SALVACIÓN

4

Miro por la habitación y veo una ventana. La luna de sangre brilla sobre nosotros

-¿Estas lista, Sarah?- Pregunta Daniel

-Sí, ¡Hagámoslo!- Agarro el bate de béisbol y los cuatro nos dirigimos a la puerta

-Separarnos nos ayudaría a buscar pistas mas rápido- Informa Ryan –Nos vemos aquí en media hora-

-Pero no tenemos forma de saber la hora- Nos recuerda Daniel. Ryan comienza a buscar en los bolsillos de su campera

-¿Son cronómetros?- Me acerque para ver mejor

-Exacto- Asiente Ry- He pensado que, si los relojes no pueden decir la hora exacta aquí, al menos podríamos saber cuánto tiempo pasa-

Ryan esperaba que esta noche nos llevaran de nuevo al mundo de las pesadillas y ha venido preparado. Mientras yo pasaba el tiempo negando la realidad de todo esto, el estaba ocupado pensando en una solución.

Jadeo ligeramente, devolviéndole una sonrisa- ¡Esa es una gran idea!-

-Les he cambiado las pilas, así que se que duraran bastante tiempo – Ryan sonríe

-Veamos si funciona- Apoya Daniel, toma uno de los cronómetros. Nos acercamos para ver mas de cerca los números.

Todos soltamos una exclamación de felicidad. Lo números corren a velocidades alocadas, revelando los segundos que pasan. Hay dispositivos para cada uno de nosotros, y mientras los tres decidimos que hacer, Connor enciende la luz y sale por la puerta.

-¡Connor, espera!- Grite

Se detiene, nos mira y señala hacia el este –Mirare por allí-

-Muy bien, vuelve en media hora –Concuerda Ryan. Connor asiente con la cabeza y desaparece por el pasillo

¿De verdad no está asustado? –Es un chico raro, ¿Verdad?- Pregunta Daniel en vos alta

-Por su ropa se nota que está en el instituto. Estoy impresionada... Es mas joven que nosotros- Acote -¿Estará bien el solo?-

Mi comentario se desvanece en la oscuridad

-Está oscuro como la boca del lobo- Daniel entrecierra los ojos. Ryan enciende su linterna, pero no hace nada para decirnos que hay ahí afuera

-Es como un largo e interminable túnel- Compare- No puedo creer que Connor haya salido de aquí solo-

De repente siento un aliento sobre mi cuello. Recuerdo los colmillos de la criatura de anoche y se me pone la piel de gallina ¡¿Qué diablos ha sido eso?!

Me cubro la parte baja de la espalda y me doy la vuelta para ver los dientes blancos de Daniel con una sonrisa cegadora -¿Estas asustada?-

-¡Dios!- salto lejos de él ¡Pues claro que tengo miedo!

Una pequeña lágrima sale de mi ojos por el susto pero trato de ocultarlo, le doy a Daniel un golpe fuerte.

-¡AY, ay, ay! De acuerdo, lo siento- Intenta defenderse. Suelta una risita por lo bajo

Me doy cuenta de que Ryan nos mira para ver que está pasando. ¿Se habrá dado cuenta que estuve a punto de largarme a llorar como nena?

-No hay necesidad de tener miedo. Te dejo que vengas conmigo- Ofrece el chico de pelo largo

-Oh no, no pasa nada- No puedo dejar que me cuiden todo el tiempo. También tengo que hacer algo yo-Iré por otro camino-

-De acuerdo- Daniel se me quedo viendo –Nos vemos luego- Sale de la habitación hacia la dirección contraria