Gustabo
El ruido de muchas voces diferentes al rededor mío me despertó. Me dolía la cabeza. Todo me daba vueltas. Intenté abrir los ojos pero la claridad del lugar en el que me encontraba me lo impedía.
Froté mis ojos todavía atontado por acabarme de despertar. Poco a poco conseguí abrir los ojos y tardé varios segundos en acostumbrarme a la luz del establecimiento.
—Señor, ¿cómo se encuentra? —preguntó el médico que se encontraba al lado mío. Enfoco mi vista a su cara y esta se me hace familiar, pero no recuerdo de quien se trata. Bajo mi vista a mi hombro derecho, está vendado y me duele. ¿Qué cojones ha pasado?
++++++
Una llamada entrante a mi teléfono me despierta, miro la hora, 4:34
—Me cago en dios —maldigo para mis adentros. Todavía es muy pronto para despertarse, Horacio suele dormir bastante porque siempre se acuesta tarde y encima su habitación se encuentra frente a la mía, por lo que al no haber posibilidades de que fuese Horacio o alguien importante, pongo el móvil en silencio y me doy la vuelta para seguir durmiendo.
Gracias a dios nada interrumpe de nuevo mi sueño pero sí la alarma que tengo programada que suene todos los días a las 10:00. Estiro mi brazo para alcanzar mi teléfono y apagar el dichoso despertador. Me incorporo un poco en mi cama, quedándome apoyado en mis codos. Observo mi habitación con cautela. No es gran cosa pero nos basta para vivir. Llevamos ya un poco más de una semana aquí y aunque de basureros no se cobre mucho, el sueldo de ambos nos da para pagar el alquiler de esta casa.
Me levanto por fin para dirigirme al armario a coger ropa para ducharme. Voy directo a la ducha. En diez minutos estoy fuera del baño ya vestido y preparado para empezar otro día de mierda.
En la casa no hay un solo ruido, ni la televisión, ni la radio... Nada.
—¿Horacio? —pregunto asomándome al salón de la casa, viendo que está vacío—. ¿Horacio? —la cocina está igual de vacía que el salón. Giro mi cuerpo y vuelvo por mis pasos hasta llegar a las habitaciones. La de la izquierda es la de él. Acerco mi oído a la puerta intentando escuchar algo, sin éxito me alejo y llamo a la puerta. Escucho un suave "pasa" y me introduzco a la habitación.
El cuarto está a oscuras pero la lamparita de la mesilla de noche alumbra a un Horacio que se encuentra sentado en el borde de la cama, con su móvil entre las manos.
—Buenos días cerdo —rompo el silencio. Él no me responde—. ¿Horacio, que haces? ¿Qué pasa? —me empiezo a preocupar.
—¿Por qué ayer no cogiste mis llamadas? —preguntó el de la cresta. Su tono de voz era bajo y se le veía asustado.
Entonces caí en que todavía no había cogido el teléfono desde que apagué la alarma.
—¿Eras tú? Joder, estaba durmiendo lo siento. ¿Qué te pasa, o ha pasado algo o qué? ¡Me estás poniendo nervioso!
—Ayer cuando te fuiste a dormir, yo me quedé algo más por la ciudad con Segis, me contaba que nos tenía que presentar a su primo Royels o algo así. El caso es que se nos fue la hora y se hicieron las tres de la mañana. Volviendo a casa noté que un coche me estaba persiguiendo, giré hacia un callejón para intentar perderlos pero me acabaron pillando. —hizo una pausa para levantarse y ponerse delante mío—. Me amenazaron con armas, me dijeron que estamos muertos y que andemos con cuidado. Casi me raptan si no fuese por Segis, que él sí que me cogió el teléfono.
—Yo... lo siento mucho Horacio... Por lo menos estás bien —acaricié su brazo, gesto que le sacó una pequeña sonrisa.
—Eso por ahora. Me han llegado mensajes amenazantes, ¿qué hacemos? —agita su móvil.
—Pues vamos a comisaría y denunciamos a esos cerdos.
_________________
Sorry, es cortito pero subo otro más jeje
One question, ("una pregunta" para los no bilingües) queréis que haya algo de volkacio? O mejor en otra historia?
Prosigan su lectura!
ESTÁS LEYENDO
Tuyo | Intenabo
FanfictionGustabo llegó junto a su mejor amigo Horacio a la ciudad de Los Santos para comenzar una nueva vida. Lo que el joven no sabía era que se acabaría enamorando y que tendría que luchar por su amor. El super intendente por su parte, acabaría dejando su...