Deber, Lealtad y Amistad

4 1 0
                                    

Una semana se nos pasó volando, luego de haber conversado con la reina de Kepler-C y ella tener las fuerzas necesarias, me dejó regresar a mi apartamento para prepararme. Tomé una bolsa de viaje y empaqué lo que pude sobre todo en comida y mantas para abrigar a Pabu, con dos mudas de ropa para mí. La reina me dio unas horas para preparar todo eso y me trasladó esa semana a la estadía con ellos. Además de que debía pasar tiempo con el pequeño para que me tomara confianza.

Ya era el sexto día de estar en la cueva y efectivamente con el niño nos tomamos cada vez más aprecio, su habilidad principal era mover objetos con solo mirarlos, fue la primera desde bebé y ahora con seis años ya lo domina incluso sin tener que ver; pero claramente como buen heredero de Kepler-C había nacido con todas que poco a poco las iba dominado, leía la mente, trasladaba su cuerpo de un lado a otro, si se rasguñaba él mismo se curaba, creaba una que otra ilusión y muchas cosas más.

Habían llegado diez personas con la reina pero a la fecha solo eran tres, ella y su niño; debíamos conseguir cinco cuerpos de personas malas para que ellos pudieran huir. Esas noches mientras dormía Áx me había visitado en mis sueños todos los días, me enseñó bases para pelear y también en el día ensayábamos él usando mi cuerpo para no cansarnos tan rápido y poder servir a la familia real.

El sexto día terminó bien, hoy es mi última noche de ver en mis sueños al comandante Áx y mañana partimos en busca de su regreso a casa y también la huida de la EOM. Y en mi sueño...

-Estás bien Marion?- estoy nuevamente frente al vidrio viendo la Tierra, esperándolo para el último ensayo -te noto diferente esta noche, como... nostálgica?

-No es nada importante no te preocupes- lo contemplé por lo que sería la última vez a solas y agradecí que su habilidad no fuese leer mentes -solo siento que les extrañaré y aún no se han ido. Es tonto pero bueno...

-No es tonto, nosotros también te apreciamos, mucho. Ven, tenía un obsequio para ti que pensaba darte cando partamos en agradecimiento a tu ayuda, pero nos has ayudado bastante y mereces verlo antes de usarlo

Es en definitiva, el mejor ser que jamás he conocido, entiendo que solo podré ver su obsequio porque mi cuerpo no está del todo presente con él y es donde me siento culpable, ellos vienen a solicitar ayuda a nuestro planeta y deben salir como fugitivos, como los malos y sin nada de obsequio nuestro. Pero ya estoy ideando un plan para esto, como saldremos al medio día podré ir a casa antes, buscaré un vivero y así gaste todos mis ahorros empacaré semillas de todo árbol y planta que pueda para que ellos lleven; en nuestros ratos de ensayos también habíamos aprendido de cada planeta incluida su escritura, y eso Áx ya lo había aprendido a leer un poco, así que también pienso en investigar de cultivos, imprimir y que lleven.

El obsequio que Áx me tiene es sorprendente, recuerdo que en un combate en el que estábamos cuando lanzó su mano para golpearme, torpemente mi cabello suelto se enredó en un anillo de forma doble que él tenía; me contó que la historia de ese anillo se remontaba a su familia, desde siempre habían servido a la familia real y el primer rey había otorgado a su ancestro el anillo como símbolo de amistad más que todo y desde entonces los hombres de su familia lo han mantenido como juramento a su deber, lealtad y amistad con la realeza de su planeta.

Es un anillo sobre otro anillo, completamente lisos de un color rojo mate que luce con su traje del mismo color que también tiene negro. Él logró separarlos y poner uno en una cadena supremamente delgada que lo hacía ver elegante, me dijo que ese sería mío en agradecimiento a servir junto a él para su amigo el rey. Mi nostalgia aumentó, siento que sigo soñando desde el momento en que me tiré al sofá con dolor de cabeza. Y como no tengo que darle de vuelta en este momento, con mi rostro encendido y todo de la pena, me lanzo a él y lo abrazo.

PLANETA KEPLER-CDonde viven las historias. Descúbrelo ahora