-ᴊᴜᴇɢᴏ ᴅᴇ ᴄᴀʀᴛᴀs- [Y.M]

-sᴜᴍɪsɪᴏ́ɴ-

-¡¿JUNGKOOK!?, ¿Como dejaste que se escapara?, ¿Acaso eres inútil Alfa?-. Park estaba muy enojado con Jungkook, se suponía que Jungkook iba a defender a Jimin, se suponía que Jeon iba a casarse con ese chico a las fueras.

-Señor Park, perdóneme pero Min llegó por la espalda, no pude hacer nada por Jimin-. Chanyeol miraba tranquilo la escena, el Alfa ya sabía del amorio que tenía Min con su hermanito, el mismo había colaborado en el acto para no dejar que se casarán.

-Chanyeol, necesito que busques a tu hermano-. Jungkook miro a Chanyeol, esperansado a encontrar a su hermoso omega, el Alfa sólo asintió y se largó del lugar, dejando a un Jeon golpeado y a su padre echando humo por los oídos.

-Tranquilo, Jeon, ese omega será tuyo-. Sin más que decir, Park salió del lugar sin decir nada más, el Alfa menor no dijo nada más, solamente quedó pensado en como conseguir a su amado, hasta que se le vino una idea a la cabeza.

-Pronto te encontraré, mi preciado omega-...

Jimin ya hacía despierto mientras miraba sus manos, estaba más que aburrido, y con eso contaba que no podía pararse como debía ser, la sirvienta la cual no sabe su nombre, le trajo bastante comida, más de lo que comería en su casa, sus padres le prohibían comer bastante, ya que según ellos, eso lo haría gordo y perdería la hermosura.

Unos pasos se escucharon, provenientes del pasillo, el chico de cabello amarillo, sólo esperaba a que fuera el chico desconocido, para que le ayudará a levantarse como es, sus piernas estaban demasiado pesadas para mover las.

La puerta se abrió y una figura se miro en ella, Jimin lo miro mientras que Min se movía por la habitación, hasta que sus miradas dieron por si solas, no dijeron nada, luego de unos minutos sin despegar miradas, Jimin se sonrojo hasta más no poder sacando una pequeña risa de YoonGi.

-Hola...-. Saludo el omega al Alfa, este respondió a su saludo, mientras buscaba unas cosas en el armario, el mayor miro al chico en su cama, fruncio el ceño al ver que no se movía.

-¿Tus piernas están bien?-. Jimin negó con su cabeza, bajando la mirada, el Alfa salió de la habitación, regresó a los pocos minutos con una pequeña crema en sus manos, le sonrió al omega y se sentó en la cama.

-Dejame ver, ¿Jeon utilizo demasiado la voz de mando?-. El menor asintió sin darle la mirada.- ¿Puedo ver?-. Un asentimiento fue dado, el otro agarró una de sus piernas, no había nada en malo en ella, por lo que la dejó en su lugar.

-¿Puedes intentar levantarte?-. El chico de pelo amarillo asintió, se fue a la orilla de la cama e intentó pararse, pero cayó en el regazo del mayor, Jimin se sonrojo hasta parecerse a un tomate, Min sólo río por la tierna reacción del chico.

-Agárrate bien de mi, caminaras mientras te sostengo-. Jimin no hablaba por lo que sólo asintio, se agarró de los hombros del chico, y camino despacio junto a Min.

-D-duele-. Fue la única palabra que dio Jimin, el pálido agarró la cintura del menor y lo levantó, sacando un chillido del otro por tan inesperado movimiento.- Enreda tus piernas en mi cadera, te llevaré a la cocina-. Jimin enredo sus piernas en la cadera del mayor, su incomodidad era notable, por lo que Min le pidió que recostada su cabeza en su cuello hombro, por lo que jimin asintió y terminó enamorandose de su exquisito aroma.

Bosque y arándanos y un toque de tierra mojada...

La fruta favorita de Jimin eran los arandanos, cuando era más pequeño, a escondidas visitar a su vecina a pedir arándanos, ya que esta tenía un pequeño palito de la fruta, la vecina muy contenta le daba de estos, hasta que su padre se dio cuenta de esto, desde ese día su padre le prohibió ir a pedir arándanos a su vecina, por lo que muy pocas veces disfrutaba de estos.