Gustabo
—¡Aparta! —grito empujando a un señor que nos bloquea la entrada a la comisaría, pero este se niega a moverse—. ¡APARTA HOMBRE!
Entre puñetazos, empujones e insultos conseguimos entrar a la comisaría del sur de la ciudad. No hay mucha gente, pero la que hay grita y reclama atención.
Horacio y yo nos acercamos al mostrador pero este se encuentra vacío. De la nada, las voces y los gritos aumentan, por lo que nos damos la vuelta a mirar que ocurre. Un señor trajeado se encontraba echando a la gente, gritándoles insultos varios.
No era la primera vez que iban a hablar con este señor, el super intendente Jack Conway. Lo conocían porque el dúo a menudo solía liarla con sus amigos, y frecuentaban la comisaría demasiado.
—¡Venga fuera! ¡¿Creéis que esto es un mercadillo o que?! —repetía mientras nos echaba del establecimiento con su porra en la mano—. ¿No me habéis escuchado? —se dirigió a nosotros.
—¿Podemos hablar con usted a solas? —el hombre me miró dudando entre si echarme o no—. es importante —agregué, intentando convencerle.
El super intendente suspiró—. Bien, seguidme —dijo emprendiendo la marcha hacia una de las puertas que había allí.
Cruzamos aquella puerta doble y subimos las escaleras hasta llegar a otra planta en la que había más puertas. Nos introducimos en uno de aquellos cuartos, el que supongo que será su despacho.
—Sentaos —ordenó sentándose al otro lado de la mesa.
Horacio y yo le hicimos caso, sentándonos en las dos sillas que había enfrente de él. Yo en la de la derecha y Horacio en la de la izquierda. El despacho era grande. Tenía otra mesa con sillas, incluso había un sofá en un rincón del despacho. La mesa del hombre estaba llena de papeles y algún periódico, pero en ella destacaba el ordenador en un lado de la mesa y una maqueta de un yate. ¿Para qué coño quiere eso?
Rio para mis adentros y me vuelvo a centrar en el super intendente, quien nos miraba expectante.
—¿Y bien? ¿Vais a hablar o os tengo que echar a patadas? ¿Que queréis?
—Es que verá Conway... —me interrumpió el hombre que se encontraba enfrente mío.
—Para vosotros super intendente —me corrigió mirándome a través de esas gafas tan míticas de él.
—Joder es que es muy largo —me quejé solo por joderle.
—Si te cuesta decirlo puedes llamarme dios —se dirigió a mi con aires de superioridad, levantándose de la silla de su despacho y caminando hacia nosotros.
—¿Puedo llamarle papu?
—Entonces yo te llamaré putita —dijo acercándose a mi mientras me clavaba la mirada. No voy a negar que me puse algo nervioso.
Horacio carraspeó, sacándome del trance en el que me encontraba. Me había perdido en su mirada y sus palabras.
—¿Bueno me vais a contar algo o que? —preguntó, ya cansado de esperar. Se apartó y volvió a su sitio.
—Venga cuéntale a papu lo que nos ha pasado.
—No, no, cuéntaselo tú, Gustabo.
—Que va tranquilo, cuéntaselo tú. -insistí aguantándome la risa.
—¡¿Vais a hablar de una vez o se lo tengo que preguntar a vuestra puta madre?! -gritó desesperado, sacando su porra del cinturón amenazante.
—Vale, vale tranquilo hombre. A ver verá, resulta que ayer por la noche intentaron secuestrar a Horacio... —empecé explicando lo sucedido. Horacio asentía y aportaba su opinión. Conway se mantenía serio y atento—. ...y hoy le han llegado amenazas al teléfono. —finalicé señalando a mi compañero.
—Sí, sí, mire —el de la cresta sacó su móvil del bolsillo de su llamativa americana blanca y se lo mostró al hombre.
—¿Sabéis quienes son? Será alguien con el que os llevéis mal, o alguien con quien no deberíais haberos metido...
Hubo un silencio que nos tomamos para pensar posibles opciones, pero nada venía a nuestras mentes. Si que era verdad que habían estado puteando a mucha gente desde que llegaron a la ciudad, pero no había nadie en concreto que les odiase o eso pensaban.
—Ni idea Conway.
—Bueno vosotros estaros tranquilos que lo investigaremos y me aseguraré de que no os pase nada. Ahora, fuera de mi despacho.
Nos acompañó hasta la planta principal y desapareció entre la gente que se había vuelto a acumular en el establecimiento.
No estoy seguro de qué pueda hacer la policía con esto, pero por lo menos lo denunciamos. Salimos de comisaría por fin, lo que no sabíamos era que pronto volveríamos.
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Hey! Que tal?
Ahora que estoy acabando las clases, actualizaré más a menudo (o eso intentaré xd).
Os dejo por aquí un par de mierdas que me encuentro por Twitter que se pueden usar en cualquier momento 😂
Hasta pronto gente!
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Tuyo | Intenabo
FanficGustabo llegó junto a su mejor amigo Horacio a la ciudad de Los Santos para comenzar una nueva vida. Lo que el joven no sabía era que se acabaría enamorando y que tendría que luchar por su amor. El super intendente por su parte, acabaría dejando su...