante trono. Presente con sus ropajes más majestuosos, túnica de rica tela de gruesos flecos colgantes, luciendo sus ornamentas doradas.
—Ha pasado tiempo...– Este solo se necesitó colocar de pie y caminar adelante para que toda la atención se le fuera dirigida a su persona, haciendo escuchar su voz a toda la Sede.
—Ya 1.000 Años desde la última vez que nos reunimos… ¡Demos inicio a esta conferencia!– Exclamó.  —Los Dioses cada Mil años se reúnen para una conferencia en la que deciden el destino de la humanidad. Bien, ahora que tengo su atención, vayamos directos a la cuestión; ¿Perdonamos a la Humanidad? O ¿Acabamos con ellos? ¡Escuchemos la voluntad de los Dioses!
Nos presentaban dos paletas para cada voto: una “O” para perdonar y una “X” para eliminar. No lo pensó dos veces para ponerse de pie; una esbelta mujer con sus ojos cubiertos por un vendaje blanco, igual que su ropa que apenas es coloreada por adornos de oro, levantó la paleta en contra de la humanidad. La diosa Temis va a favor de la aniquilación.
—Por lo que se ha sabido en estos mil años, la humanidad ha dejado atrás la voluntad de los Dioses. Ahora toman decisiones basadas en su propia ambición y deseos, desde guerras, matan y destruyen todo lo hemos creado, todo lo que otorgamos no es para ellos nada. Buscan conquistar los cielos y el cosmos, pero no son capaces de arreglar su propio caos.
De igual manera Quetzalcoatl, un Fornido Dios de piel blanca, con unos colmillos como de serpientes que resaltan; menciona su voto a favor de la aniquilación.
—Muchas veces se ha intentado ayudarlos, algunos hemos bajado a la tierra a fin de enseñarles algo de humildad y les hemos brindado conocimiento de los Dioses. Para finalmente decepcionarnos, aumentar su codicia y orgullo injustificado.
Todos los dioses murmuran entre ellos y parece que sus opiniones  concuerdan entre sí, decidiendo todos que la humanidad ha de ser acabada de una vez por todas.
El asombro de Geir no era por la decisión, parece que estuviera informada de esta posibilidad, pero no quita su expresión de perturbación y miedo.
—N-No puede ser… Es justo como Hild-Nee-Sama dijo…– Dice con una voz temblorosa.
Todo el mundo levanta la paleta “X” con la que es tomada la decisión, parece que ya ha este punto, nadie podría parar a los dioses y su voluntad.
—¡Excelente! Parece que ya hemos decidido. ¡Podemos dar inicio a la Aniqui-...– En el centro del lugar su aura prominente comienza a envolver todo, parece que el suelo comienza a temblar mientras habla… Antes de terminar su frase, al fondo de las gradas, a todos llega su voz.
—Por favor, ¡esperen un momento!– La Valkiria mayor reclama.
—¡¿Disculpa?!– Dice Anu que se detiene y apacigua su presencia, se nota algo ofendido y confundido.
Todos se cuestionaban, se encontraban en mezcolanza ¿Es esa una Valkiria?, otros se preguntan ¿Qué quiere?, otros parecen interesados ¿En serio interrumpio al Presidente?, Las interrogantes se marcaban en las palabras, no sabían que decirle a alguien que solicita la espera a la voluntad de Dios.
—Disculpen la intromisión, tengo algo que decir.
El Dios principal del Panteón Griego, Zeus, hace presencia. Su apariencia es algo robusta y posee una abundante barba, este parece más fastidiado que confundido o molesto, pero le advierte a la Valkiria.
—Estás ante los Dioses, cuida tus palabras. Estás interviniendo con nuestra voluntad.
La Valkiria menor se encuentra sorprendida y aterrada, se ocultaba tras el regazo de Brunhild que suspira, no pierde los estribos ni por un instante y se empieza a explicar.
—Es verdad que la humanidad es increíblemente vulgar y violenta. Pero destruirla de esta forma, ¿No es un poco… Aburrida?
Sin saber cómo replicarle, solo la escuchan con atención.
—Independientemente de si la supervivencia de la humanidad tenga algún valor o no. ¿Por qué no los ponemos a prueba con el poder y misericordia de los Dioses?– Parecía que tenía algo en mente con el juego de sus palabras. Todos cuestionan su posición y palabras, ¿De qué trata?, ¿A qué se refiere?, ¿Qué clase de prueba?
—Los Dioses contra la pelea final de la humanidad: EL RAGNAROK.– Era algo impactante, todos quedaron en silencio mientras ella continuaba sacando un libro.
—Constitución del Valhalla, articulo 62, explicación en el párrafo 15 de la cláusula especial. Enfrentamientos 1 Vs 1 de Dioses contra Humanos.– Abriendo el libro que parece ser la constitución del Valhalla. Ella resplandecía, su declaración era inaudita, sobresaltando a todos en el parlamento. ¡Una Semi Diosa declara un enfrentamiento contra los Dioses!
Siendo 13 combates de cada lado, por supuesto; en el momento en que la humanidad pierda 7 combates serán aniquilados, si llegan a ganarle a los Dioses, podrán vivir otros 1.000 años más. Esta regla jamás ha sido aplicada, ¿La razón? Porqué es imposible para los Humanos ganarles a sus creadores, esto no fue considerado más que una broma.
Los Dioses ante esto se quedaron taciturnos a la propuesta, solo podían reclamar lo ridículo que les parecía.
—¿Esto es enserio..? ¡Qué mierda de habladuría es está! Puedo apoyar la revuelta entre dioses o humanos, pero esto es más que absurdo…– Se muestra Eris algo inquieta, vestida con una tela negra algo transparente, con un extravagante peinado adorado de serpientes que levantaban su cabello en una montaña de bellos cabellos y en su mano sosteniendo una manzana dorada.
—¿¡Nos estás diciendo qué debemos perder más tiempo con los mortales!? ¡Ya han tenido suficientes oportunidades!– Reclama Quetzalcoatl irritado, coordinando con el pensar de muchos otros dioses.
La Valkiria actúa muy calmada, con indirectas busca provocarlos más.
—Así que… la voluntad de los Dioses es destruir a la humanidad… Y también evitar una confrontación directa con los humanos, ¿Verdad?
Hace un gesto que aparenta inocencia, cruzando de brazo y elevando su mano cerca de su boca mientras entrecierra sus ojos.
—“Queremos destruir a la humanidad sin luchar contra ellos”, “No queremos ser puestos en el mismo Ring que ellos”.– Hace un gesto de falsa disposición ante su indiscutible reclamos. —Mm… No me digan que… ¿Están Asustados?
Ella lo sabía, solo aparentaba, los Dioses se conmocionan con su declaración. Aunque no paraba y aparentaba desistir.
—En tal caso, hice algo innecesario, lo siento. Sigan con ello, no me escuchen. Olvidemos todo lo relacionado con el Ragnarok...
Geir se estremece, se siente aterrada, se cuelga en la falda de su hermana y ruega que se detenga. Mientras las risas de todos los dioses comienzan a resonar por todo el parlamento, parecía un padre irritado debido a la travesura de su hijo, era una débil risa de los Dioses.
—¿Eh? ¿¡No están enojados!?... Fu, fu… ¿Q-Qué es ese sonido?
Pese a ello, Brunhild se encuentra confiada. El comentario que los provoco no fue otro que… ¿Están asustados?, Causa revuelta en todo el consejo, lanzando una lluvia de insultos sobre ella.
—¿¡Sabes que estás diciendo!? ¡Qué Bastarda más Divertida!– Exclamó Eris, aplastando en su mano la manzana dorada.
Pero ella lo sabía, estaba muy segura, comparado a los humanos ¡Los Dioses son fáciles de provocar!, Anu baja la mirada, frunce el ceño, aprieta las manos por frustración y sus pulseras comienzan a emitir un brillo hasta quebrarse. Un fuerte temblor es iniciado, abriendo ligeramente el suelo en medio del lugar y una tablilla gigante de oro que utilizaba la escritura cuneiforme.
—Muy bien… Esa es tú propuesta, algo tan absurdo y rebuscado… Pero está en las leyes, y sí así lo quieres. ¡Tú! ¡Brunhild, te harás cargo del Ragnarok a favor de la humanidad!
En la tablilla se encuentra escrita la ley que habla del Ragnarok, además de unas reglas:
-Los combates son compuestos por los que aceptaron combatir, siendo 13 de cada lado.
-Los combates son 1vs1 no se permite que ajenos se involucren en batalla.
-El lugar del encuentro puede alterarse dependiendo de si los implicados están de acuerdo.
-Está prohibido el cambio de combatiente desde que se sitúan en el campo.
-Los ataques no pueden salir del rango del terreno de combate, así que atacar con elementos externos al lugar o a alguien que no sea uno de los peleadores está prohibido en batalla.
-Interferir con el lugar de combate, con su oponente o causar perjuicios al bando contrario antes de su enfrentamiento, se castiga y ese enfrentamiento concluye con la derrota del bando que hizo trampa.
-Los combates se deciden con la aniquilación del otro lado, un combate a Muerte o cuando son totalmente incapaz de seguir luchando.
Anu camina y coloca su mano sobre la tablilla, su brazo se tensa y su pulso es tan abrumador que quiebra totalmente la misma, destrozando la tabilla que se hace polvo levantado en el centro de la cede.
—¡Comenzaremos a decidir los luchadores de cada Bando! ¡DEMOSTRAREMOS EL PODER DE LOS DIOSES Y LOS ANIQUILAREMOS!
Todos se alarmaban, pese a que no hubo votación, todos los dioses estaban de acuerdo… La diosa de la justicia con sus sabias palabras corrobora esto.
—Los humanos no tienen posibilidad, acudir a las leyes para algo ya asegurado… Es inaudible, pero la espada de la divina justicia no hiere prematura ni tardíamente, aunque una u otra cosa parezca a los que la desean o la temen.
Nace el deseo de lucha, como Quetzalcoatl que sonríe y su ímpetu se torna extrema.
—Entonces está decidido, es la última enseñanza de los Dioses para los humanos. ¡Desafiarnos está fuera de su alcance! 
Parece que el Dios tiene sus pestañas a los lados y por lo tanto es horizontal, algunas de las escamas que cubren su piel, como el pecho se tornan de color rojo, cambiante ante su deseo de lucha.
—Parece que todo está arreglado, ¡El Ragnarok ha sido Decidido!– Dice Anu, desde aquella declaración los dioses empezaron a discutir sobre sus peleadores y quienes aceptan conformar parte. Brunhild empieza a caminar de vuelta entra los parajes de islas flotantes, en un palacio, siguiendo sus pasos estaba Geir totalmente desconcertada.
—¿Qué ocurre, Geir?– Le dice Brunhild tras echarle una mirada.
—No puedo más. Hermana… ¿Por qué hiciste eso? ¿Por qué te opusiste a la voluntad de los Dioses y los hiciste enojar? ¡Estás pidiendo que te asesinen!– Le responde Geir cayendo de rodillas.
—Geir, eres una aprendiz de Valkiria, así que aún no puedes entender esto… El Lazo entre los humanos y nosotras, las Valkirias. Es más profundo que el que tenemos con los Dioses. Es imposible para mí abandonarlos…
Pese a ser una joven aprendiz, parece que empieza a comprenderlo, iluminada por el riesgo que corre su hermana por proteger a la humanidad, llegando a esos extremos, solo podía describirla como… Increíble.
—Pero, ¿La humanidad puede ganar? ¿Quiénes serán los representantes de los Dioses?- Suda y sus palabras como su cuerpo, son temblorosas.
—Qué pregunta más estúpida, su vanguardia será…
—¡BRUNHILD!– Una voz irrumpe en la plática, como un clamor que resuena por todo lo amplio del pasillo donde se sitúan. Quien se presenta ante la Valkiria no era nadie más, ni nada menos qué Quetzalcoatl. La Valkiria responde al llamado del Dios, volteando y haciendo una reverencia con una rodilla en el suelo.
—Has causado un alboroto, la humanidad ya no tiene salvación; yo en persona me he mostrado a ellos y me han pagado con la peor de las maneras. Este enseñanza que les daré grabara su destino, ahora esto se ha vuelto una guerra…  Para tú información, yo seré el primero en combatir, espero que valga la pena todo el acto que montaste.
Geir escucha atenta, temblando ante el dios y su inmensa presencia que parecía tres o cuatro veces más grande que ella. Brunhild no pierde la calma y baja la mirada, no le reprocha, este no tarda mucho en irse y prepararse para su enfrentamiento. En cuanto el Dios se retira, levanta la mirada que parece irritada y el vapor de su exhalación era visible. Geir no sabía que decirle, era la primera vez que la veía hacer esa expresión.
—Hay que darnos prisa…Hay que hacer los preparativos para convocar a los humanos más poderosos de estos 7millones de años.– Se agazapó.
—¡Es imposible! Hermana, ¿Qué humanos pueden luchar contra Dioses tan Poderosos? ¡Aparte el primero en pelear es Quetzalcoatl!– Su respiración la ahoga del terror que siente.
—Tranquilízate, no hay que temerle a los Dioses. Quetzalcoatl es muy impaciente y duda mucho de la fuerza de los humanos, eso nos dará ventaja.
Ella temblaba mientras tocaba un dispositivo como un celular, escapando imágenes de cientos de humanos en la historia.
—Ya he escogido quienes se enfrentaran a los Dioses, todo está decidido para este momento… desde hace mucho tiempo. Ya he decidido quién será el primero, es el idóneo para enfrentar a este Dios, un estúpido malcriado, un verdadero idiota…
Selecciona a su luchador, convocando su alma… La impresión de Geir no era para menos, ella solo podía decir.
—¡¿No es tú- ?!– Queda en shock de la sorpresa.
—Así es… Es el mayor cretino que he conocido…

Shuumatsu No Valkyrie [Ranking Game]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora