XCVII

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Caminé por los pasillos tranquilamente, sonriendo, Bridget se encontraba a mi lasa, ya listas para entrar al aula, no había llegado a casa ayer, no quería, no debía. A menos que quisiera ser golpeada por mi padre.

Me sentía viva, emocionada y con todos los ánimos que hace mucho no tenia.

Pero mi mundo se detuvo cuando lo vi, Federico se encontraba al lado de Fernanda ¿No me había que terminaría con ella?, no estaban haciendo nada sin embargo yo aún mantenía la idea de que no habían terminado.

Él me miro, y yo rápidamente aparte mi mirada y seguí mi rumbo hacia el aula. Pase por su lado, aún sintiendo su mirada en mi espalda.

-¿Que no había terminado con ella?- Me preguntó Bridget, claramente le conté hasta el último detalle de lo ocurrido el día de ayer.

-No me interesa.- Mentí.

Llegamos al aula y el profesor todavía no llegaba.

-A mi no me mientas, digo tal vez y la termine en receso, no debes meterte ideas en esa cabecilla que tienes sin estar cien por ciento segura.

-Pero tal vez todo lo que dijo fue una completa mentira...

-Buenos días muchachos, lamento el retraso, por favor habrán su libro en la página 210- Dijo el profesor, interrumpiendo lo que iba a decir, saqué mi libro tratando de enfocarme en mis estudios.

***

La clase terminó y el cambio de aula llegó, yo tenía hora libre mientras que mi prima no. Me despedí de ella y me encaminé hacía las canchas, cuándo Federico intervino en mi camino, tomándome del brazo y llevándome al cuarto de limpieza.

-¿Qué quieres?

-¿Estas enojada?- Me pregunta, pero no respondo por lo que el continua hablando- Si es por lo de hace rato, no te preocupes la voy a terminar en receso ¿Vale?

Asiento.

-¿Tienes hora libre?

-No, me la salté.

-Eso está realmente mal.

-Con tal de verte...

-Me pudiste ver en receso.

-Le quitas el romanticismo a todo lo que digo.

-Lo siento.

No dijo nada, simplemente se quedó contemplándome haciéndome enrojecer, un escalofrío me recorrió cuando me acorraló contra la pared. En mi estomago se sintió una revolución de millones de mariposas, cuando tomó una de mis mejillas y con su pulgar comenzó a trazar pequeños círculos en ella, después lo llevo hacia mi labio inferior, provocando que abriera estos lentamente.

Y sus labios atacaron los míos.

Suaves y gruesos, con sabor a piña, es lo que logró descifrar cuando le correspondí el beso. Un beso tierno y delicado, como si en ese beso quisiera demostrar lo que siente por mi.

Mientras me besa, siento su mano acariciar mi nuca con pequeños y suaves círculos los cuales provocan una serie de escalofríos, El beso se torna más rudo haciéndome reaccionar.

-Oye, espera...- Le digo apartándolo con una mano en su pecho.

-¿Qué sucede?- Pregunta confundido, mientras junta su frente a la mía.

-Yo este, vamos muy rápido.

-Solo te iba a besar el cuello, pero esta bien.

-Te intoxicarías con perfume.- Le digo haciendo una pequeña mueca.

El timbre sonó.

¿Tan rápido han pasado 45 minutos?

Me sonrió sin mostrar sus dientes y beso mi frente.

-Anda, que es hora de ir a clase.

***

Ya era hora de receso, yo comía un sándwich mientras Bridget comía unas frituras.

-¿Segura que no quieres?- Me preguntó ofreciéndome por segunda vez.

-No, gracias.

Le sonrió, pero mi sonrisa salió mas como una mueca cuando visualizo a Fernanda entrar en la cafetería furiosa y a Federico detrás de ella.

Oh no... ¿Ya la habrá terminado?

Ella se sienta en su mesa de siempre y Federico le resta importancia.

Se dirigió hacia nosotras o eso creí yo, porque en realidad se dirigió a sus amigos, los cuales estaban sentados en la mesa detrás de nosotras.

***

-Joder ¡Nicole! ¡¿Acaso no harás otra cosa mas que ignorarme?!- Gritaba el mientras me seguía de lejos- ¡Que pares!

Voltee y lo miré con desagrado.

-¡¿Que carajos quieres, Federico?!- Levanto la voz enojada.

-Lo siento, enserio. Aún no les digo lo que hablamos. Ya sabes como son ellos con el tema de la popularidad y esas cosas, no me dejarían...

Lo interrumpo.

-¿No te dejarían que, Federico?

-No dejarían que arruinara mi vida social por una chica como tú. Pero eso no me importa, yo les diré... pero no ahora.

Sentí como mi corazón se encogió.

Di un paso hacia él y él retrocedió otro.

-Federico...¿Acaso te avergüenzas de mi?

-¿Que dices? ¡No! Claro que no, Nicole- Contesto indignado, cuando la indignada debería de ser yo.

-Pues se él hombre que eres y demuéstralo.

Me volteo y camino hacia casa dejándolo con la palabra en la boca.

Entró silenciosamente a casa tratando de no despertar a mi padre.

Pero fue inútil ya que un fuerte empujón hizo que cayera de rodillas al suelo.

-Padre déjame explicarlo...

-¡Cállate! ¡¿Cuantas veces tengo que decirte que no quiero verte con esa gente?! ¡Eres una puta!

-Yo no estaba haciendo nada malo...

-¡A mi no me contestas!

Comenzó a patearme y después de eso todo se volvió oscuro. 

Oye García (ADAPTADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora